Zapatero anuncia tolerancia cero con la inmigración ilegal

«Sólo es positiva si está vinculada al mercado de trabajo», matiza

La Razón, 07-09-2006

Madrid – El Gobierno ha terminado con su política de «papeles para todos».
Por lo menos eso es lo que puede desprenderse de las manifestaciones
efectuadas ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, en relación con los indocumentados que llegan a España. El jefe
del Ejecutivo dio un rotundo giro en sus manifestaciones y, si el domingo
en León se mostraba tolerante con los expatriados que vienen de manera
ilegal, ayer, en su intervención ante más de 100 embajadores, garantizó
que no aceptará inmigración clandestina e ilegal «porque no es
inmigración, sino un fraude a los inmigrantes, a los trabajadores y a las
reglas de la convivencia».
   Estas declaraciones están más en
consonancia con las efectuadas el lunes por la vicepresidenta Fernández de
la Vega a su vuelta de una gira por Europa en la que pidió ayuda para
solventar el problema de los indocumentados que llegan a Canarias en
cayucos. Ayer, el titular del Ejecutivo reiteró la solicitud de
colaboración a Europa al asegurar que la cuestión de la inmigración tiene
que asumirse, «inequívocamente», como un problema de dimensión europea.
Por este motivo, en su opinión, es un asunto que debe pasar a formar parte
de «la política prioritaria de una agenda exigente y constante de la UE».
   José Luis Rodríguez Zapatero dedicó una parte importante de su discurso al
problema de las personas que abordan las costas canarias en barcazas. Pero
en un tono diferente al de intervenciones anteriores. No dejó de afirmar
que valora positivamente la inmigración y que la necesita. Sin embargo, en
esta ocasión matizó que «sólo aquella que esté vinculada al mercado de
trabajo».
   El inquilino de La Moncloa admitió que España se ha
convertido en un foco de atracción para los inmigrantes «y lo va a seguir
siendo». Pero en este punto también añadió algo nuevo: «Como todo fenómeno
que supone un cambio social y que tiene un gran impacto económico y
cívico, exige, ante todo, firmeza para que el proceso responda a un
principio único, el de legalidad».
   El desafío económico de
Asia
   Para el presidente Rodríguez Zapatero, la política exterior del
Gabinete de Aznar, centrada en Europa, área Mediterránea e Iberoamérica,
se le había quedado pequeña a una España «en continuo crecimiento». Por
eso, su Gobierno ha entrado en Asia, «el continente del gran desafío
económico», y en África, «el del desafío humano». Según dijo, aspira a ser
«la vanguardia de la solidaridad internacional ya que no es sostenible un
mundo en el que pequeñas islas de prosperidad estén rodeadas de mares de
pobreza y exclusión». Defendió además el papel protagonista de España en
los esfuerzos de paz en Oriente Medio, donde situó la presencia de
militares españoles en Líbano. Se refirió a ella como una nueva
manifestación «palpable del compromiso español con el sistema
internacional que representa la ONU, con la legalidad internacional y con
la apuesta por la paz».
   Continúa la avalancha
   Por otro lado, ayer siguieron llegando cayucos a nuestras cosas.
Concretamente, arribaron al puerto canario de Los Cristianos 274
inmigrantes en tres barcazas. Además, una patrullera de la Guardia Civil
interceptó en las costas de Mauritania un cayuco con 110 indocumentados a
bordo cuando se dirigían a las Islas Canarias. Al cierre de esta edición
se esperaba la llegada de al menos una patera más con unos 70 inmigrantes,
que ya había sido interceptada por Salvamento Marítimo.
   

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