Un programa da salida a 322 jóvenes extutelados por Canarias: «La idea es facilitar su inclusión social»
La Consejería de Bienestar Social financia la iniciativa, en marcha desde 2022: «Hablamos de personas muy vulnerables con situaciones muy variadas»
Canarias 7, , 11-08-2025«El objetivo final es que no dependan de una institución para poder llevar su vida y ser felices». Con estas palabras se refirió Antonio Molina a la labor de la Fundación Canaria Main, que dirige. La entidad ha brindado asesoramiento, apoyo y orientación a 322 jóvenes que han estado bajo la tutela de la administración pública, en Gran Canaria y Fuerteventura, desde 2022, a través del proyecto Main T’Acompaña. El fin consiste en facilitar su autonomía personal y su inclusión social y laboral.
El viceconsejero de Bienestar Social, Francis Candil, conoció este lunes el estado actual del proyecto, que financia el propio departamento por medio de las subvenciones con cargo al importe correspondiente a la comunidad autónoma del 0,7% del IRPF. Así, Bienestar Social informa en una nota que la iniciativa recibió más de 50.000 euros en la última convocatoria.
Candil explicó que «la idea de este programa es crear un proyecto puente que facilite la inclusión social en la comunidad de personas jóvenes extuteladas por la Dirección general de Protección a la Infancia y las Familias de Gobierno de Canarias, con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años», que además se enfrentan a «especiales dificultades para integrarse en la comunidad motivada por su escaso conocimiento del idioma o por no contar con formación prelaboral, entre otros motivos».
Siendo así, la fundación atiende a alrededor de 90 jóvenes por la mañana y de 60 por la tarde en su centro de la calle San Ignacio, en la capital grancanaria. Molina especificó que se reparten en diferentes proyectos, ya sean de formación, alfabetización de español, de acompañamiento familiar o de atención por situación de calle.
De los 322 jóvenes que han recibido asesoramiento en los últimos tres años, el 92% son chicos y el 98% migrantes. No obstante, el director de la fundación reseñó en declaraciones a los medios que el perfil de jóvenes atendidos es variado: «Tenemos un poco de todo, personas migrantes, del barrio, de otros barrios, trabajamos en El Polvorín bastante, tenemos personas de Ciudad Alta… De los distritos de toda la ciudad viene gente. Hablamos de personas muy vulnerables que tienen situaciones muy variadas».
Señala que trabajan tanto con migrantes con documentación como sin ella, con personas que vienen de conflictos familiares o que han tenido «pequeños problemas con la ley». También, que abandonaron los estudios desde hace años.
Ante este escenario tan variado, la fundación ha desarrollado diferentes líneas de acción, como son las escuelas de segunda oportunidad, en las que trabajan con carácter preventivo con población muy joven, de 6 años, para refuerzo educativo o habilidades sociales, y ofreciendo formación a menores a partir de los 16 años.
Sobre ese gran objetivo que es la inserción social y laboral de estos chicos y chicas, Molina señala que el porcentaje de éxito suele ser «bastante elevado». «Yo suelo decir, medio de broma, que un 40% de inserción ya es un éxito, pero en muchas formaciones es mayor», especifica, haciendo alusión a las de bar, cafetería o atención sociosanitaria para personas dependientes, que ofrece la propia fundación.
Pone el foco, a su vez, en aquellas personas «que vienen de un paso más previo», casos en los que la inserción se traduce en continuar los estudios, seguir formándose o hacerlo, incluso, en categorías superiores. «También, que dirijan su vida hacia otro campo, como es la posibilidad de conocer un oficio», ejemplifica.
Por su parte, el viceconsejero destacó la importancia de este tipo de iniciativas desarrolladas por entidades del Tercer Sector, «ya que ofrecen a jóvenes extutelados un conjunto de herramientas y capacitación a través de las cuales se les ofrece apoyo y seguimiento en su proceso hacia la autonomía social y laboral».
Pero no solo eso. A través de este programa, se les brinda apoyo para cubrir sus necesidades básicas (alimentos, vestuario o alojamiento), acceso a talleres prelaborales o acompañamiento para la realización de gestiones burocráticas. Del mismo modo se promueve la sensibilización en empresas externas sobre la viabilidad y confianza para realizar precontratos laborales a estos y estas jóvenes.
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