El auge de la extrema derecha sacude Alemania y Europa
El crecimiento identitario nacional, la crisis económica y el rechazo a la inmigración impulsan a partidos ultraderechistas que desafían el panorama político europeo
La Vanguardia, , 16-09-2025La extrema derecha está en franco crecimiento en Alemania y otros países europeos, un fenómeno cada vez más palpable en las urnas y en el ambiente político. María Paz López, corresponsal de La Vanguardia en Berlín, señala que este fenómeno “es una combinación de un crecimiento identitario nacional, de un nacionalismo muy fuerte, con una nostalgia de un pasado que quizá existió o no existió”, junto a un miedo creciente a la globalización y a nuevas corrientes culturales que denominan ‘wok’. Esta mezcla alimenta un descontento que canaliza el voto hacia partidos de ultraderecha o extrema derecha, variando su intensidad según cada nación.
En Alemania, el partido Alternativa para Alemania (AfD) representa esta tendencia con claridad. Fundado hace 13 años, ha escalado posiciones aprovechando distintos momentos de descontento —desde la inmigración hasta la economía y el euro— hasta convertirse en la segunda fuerza política en las últimas elecciones, con un 20,8% de los votos. López destaca que ahora “los últimos sondeos de septiembre les colocan prácticamente a la par, o incluso superando a veces, al bloque conservador CDU y CSU”. Este ascenso refleja la preocupación económica de muchos ciudadanos ante el estancamiento que arrastra Alemania, que “es el problema principal que tiene que abordar” el gobierno actual.
La retórica antiinmigración y anti – Islam de la extrema derecha alemana constituye uno de sus ejes discursivos más potentes. La corresponsal subraya que “el discurso antiinmigración, y sobre todo anti – islam, es el básico de la retórica xenófoba de la Alternativa para Alemania”. Paradójicamente, Alemania es un país “en fuerte declive demográfico” que necesita inmigración para sostener su economía y sus sistemas sociales, pero “hay una serie de personas que se sienten en peligro por esta presencia”. Este choque entre necesidad demográfica y temor social alimenta la polarización y el auge del voto extremista.
Un elemento que también juega un papel relevante es la reinterpretación del pasado nazi por parte del AfD, que combina una ambigüedad calculada con un electorado que incluye a sectores de extrema derecha histórica. López explica que “el partido hace una especie de reinterpretación del pasado nazi, porque sabe que hay mucha parte de su electorado clásico, que es de extrema derecha histórica de modo natural”. Esta estrategia va desde controversias en sus dirigentes hasta la formulación de un discurso nacionalista que conecta con quienes añoran o manipulan ese pasado para sus fines políticos.
Finalmente, el descontento económico y social se intensifica en el este de Alemania, donde el legado de la República Democrática Alemana y la sensación de atraso respecto al oeste contribuyen a un escenario propicio para la extrema derecha. Para muchos en esa región “se considera aún más castigado”, enfatiza López. En conjunto, el auge de la extrema derecha en Alemania es un síntoma de inquietudes profundas que combinan identidad, economía y rechazo social, un reto formidable para la estabilidad democrática en Europa.
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