«Hay mucho racista»

Un encargado portugués en unas obras de Etxebarri justifica las peores condiciones de trabajo de sus compatriotas porque «aquí ganamos más»

El Correo, 08-09-2006

Manuel Leal es portugués. Tiene 34 años y diez operarios a su cargo. Es uno de los encargados de las obras para construir 55 viviendas en Etxebarri en las que la Inspección de Trabajo ha detectado condiciones laborales abusivas, que sufren una veintena de empleados de origen luso: trabajan más de once horas diarias, incluso domingos y festivos; no descansan las doce horas reglamentarias entre el final de una jornada y el inicio de otra; y cobran salarios muy inferiores a los que fija el convenio de Vizcaya: 500 euros mensuales, frente a los 1.300 establecidos, según una denuncia de CC OO. Además, tuvieron que dormir durante dos semanas en una caseta. La empresa Construçoes Bom Projecto Unipessoal, LDA, subcontratada por la promotora Eraikuntza Birgaikuntza, se expone a una posible multa de hasta 13.500 euros.

Los afectados afrontan la dureza de esa situación con el triste argumento de que en su país se encontrarían mucho peor. «Nosotros estamos muy bien. Lo que pasa es que hay mucho racista que no quiere trabajadores extranjeros», explica Manuel, que ejerce de portavoz de sus compañeros y no oculta su malestar por la difusión del acta de infracción a la compañía. «Es cierto que tuvimos que dormir durante dos semanas en las casetas de obras, pero fue porque no encontrábamos un piso donde alojarnos. Al problema del idioma se unió que nadie quería alquilarnos uno por cinco meses a diez portugueses», añade. «Al final nos tuvo que ayudar la empresa que nos ha contratado porque ni se sabe la cantidad de agencias y teléfonos a los que llamamos», se queja. Tras arduas tareas, consiguió una vivienda en Etxebarri, en la que vive junto a otros nueve compañeros.

Este encofrador luso trabaja once horas diarias, frente a las ocho de otros empleados. Es – dice – la única manera de disponer de fines de semana libres para visitar a su familia en Portugal; dieciséis horas de carretera que se inician los viernes a las dos de la tarde y culminan el lunes a mediodía. «Trabajamos más horas para recuperar las que perdemos y poder ir a casa los fines de semana», señala.

Leal, contratado por el convenio portugués en lugar de por el vizcaíno, cobra menos que otros compañeros. Su sueldo sólo ‘engorda’ un poco a golpe de sumar horas. Él lo asume con cierto conformismo. «Aquí ganamos mucho más que en nuestro país. Si cobráramos, como se dice, la mitad de lo que nos deben pagar, no hubiéramos dejado Portugal», sentencia.

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