La política migratoria de los países desarrollados en general y, de España en particular, es «miserable», se basa en «poner parches» y está hecha «con poca cabeza». Lo denuncia la Iglesia española a través del máximo responsable en temas de emigración de la Conferencia Episcopal, monseñor José Sánchez, obispo de Sigüenza – Guadalajara.

El prelado asegura, en declaraciones a Europa Press TV, que «cuando surge el fenómeno concreto de que la gente se desplaza, bien porque llegan fascinados por nuestro desarrollo, porque vienen engañados o manipulados o porque se han dado unas leyes que han abierto esas posibilidades y esas puertas, no se debe responder poniendo parches».

La Iglesia ve «la llegada masiva de cayucos con honda preocupación», pero advierte que el problema empeorará «si se plantea el cierre absoluto y hermético de las fronteras y la devolución de todos los que vengan».