MADRID – Canarias está a rebosar de inmigrantes, a pesar de que dispone de
más de 6.000 plazas de acogida, la gran mayoría de ellas provisionales. El
aluvión de los últimos días, en el que se han batido marcas históricas de
llegadas, han obligado al Gobierno a improvisar soluciones para hacer
frente a la acogida de los subsaharinos que llegan en cayucos. La
vicepresidenta primera del Ejecutivo ha mantenido reuniones con miembros
de distintos ministerios para tratar de buscar una solución a la crítica
situación que vive Canarias y ayer se determinó habilitar plazas donde
instalar a los recién llegados en nuevos edificios militares de las islas
o ampliar los campamentos militares que ya existen para dar cabida a todos
los que van llegando.
   Fuentes policiales manifestaron ayer a este
periódico que más de 2.000 subsaharianos se hacinaban ayer en el garaje de
la comisaría de Tenerife sur, en Playa de las Américas, en condiciones
«infrahumanas». «Al menos unos veinte menores duermen a la intemperie a la
espera de pasar a disposición judicial», un trámite necesario previo a la
expulsión de los extranjeros.
   Un portavoz de la delegación del
Gobierno manifestó ayer que «el número de personas que pasan por este
garaje, que se viene utilizando desde hace muchos años, es oscilante, pero
no están allí más de 48 horas hasta que son llevados ante un juez».
   Las mismas fuentes detallaron que «los extranjeros están durmiendo en
colchonetas y hay cuartos de baño habilitados». El delegado del Gobierno
en las islas, José Segura, ha admitido la saturación que viven las
comisarías de Policía estos días, y reconoció al mismo tiempo que la
situación es «inevitable».
   Canarias dispone de unas
6.000 plazas para los «sin papeles», donde son atendidos hasta que son
trasladados en «vuelos solidarios» a la Península para aliviar la presión
migratoria que sufren las islas.
   Ayer habían colgado el cartel de
«completo» todos los centros. En concreto, Tenerife dispone de un
campamento provisional en Las Raíces con capacidad para 2.000 personas, a
las que hay que sumar las 300 de las que dispone el centro de
Internamiento (CIE) de Olla Fría y las mil del garaje de la comisaría de
Tenerife sur en Playa de las Américas, que ayer estaba al doble de su
capacidad. Gran Canaria cuenta con una instalación militar provisional en
la Isleta con un millar de plazas, y otro centro de Internamiento de
Extranjeros con 200. Fuerteventura tiene otra instalación fija, un CIE en
El Matorral, en el que están internadas 1.100 personas, y en el que pueden
permanecer un máximo de 40 días hasta que la Policía averigua su identidad
y determina si puede ejecutar o no la orden de expulsión. Pese al alud de
inmigrantes que sufre Canarias, la gran mayoría de ellos acaban siendo
trasladados a los pocos días a la Península, donde las organizaciones no
gubernamentales se encargan de darles una primera asistencia, comida o
incluso dinero para un billete de autobús que les permita trasladarse
hasta el lugar de residencia de algún familiar dentro o fuera de España.
   Precisamente, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera,
manifestó hace dos días que dará los fondos «que haga falta» a las seis
ONG que gestionan la acogida de extranjeros con financiación del Gobierno
para duplicar las plazas. En lo que va de año, esta media docena de
organizaciones han dado alojamiento a los 11.826 subsaharianos llegados.