Tras emigrar y trabajar en la hostelería, dos venezolanos apuestan por su propio negocio en Ribadavia
Guillermo Jaspe y William Lugo abren Badu Bar, un negocio donde conviven platos y costumbres de ambos países
La Voz de Galicia, , 05-08-2025os vecinos de Ribadavia ya pueden presumir de la gastronomía venezolana. En el número 42 de la calle de San Martiño ha abierto sus puertas Badu Bar, un local donde conviven los sabores de Venezuela —como arepas, empanadas y tequeños— con tapas típicas del recetario gallego.
Al frente del proyecto están Guillermo Jaspe y William Lugo, dos emprendedores venezolanos que decidieron abrir su propio camino en Galicia tras varios años trabajando en la hostelería. «Cuando llegamos a España, empezamos a trabajar en este sector. Con esfuerzo y experiencia decidimos crear la sociedad e independizarnos para abrir nuestro propio negocio», cuenta William Lugo.
Su primer local nació en Ourense, pero la vida los llevó a Ribadavia. Y con ellos, también el negocio. «Al principio abrimos el negocio en Ourense, pero al mudarnos a Ribadavia lo cerramos. Nos gustó mucho la zona, el turismo que tiene. Al estar cerca de casa podemos trabajar al cien por cien», explica Lugo.
En Badu Bar no falta sabor: empanadas, arepas, tequeños, colas de langostinos, rabas, alitas… La carta combina recetas típicas venezolanas con opciones clásicas de tapeo, lo que permite atraer tanto a locales como a visitantes. «Las empanadas venezolanas y las arepas son nuestros platos estrella. Aunque también tenemos típicas tapas de aquí. Pronto vamos a ir ampliando el menú, agregando otros platos», adelanta.
La acogida, dicen, no pudo haber sido mejor. «Hemos tenido muy bien recibimiento por parte de la gente. Acudieron muchas personas a la inauguración», explica William.
A pesar de las dificultades que siempre acompañan a cualquier emprendimiento, su mirada es positiva. «Los inicios son duros, tanto aquí como en Venezuela. Pero aquí podemos optar a una estabilidad económica», reflexiona.
Mientras miran al futuro con la idea de seguir creciendo, mantienen los pies en la tierra. La situación en su país de origen sigue siendo un tema sensible: «Con todo lo que está pasando ahora, no pensamos en volver a Venezuela. En un futuro próximo pensamos en poder visitar a la familia que sigue allí».
Como tantos otros migrantes, William y Guillermo han dejado atrás una vida para empezar otra, enfrentando nuevos retos con trabajo y constancia. Su historia no es solo la de un negocio que arranca, es también la de quienes buscan estabilidad, dignidad y oportunidades lejos de sus familias.
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