Cartas al director
El miedo de los perseguidos
Los lectores escriben sobre los manteros, lo que queda tras los incendios, el arte como terapia y sobre la falta de citas con la administración para los inmigrantes
El País, , 30-08-2025¿Por qué huyen? Se preguntaba mi hermana mientras veía echar a correr a los mal llamados “manteros”, al ser perseguidos por la policía. Me esforcé en encontrar la mejor respuesta mientras caminaba por el paseo marítimo. Primero me acordé de cómo hace unas décadas éramos nosotros los que escapábamos de un régimen totalitario como los que ahora existen en buena parte de África. Pensé en sus países de origen, devastados por guerras civiles debidas en su mayoría a las exigentes demandas de materias primas por los países occidentales. Luego recordé la ineficaz Administración, incapaz de expedir permisos de trabajo que podrían otorgar la posibilidad de optar a un empleo digno. Por último, recabé en los mensajes xenófobos y supremacistas que impregnan las redes. Tras mucho pensar mi respuesta, resumí a mi hermana: “Huyen porque tienen miedo, mucho miedo”. Samuel Gómez Rico. Daimiel (Ciudad Real) Cada verano vemos cómo las llamas arrasan nuestros montes y hogares. Durante unos días hablamos de la tragedia y nos conmovemos. Pero, cuando el humo se disipa, llega lo peor: el olvido. Y este quema más que el propio fuego, puesto que deja a los pueblos solos, rodeados de cenizas y de un cruel silencio que resuena a indiferencia. Los vecinos que lo pierden todo siguen luchando mucho tiempo después. Si no aprendemos a recordar y cuidar, cada incendio será doble: el de las llamas y el del olvido. Sería preciso permanecer junto a los que sufren más allá de los días de humo y titulares. De lo contrario, el olvido nuestro será otro incendio, más insidioso y cruel que las propias llamas.Aitor Joseba Idoyaga. Portugalete (Bizkaia)Este verano, en Camelle (A Coruña), tuvo lugar la representación del naufragio, en 1897, del buque City of Agra, a cargo de la asociación cultural Naufraxios galegos. La actuación no sólo valoró la generosidad y valentía de los vecinos de Arou y Camelle; también se nos ofreció la oportunidad de conocer nuestra historia. Después actuaron varios monologuistas, en escenario iluminado por la luna llena, arropados por el calor del público y la brisa del mar. Ante el panorama tan desolador de estas últimas semanas —los incendios, el dolor por Gaza…—, quiero dar las gracias por este bonito recuerdo. Estos/as artistas provocaron lágrimas, pero esta vez por las risas. ¡Gracias por vuestra generosidad al compartir vuestro arte en una noche mágica de verano! ¡Una vez más, el pueblo ha dado ejemplo!Reme Mouzo Casal. A Coruña“En estos momentos no hay citas, en breve le atenderemos”. Es es el mantra con el que se encuentran todos los extranjeros para cualquier gestión administrativa. Respuesta que no recbimos los españoles. Como consecuencia de esta mala gestión administrativa han surgido mafias que cobran por una cita. También se da en algunas embajadas. Si no somos capaces de gestionar bien las citas, volvamos al sistema anterior a la pandemia. Había colas, como ahora, pero mucha menos angustia por parte de los no españoles. Dolors Terradas Viñals. Banyoles (Girona) Los textos tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 200 palabras (1.250 caracteres con espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones.
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