Zapatero promete «firmeza» frente al «fraude» de la inmigración ilegal
El Mundo, 07-09-2006El presidente del Gobierno respaldó ayer plenamente el nuevo discurso de dureza esbozado el lunes por la número dos del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, y por el titular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, frente al cada vez más acuciante problema de la llegada de inmigrantes ilegales. Zapatero prometió una política de «firmeza» que tendrá como único pilar el principio de «legalidad» y aseguró que «no aceptará» la inmigración clandestina porque se trata simple y llanamente de «un fraude».
El jefe del Gobierno habló en estos términos ante los 123 embajadores de España, reunidos en La Moncloa, y que durante tres días han sido aleccionados en Madrid sobre las prioridades de Zapatero en materia de política exterior e interior. La inmigración ilegal ha sido, sin duda, el tema estrella de la IV Conferencia de Embajadores: desde De la Vega hasta Caldera, pasando por Rubalcaba, Solbes, Alonso, Moratinos y, finalmente, el propio presidente, todos los miembros del Gobierno han mostrado su preocupación ante un fenómeno desbordante.
Zapatero urgió a la diplomacia española a centrar sus esfuerzos en esta cuestión. «La gestión integral y adecuada del fenómeno migratorio», dijo, «es, probablemente, uno de los desafíos de mayor calado que nuestra generación deberá afrontar». «Implica», añadió, «todo un conjunto de actuaciones e iniciativas a corto y largo plazo, en gran medida dependientes de nuestra acción exterior y, por tanto, de nuestra red diplomática».
Mercado de trabajo
El presidente reconoció que la llegada masiva de inmigrantes ilegales tiene «un gran impacto económico y cívico» y, ante la imparable avalancha de cayucos, prometió «ante todo, firmeza, para que el proceso responda sólo a un único principio, que es el principio de legalidad». Y añadió: «Legalidad, mercado de trabajo, integración y convivencia son los únicos parámetros a través de los cuales se debe atender una política en torno al fenómeno de la inmigración».
El presidente señaló también que España es un país que «valora la inmigración» pero siempre «vinculada al mercado de trabajo». Por eso, afirmó que «no aceptará inmigración clandestina ni ilegal». «Sencillamente», precisó, «porque no es inmigración sino un fraude a los inmigrantes, a los trabajadores y a las reglas de la convivencia». Zapatero hizo una vez más un llamamiento a la Unión Europea para que asuma como propio el problema.
Por la noche, durante la cena que Asuntos Exteriores ofreció a los embajadores españoles, se presentaron por sorpresa el Rey Don Juan Carlos y el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
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