Alberto Núñez Feijóo ha arrancado este domingo el curso político tras el parón de verano cargando contra el Gobierno y sus políticas migratorias. Durante el tradicional acto de vuelta a la rutina política, celebrado en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), ha criticado una vez más el reciente decreto del Gobierno para el reparto de menores migrantes entre autonomías.

Durante su comparecencia, ha instado al Ejecutivo a enviar a los cuerpos policiales a la frontera para “asegurar la seguridad de los españoles”, en lugar de “amenazar” a las comunidades autónomas con mandarles la Policía si no cumplen con el reparto de menores migrantes decretado por el Ejecutivo. “Lo que tiene que mandar es a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a las fronteras españolas para asegurar la seguridad de los españoles y de los ciudadanos que viven en nuestro país”, ha reclamado.

Además, ha asegurado que España “no tiene una política migratoria”, sino que va “de disparate en disparate” ya que actualmente es imposible garantizar “ni la mínima dignidad de los menores no acompañados”.

El líder de los populares también ha dedicado buena parte de su intervención, esta vez junto al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a señalar la supuesta inacción del Partido Socialista frente a los incendios forestales de verano: “No falla, la culpa siempre es del PP, de las comunidades del PP o de un tal Feijóo”, ha reprochado, por lo que se ha preguntado “qué pacto de Estado” plantea el Gobierno tras los incendios y cómo puede ser creíble si “no son capaces ni de aprobar unos presupuestos”.

En este sentido, ha asegurado que, en caso de llegar a la Moncloa, mostrará la “valentía” de “asumir el mando cuando crea que una comunidad no tiene capacidad frente a una catástrofe” y no aplicar la “dejación de funciones” por la que considera que ha optado el Ejecutivo central ante los incendios. No obstante, la Constitución establece que las competencias de prevención y extinción de incendios forestales pertenecen a las comunidades autónomas.

Por el momento ha prometido a sus votantes “limpiar el buen nombre de la política en España”, razón por la que tiene intención de “derogar muchas leyes” si gana las próximas elecciones. A su juicio, el Gobierno central ya “está caduco” y “huele a rancio” antes de iniciar el curso político. A su parecer, y por este motivo, este cuatrimestre va a ser “determinante para el futuro de España”.

No podían faltar alusiones a los escándalos de corrupción que han hecho tambalear al PSOE en los últimos meses previos al verano. El gallego ha afirmado que Sánchez “encuentra culpable para todo y no se responsabiliza de nada”, mientras “su corrupción” le está costando a España “la libertad que cercenan intentando silenciar a quienes publican o investigan sus corruptelas” y afecta al “crédito internacional” del país.

Por todo ello, considera que el PSOE no tiene un proyecto de país, sino “un proyecto de supervivencia política y judicial de su líder, Pedro Sánchez”, algo que alega que “ya le está costando demasiado” a los ciudadanos.