Más de 1.800 inmigrantes se hacinan en condiciones insalubres en la comisaría de Las Américas, en el sur de Tenerife, donde un agente ha contraído el tifus Alrededor de 3.000 inmigrantes irregulares deberán ser puestos en libertad en los próximos días en Canarias, después de haber cumplido los 40 días exigidos por ley en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) de las islas. Centenares de inmigrantes serán liberados ante la imposibilidad de realizar derivaciones masivas a territorio peninsular después de la avalancha de personas llegadas en el último mes.

La Delegación del Gobierno en el Archipiélago, según fuentes policiales, «está desesperada» por encontrar una fórmula que permita un traslado mayor de inmigrantes a otras comunidades. Se está pensando en fletar un barco, ya que la capacidad de los aviones es más limitada y serían necesarios muchos vuelos, añaden las mismas fuentes. En los CIE del Archipiélago hay más de 6.000 personas retenidas, de las que 3.046 se encuentran en Las Raíces.

Ayer arribaron otros 425 subsaharianos a bordo de cuatro cayucos a Tenerife, Gran Canaria y La Gomera. En esta última isla, la llegada de 71 inmigrantes al puerto coincidió con la presencia en dicho lugar del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quien habló en francés con los recién llegados y se interesó por su situación. Al cierre de esta edición se esperaba la llegada de otra embarcación.

En total, son más de 2.000 las personas que están a la espera de pasar a disposición judicial para ser derivadas a un centro de retención. La situación es especialmente grave en el sur tinerfeño, donde la comisaría de Las Américas presenta un «estado deplorable», según afirman los propios agentes que trabajan en ella. Ayer se hacinaban 1.800 sin papeles en estas instalaciones mientras esperaban a que les tomasen declaración.

El cercano restaurante – bar El Drago se encarga de distribuir el desayuno, el almuerzo y la cena de los inmigrantes. Como la capacidad de los calabozos es de 150 personas, los subsaharianos campan a sus anchas por la comisaría y los alrededores. En el garaje y en la rampa de acceso a éste viven los inmigrantes durante días. «Comparten dos baños para todos y para asearse utilizan la manguera que tenemos para limpiar los coches», cuenta un agente.

Algunos policías denuncian «la falta de salubridad» en la comisaría. «Un policía ha sido contagiado de tifus. El contacto con los inmigrantes es inevitable y cualquier enfermedad infectocontagiosa que tengan nos la pueden pegar», insiste un policía. El agente enfermo, A.G.S., tiene 28 años y ha solicitado un cambio del puesto de trabajo, pero se lo han denegado. «En los calabozos no se puede respirar, y cuando baja algún mando, se queda en la puerta porque el olor es insoportable», insiste otro funcionario.

El hacinamiento es tal que ayer ordenaron a los agentes de la comisaría de Las Américas desalojar una explanada colindante, que utilizan como aparcamiento con el objeto de colocar dos grandes carpas en las que instalar a los sin papeles durante los próximos días, para que pasen en ellas el tiempo de espera hasta ser identificados.

La Administración del Estado también ha hecho gestiones para alquilar una finca en la zona de Guargacho, en el municipio de Arona, con el objeto de levantar un campamento de primera acogida. También se está a la espera de que las instituciones de Adeje y Arona faciliten instalaciones deportivas para los inmigrantes.