Un dispositivo policial atraviesa de arriba a abajo la calle Valdetorres del Jarama, en el barrio de Hortaleza, y un helicóptero sobrevuela la zona mientras un grupo de chicos juega al baloncesto en el centro de menores de la zona. Ignoran que a escasos cien metros, en una rotonda, unas 150 personas piden que sean deportados con carteles que rezan “queremos seguridad” mientras los asistentes entonan “Pedro Sánchez, hijo de puta”. Este martes, Vox ha desafiado a Delegación de Gobierno y ha organizado, a pesar de la prohibición explícita, una concentración –camuflada como declaración a medios– en las cercanías del centro de menores para exigir la expulsión de todas las personas migrantes que llegan a España y publicitar su agenda ultra en materia migratoria.

Desde el pasado fin de semana, cuando se conoció la noticia de que una joven había sido agredida sexualmente cerca del centro de menores de Hortaleza, la formación culpó de los hechos a un menor migrante del centro. A pesar de que el caso aún está bajo investigación policial y de que se trata de dos menores de edad, Santiago Abascal desplegó todo su arsenal contra las personas migrantes intentando hacer de este caso una polémica en ebullición similar a lo ocurrido en Torre-Pacheco (Murcia) durante este verano. Pero, a pesar de los intentos, las cosas no salieron como Vox pretendía y el poder de convocatoria solo reunió a algo más de un centenar de personas. Algunos eran vecinos, otros habían acudido en coche desde otros lugares y varios eran militantes y altos cargos de la formación.

Este mismo martes, Delegación de Gobierno de Madrid anunciaba que había prohibido la concentración y era clara en sus motivaciones para no dar pie a la convocatoria ultra: “Los informes policiales recabados advierten del riesgo elevado de alteración del orden público y de la posibilidad de incurrir en un delito de odio”, rezaba la nota enviada a los medios. Eso no ha impedido que a la cita acudieran Isabel Pérez Moñino, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, y Rocío de Meer, diputada de la organización que hace unos meses propuso expulsar de España a ocho millones de personas, tanto migrantes como españoles de padres extranjeros.

El temor a un discurso de odio contra los jóvenes residentes en el centro de Hortaleza se confirmó con las palabras de Moñino: “Ilegales fuera, delincuentes fuera. Invito al delegado [del Gobierno] a que si esto lo considera un delito de odio imponga las denuncias que quiera, pero a Vox no lo van a silenciar”, aseveraba en una declaración ante los medios. A los diez minutos de su intervención, las dos portavoces del partido se marchaban entre aplausos junto a varios cargos públicos de la formación como el diputado en la Asamblea Ignacio Arias, que también asistió a la concentración. Abascal no acudió a la cita, pero tampoco estaba previsto que lo hiciera. La concentración transcurrió sin altercados, siquiera hubo que cortar el tráfico y cuando un manifestante interpretó el himno de España a la guitarra y el Cara al Sol, el encuentro se dio por concluido.

personas se concentran este martes ante el centro de menores de Hortaleza, en Madrid. La Delegación del Gobierno ha prohibido la concentración convocada esta tarde por Vox frente al centro de menores del distrito madrileño de Hortaleza en el que residía el menor detenido este fin de semana como presunto autor de una violación a una menor. Así lo ha comunicado la Delegación del Gobierno ante la protesta convocada a las 18:30 horas de este martes frente al centro donde la noche del domingo dos encapuchados agredieron a tres menores migrantes.
Imagen de tres personas con pancartas en Hortaleza, a escasos cien metros del centro de menores del barrio.EFE/ Fernando Villar
El PP, desubicado
Sin embargo, horas antes, Pepa Millán había descartado la posibilidad de que la concentración fuera prohibida por difundir odio. Durante una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, la portavoz retaba al Gobierno en su respuesta: “Es lamentable que se ponga el foco en quién denuncia el problema y nadie en que haya una menor violada por un inmigrante ilegal. Exigimos el cumplimiento de la ley. Qué es incitar al odio, ¿exigir que se cumpla la ley de extranjería, que se cumpla la seguridad de las fronteras?”, sostenía la diputada a la pregunta de Público. El delegado del Gobierno, a su vez, consideraba la concentración como un lugar donde se iba a “hostigar a menores a las puertas de su domicilio” algo “inaceptable en nuestro sistema democrático”.

Por su parte, la portavoz del Partido Popular en el Congreso, Ester Muñoz, rebajó la gravedad de la concentración organizada por Vox y dejaba entrever su visto bueno a la misma, a pesar de que a esas horas ya se conocían las intenciones de Delegación de Gobierno de prohibirla. “En este país hay libertad y todo el mundo se manifiesta si lo considera oportuno. El PSOE ha fletado autobuses hasta Andalucía cuando ha perdido elecciones y hemos visto a la izquierda rodear el congreso porque Mariano Rajoy había sido presidente”, decía la diputada para restar importancia a la acción de la ultraderecha. Sin embargo, desde Génova recalibraban su posicionamiento tras la prohibición de Delegación de Gobierno y fuentes oficiales del PP aseguraban a este medio que “un centro de menores no parece el mejor lugar para hacer actos políticos”.

A raíz del incidente con una menor, Vox ha venido dedicando desde el fin de semana sus intervenciones públicas a tensionar el debate y a lanzar furibundas críticas contra los menores migrantes. Tras los graves altercados en Torre Pacheco, la formación ha elevado la tensión sobre el barrio madrileño. Durante su primera rueda de prensa tras el verano, Santiago Abascal llegó a decir que España “sufre esta invasión patrocinada por el establishment en España y en Europa”, en referencia a las personas migrantes.