Netanyahu dice que «no anexionará» Gaza y que su control lo tendrá un «gobierno de transición»
El Consejo de Seguridad estudia la propuesta para tomar Gaza City y luego el resto de la Franja en cinco meses mientras el alto mando militar teme que Israel se enfrente a «su propio Vietnam»
Diario Vasco, , 07-08-2025«Cinco divisiones, cinco meses». Benjamín Netanyahu planea tomar Gaza antes de finales de enero mediante la movilización de un formidable dispositivo bélico integrado por … cinco divisiones del ejército, cada una de ellas formada a su vez por más de 10.000 militares. Así se estima en una de las propuestas que este jueves estudiará el Consejo de Seguridad de Israel y que tiene las mayores probabilidades de salir adelante con el beneplácito del primer ministro y la mayoría de su gabinete.
El primer ministro ha sido claro al asegurar en CNN – News 18 que Israel «no anexionará» la Franja, pero se ha mostrado mucho menos explícito sobre qué sucederá el día después de la ocupación. Según él, el control de todo el territorio pasará a manos de un «órgano de gobierno de transición». Algunos medios creen que puede tratarse del ejército, pero el jefe del Estado Mayor ha advertido de sus dificultades, ya que obligaría a concentrar en este enclave gran parte de los recursos de la defensa del país.
La reunión del consejo se desarrolla en medio de fuertes tensiones entre el sector político y el militar. Discrepan sobre la conveniencia de conquistar todo el territorio palestino, un objetivo que el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, considera que «arrastrará a Israel a un agujero negro». La mayoría del escalafón militar, además del ministro de Exteriores, Gedeon Sa’ar, y miembros de la oposición, son contrarios a una conquista a gran escala. Las espadas continúan en alto.
Mientras Netanyahu argumenta que la ofensiva total es la única que puede salvar a los rehenes tras la ruptura de las negociaciones con Hamás, el ejército considera todo lo contrario: en caso de verse cercados, los milicianos podrían ejecutar a la veintena de secuestrados que siguen vivos o huir dejándolos abandonados hasta morir de hambre. De hecho, Zamir ha instado al jefe del Gobierno a que, si sigue con su plan, reconozca que se pueden producir muertes entre los cautivos. «Nuestra intención es derrotar y derrocar a Hamás. Seguiremos actuando teniendo en cuenta a nuestros rehenes y haremos todo lo posible para traerlos a casa», ha dicho el comandante en jefe poco antes de entrar en la reunión del consejo.
«Una cultura de desacuerdo es una parte inseparable de la historia del pueblo de Israel. Es un componente vital de la cultura organizacional de las Fuerzas de Defensa», ha señalado sobre las discrepancias con Netanyahu, a quien ha advertido: «Seguiremos expresando nuestras posiciones sin miedo, de manera sustancial, independiente y profesional». «No nos ocupamos de teorías; nos ocupamos de asuntos de vida o muerte, de la defensa del Estado, y lo hacemos mirando directamente a los ojos de nuestros soldados y de los ciudadanos del país».
Los estrategas militares barajan que una ocupación total puede cumplir el objetivo de arrinconar a Hamás, pero probablemente la haría convertirse en una organización fragmentada con miles de militantes capaces de pasar a la guerra de guerrillas. En esas circunstancias, el jefe del Estado Mayor y otros líderes castrenses han advertido que las tropas pueden acabar empantanadas en un conflicto peligroso y largo, e introducir a Israel en su propia «guerra de Vietnam».
El primer objetivo de la propuesta con más visos de ser aprobada por el consejo consiste en cercar Gaza City, la antigua capital, al norte, en la que viven entre 600.000 y un millón de gazatíes. Allí todavía quedan barrios infranqueables al ejército. Los comandantes creen que la conquista no será sencilla. Las Fuerzas de Defensa han sufrido hasta ahora 495 bajas mortales y el escenario al que se enfrentarían, según estas fuentes, son calles plagadas de explosivos y edificios que los milicianos han minado por completo en su retirada. Bajo tierra quedan decenas de kilómetros de subterráneos sin explorar.
Las Fuerzas de Defensa ordenarán a la población evacuar la ciudad y dirigirse a los campamentos que todavía siguen abiertos en la Franja central. Asentamientos castigados y sin apenas infraestructuras. Aquí, en unas pocas semanas, se levantarían nuevas tiendas provisionales y hospitales de campaña para alojar a los nuevos refugiados. Tras la evacuación, las tropas tomarían por completo la histórica capital.
La invasión continuará más tarde por los campamentos del centro de Gaza, según estas previsiones, obligando a toda la masa de población –incluidos los desplazados de Gaza City– a viajar hasta la denominada «zona humanitaria» de Al – Mawasi, en el sur. Fuente próximas al Gobierno aseguran que el primer ministro y su gabinete tienen la esperanza de que la propia presión demográfica, con más de dos millones de civiles hacinados en un pequeño terreno costero, fuerce a las familias a emigrar a otros países, según cita esta mañana la emisora Kan.
Existe un plan alternativo, consistente en que el ejército asedie Gaza City y los asentamientos del centro de la Franja al mismo tiempo y emprenda una acción de línea dura: cortar todos los suministros y lanzar una campaña de ataques selectivos para obligar a Hamás a retroceder antes de tomar el territorio. Sin embargo, parece haber consenso respecto a que una ofensiva de este estilo causaría más bajas y dilataría los plazos.
El propio Netanyahu habría descartado esta opción antes de la reunión de esta parte. En ella tomarán parte los altos mandos militares y los ministros de su gabinete relacionados directamente con la seguridad del país. Los dos jefes de Finanzas y Seguridad, que lideran el sector ultra del Gobierno, son partidarios de una acción rápida y destructiva, como prólogo a una anexión inmediata de Gaza al Estado hebreo.
El jefe del Gobierno no parece dispuesto de momento a ir tan lejos. Pretende que el consejo le conceda a él y a su ministro de Defensa, Israel Kanz, competencias para tomar decisiones plenas sobre la marcha, señala ‘The Times of Israel’. En principio, Netanyahu parece decantarse por una ocupación gradual, ante la eventualidad de que Hamás acepte en algún momento entregar a todos los rehenes y rendirse. La posibilidad es harto remota, pero Catar, Emiratos Árabes Unidos y Egipto están ejerciendo presión en ese sentido. Sus mediadores temen que los planes del primer ministro terminen con cualquier posibilidad de una tregua definitiva.
¿Cuál sería el papel de Estados Unidos en esta operación? Donald Trump se ha mostrado partidario de «dejar que Israel haga lo que debe hacer». El portal informativo Axios señaló este miércoles que la Casa Blanca no se plantea intervenir sobre Gaza, como sí lo hizo en el bombardeo al programa nuclear de Irán. Sin embargo, Washington tiene previsto jugar un rol en la vertiente humanitaria arrogándoselo a su presidente.
Tal y como publican este jueves medios hebreos, los planes de ocupación contemplan que la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la agencia respaldada por Israel y EE UU, abra hasta doce nuevos puntos de reparto de ayuda, según ha reconocido el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, a Bloomberg News.
La GHF tiene ahora en funcionamiento sólo cuatro almacenes logísticos, insuficientes para satisfacer las necesidades de la población en las condiciones actuales. El formidable movimiento de masas que supondrá una invasión obligará a multiplicar la distribución alimentaria para evitar una catástrofe humanitaria todavía mayor en el centro y el sur de la Franja. Además, según el Ministerio de Defensa, facilitaría alejar a los civiles de la órbita de Hamás, que todavía mantiene el control sobre la distribución clandestina en Gaza City.
«Todo es cuestión de financiación», ha señalado Huckabee, antes de precisar que el despliegue de nuevos centros de comida dependería de la seguridad que puedan proporcionar las tropas sobre el terreno. Según el Canal 12, esta expansión costaría unos mil millones de euros. Los abonaría EE UU y otros aliados. Incluso está previsto que Donald Trump anuncie este refuerzo en breve.
En caso de aprobarse este plan, al Estado Mayor le corresponderá ahora hacer cálculos y sacar efectivos de todas partes. Los comandantes sostienen que será necesario exprimir el cuerpo de reservistas y aumentar y prolongar el servicio militar, dado el volumen de trabajo que supondrá explorar, conquistar y asegurar toda la Franja. Si el ejército opta por continuar solo con unidades regulares, el Estado Mayor ha advertido que será necesario trasladar las tropas establecidas en los frentes de Siria, Líbano y Cisjordania y convocar a decenas de miles de reservistas para cubrir esos flancos.
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