Jesús Caldera centró ayer su comparecencia parlamentaria en la gestión que ha hecho su departamento de la inmigración legal y en la aportación que hacen los extranjeros a las arcas públicas, pasando de puntillas sobre la crisis de los cayucos en Canarias. El ministro insistió, no obstante, en que la «dramática» situación que vive el archipiélago está provocada por el «efecto huida» del hambre en África y no por el «efecto llamada» de la regularización que el año pasado dio papeles a cerca de 600.000 clandestinos, además de asegurar que «son pocos» los extranjeros en situación irregular: «No voy a ceder ante ningún discurso conservador, porque creo que con una mano se aprovecha del fenómeno y con la otra atiza y alienta la xenofobia», acusó.

Caldera, que recordó el acuerdo con las organizaciones sociales para multiplicar por dos en las próximas semanas las evacuaciones de inmigrantes desde el archipiélago a la Península, confirmó que el Gobierno propondrá el 18 de septiembre en el Consejo Superior de Política de Inmigración el traslado de parte de los 750 menores indocumentados internos en las islas. El titular de Trabajo, que reconoció los problemas legales para enviar a la Península a los adolescentes que están bajo la tutela de la comunidad canaria, dijo, no obstante, que el Ejecutivo se hará cargo de la «atención y acogida» de los menores ante la «situación excepcional» en las islas.

Además, confirmó que la intención del Gobierno es mantener los «imprescindibles traslados a la Península» de subsaharianos, unos viajes que este año han sacado de las islas a más de 15.500 clandestinos. «El Gobierno está volcado con Canarias y comparte su preocupación», dijo Jesús Caldera, quien prometió seguir trabajando para «implicar» a la Unión Europea en la resolución de esta crisis.

Todos los partidos del Congreso, con la lógica excepción del PSOE, fueron críticos con el papel del Ejecutivo en la crisis que atraviesan las islas. El Partido Popular pedirá la «inmediata» reprobación en el Parlamento de Caldera por su gestión en la crisis migratoria si el presidente Rodríguez Zapatero no le destituye del cargo. Durante un tenso debate, la portavoz del PP sobre inmigración, Ana Pastor, acusó a Caldera de «omitir» datos y «maquillar» las estadísticas para ocultar el «fracaso» de la política de extranjería del Gobierno.

«¿Váyase!»

El portavoz de Coalición Canaria en la Comisión de Trabajo, Román Rodríguez, aseguró que la sociedad del archipiélago percibe el «fracaso» de la política de extranjería del Ejecutivo con «impotencia» y «sin perspectivas de salida», habida cuenta del «abandono» de la Administración central y su «respuesta claramente insuficiente». Rodríguez exigió que el Gobierno «movilice todos los medios posibles» para rebajar la presión migratoria en las islas y pidió que el Ejecutivo ponga en marcha cuanto antes un «plan claro y eficaz que dé respuesta a esta crisis excepcional». «No estamos dispuestos a asumir en solitario un asunto que es de todos», advirtió el representante de Coalición Canaria.

Izquierda Unida y los nacionalistas catalanes y vascos insistieron a populares y socialistas en la necesidad de recomponer el consenso y pidieron un pacto de Estado sobre extranjería. El llamamiento no fue escuchado por el PP: «¿Váyase, señor Caldera!», clamó Ana Pastor poco después de culpar al Gobierno de «romper el consenso» y exigir un cambio de las leyes y de los responsables de la política de inmigración.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también volvió a hablar ayer sobre inmigración. En la conferencia de prensa ofrecida junto a Kofi Annan, reiteró que «la mayoría» de los inmigrantes que entren ilegalmente en España «van a regresar» a sus países: «Este mensaje tiene que ser entendido, apoyado y aceptado», por los gobiernos africanos, recalcó.