La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el Comisario Europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, acordaron ayer poner en marcha un plan conjunto de reinserción para inmigrantes repatriados en sus lugares de origen, cofinanciado por España y la UE. Europa aportará inicialmente para este año, 3,6 millones de euros, según informó ayer el Gobierno.

Otro de los acuerdos adoptados consiste en desarrollar un plan de empleo juvenil y de formación profesional para los países origen de inmigración, dedicado especialmente a formación agrícola, nuevas tecnologías y oficios. Este periodo de formación podría ir seguido de la concesión de microcréditos para el desarrollo de la profesión.

Asimismo, se promoverá una reunión gubernamental con los países de origen de estos flujos migratorios para analizar nuevos programas y proyectos. El comisario Michel expuso a De la Vega su intención de realizar una gira por los principales países de origen de estos flujos para trasladarles los planes en materia de inmigración de la Unión Europea.

El próximo 19 de septiembre se reunirá en Bruselas el grupo de comisarios para la inmigración, presidido por el vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, para elaborar un Plan Integral de inmigración.

Tono contundente

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero subrayó ayer que España «no acepta ni aceptará inmigración clandestina ni ilegal», porque «es un fraude a los inmigrantes, a los trabajadores y a las reglas de convivencia». El presidente del Gobierno ordenó a los diplomáticos españoles en países emisores de inmigrantes que defiendan con «firmeza» las exigencias de España frente a este fenómeno.

El jefe del Ejecutivo utilizó un tono de inusual contundencia para advertir de que el Gobierno no aceptará que sigan llegando cayucos. El presidente hizo estas manifestaciones con motivo de la IV Conferencia de Embajadores, que centró sus trabajos en analizar los flujos migratorios y resaltó la nenecesidad de la cooperación. Zapatero resaltó la «dimensión europea» del problema. «La Unión Europea tiene que extraer todas sus consecuencias, para que pase a formar parte de su política prioritaria, de una agenda exigente y constante», reclamó Zapatero. El jefe del Ejecutivo aseguró que los ciudadanos son «conscientes» de la desigualdad, y el Gobierno «quiere estar a la altura de sus inquietudes».

Además, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, explica hoy en el Congreso la respuesta del Gobierno a la crisis migratoria. Caldera tiene en agenda explicar «la inmigración en nuestro país y el mercado laboral», «las políticas de integración» de extranjeros y «la atención humanitaria y la acogida de inmigrantes en situación de vulnerabilidad».