Mujeres latinas en Europa crean redes de apoyo frente a la violencia machista: "Ninguna debe sentirse sola"

Una investigación de la Red Latam de Jóvenes Periodistas denuncia la "invisibilidad" de mujeres migrantes y sus consecuencias: "Falta de recursos, vacíos legales y poco reconocimiento".

Público, Rocío Cruz, 28-07-2025

“Esta es la historia que se repite en muchas vidas: una mujer latina llega a Europa buscando un nuevo comienzo. Llega con o sin papeles, con o sin idioma, con o sin alguien que la apoye. Pero en ese viaje, se topa con una frontera invisible, una que no se ve, pero que rompe su camino. Su pareja, que al principio parecía amorosa, se convierte en celosa y controladora. La violencia crece en silencio, la atrapa, y ella termina enfrentando todo sola”. Así comienza el texto que precede a la investigación Bien Acompañadas: Latinas tejiendo redes contra la violencia en Europa. El estudio se adentra en las redes de apoyo que mujeres latinas han tejido en Europa “para ofrecer contención y sanar heridas causadas por la violencia machista”. Estos círculos están presentes en España, Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido.

Detrás del proyecto se encuentra un colectivo de periodistas, miembros de la Red Latam de Jóvenes Periodistas de Europa y de la Red Latam de Jóvenes Periodistas. Todos ellos son migrantes repartidos entre los cinco países mencionados. La iniciativa, cuentan a Público, partió de un grupo de Facebook dedicado a mujeres latinas que viven en Europa. “Entre anuncios de alquileres, preguntas sobre niñeras o gimnasios, surgían denuncias y llamadas de auxilio de mujeres que no sabían a dónde acudir”.

“Las historias que recibíamos nos hicieron cuestionarnos: ¿por qué muchas mujeres no acuden directamente a los canales institucionales? Y sobre todo, ¿qué ocurre con las mujeres que no tienen papeles? ¿Qué tipo de apoyo encuentran cuando no pueden recurrir a las vías oficiales? ¿A quién acuden y qué sucede en esos espacios alternativos?”. Esa necesidad de entender los caminos de resistencia y cuidado llevó al equipo a mapear más de 130 redes de apoyo —disponible en su página web— en los cinco países citados.

El equipo de Bien Acompañadas ha registrado un mapa con más de 130 redes de apoyo en España, Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido

“Las redes de apoyo que hemos registrado se dividen en informales y formales. Las primeras son aquellas que no están institucionalizadas ni reconocidas oficialmente. No son ONGs ni organismos estatales. Aun así, ofrecen contención vital: pueden ir desde un salón de belleza que ofrece escucha segura hasta grupos privados en Facebook donde se comparte información y se pide ayuda”, explican. “Las formales son estructuras ya reconocidas, como casas de acogida, servicios públicos o asociaciones con respaldo institucional. Aunque tienen más recursos, muchas veces son menos accesibles para quienes no tienen papeles o no conocen el idioma. Por eso, las redes informales resultan fundamentales para muchas latinas que migran en situación de vulnerabilidad”.

Investigadoras: “Las redes de apoyo informales son fundamentales para muchas latinas que migran en situación de vulnerabilidad”

“Con la investigación hemos descubierto una enorme invisibilización de las mujeres latinas en los datos oficiales, y eso ya es una pista clave de todo lo que está ocurriendo”, reconocen desde el equipo. El análisis no solo documenta redes de apoyo, sino también busca empoderar. “Por eso incluimos una sección específica sobre denuncias: un apartado práctico pensado para que las propias mujeres puedan consultar, según el país en el que vivan, cuáles son los protocolos de denuncia, qué instituciones pueden ayudarles y, sobre todo, qué ocurre con los reglamentos en casos de deportación”, detallan. “Se trata, dicen, de brindar información útil y accesible para que ninguna mujer migrante se sienta sola o desinformada al enfrentarse a situaciones de violencia”.

La doble violencia de ser mujer y migrante en Europa
Durante su investigación sobre las políticas de protección para mujeres migrantes en Europa, el equipo de Bien Acompañadas se topó con un patrón: “Los vacíos legales y administrativos son la norma, no la excepción”. Aseguran que en muchos países europeos, la información sobre los mecanismos de denuncia y los derechos de las migrantes víctimas de violencia de género brilla por su ausencia. “Y cuando existen regímenes de protección, como en el caso de España, los procesos para acceder a ellos son tan complejos que muchas mujeres desisten antes siquiera de intentarlo”.

Autoras de la iniciativa: “Los procesos de protección en España son tan complejos que muchas mujeres migrantes acaban desistiendo”

“En Bélgica, por ejemplo, los costes económicos de los trámites son tan elevados que se convierten en una barrera insalvable. En Francia, Reino Unido o la propia España, se exige a las víctimas una cantidad desproporcionada de pruebas: informes médicos, evaluaciones psicosociales, órdenes judiciales… todo ello en medio de contextos de vulnerabilidad extrema”, explican. Añaden que lo más alarmante es que, en todos los países estudiados, han documentado casos de mujeres migrantes que, “a pesar de cumplir los requisitos legales para ser protegidas, acabaron siendo deportadas o enfrentando procesos de expulsión”.

“Si en Europa se ofreciera una atención más adaptada a las realidades culturales de las víctimas, con garantías absolutas de confidencialidad y la participación activa de migrantes con más trayectoria como asesores en programas de acogida y apoyo, estaríamos mucho más cerca de brindar un acompañamiento verdaderamente integral a quienes sufren violencia de género”, sostienen las autoras de la investigación.

Latinas en Europa: cuando la esperanza tropieza con la violencia
En Bien Acompañadas se entrelazan las historias de varias mujeres latinas que llegaron a Europa con sueños y esperanzas, pero también enfrentaron realidades dolorosas. Verónica es de Colombia y emigró a España cuando tenía solo 14 años. La adaptación fue dura y la depresión no tardó en hacerle sombra.

A continuación, los nombres que aparecen con asteriscos han sido cambiados para proteger la identidad de las personas.

Nadia* es peruana y llegó a Alemania por amor, tras casarse con un hombre alemán. Lo que al principio parecía un vínculo estable, poco a poco se tornó en violencia psicológica. Mariana*, una joven venezolana, llegó a Bruselas movida por un amor virtual. Enamorada de un chico belga, cruzó fronteras sin papeles ni certezas, con la ilusión de empezar de nuevo. Sin embargo, la luz se apagó rápido: sufrió violencia emocional, psicológica y económica no solo por parte de él, sino también de su familia.

Mar* es mexicana y llegó a París en 2019 como au pair. Su plan era temporal, pero decidió quedarse para estudiar un máster. En ese camino conoció a un hombre francés con quien inició una relación que pronto se volvió tóxica: primero celos y control, luego manipulación, amenazas y, finalmente, violencia física.

Expertas: “Algunas mujeres migrantes no acuden a espacios de apoyo por miedo a ser juzgadas”

Las expertas explican que, en muchos de los casos reportados, las mujeres intentaron denunciar por las vías oficiales, pero “no solo no recibieron el apoyo estatal que les corresponde por ley, sino que incluso fueron desalentadas a continuar”. “Muchas de las migrantes en Europa no tienen acceso a espacios de apoyo y contención ante la violencia, o si los tienen, no logran acudir a ellos por miedo a la deportación o, incluso, por miedo a ser juzgadas”, agregan. “Esto refleja una saturación del sistema o la falta de recursos para atender adecuadamente a este colectivo, tanto en España como en otros países europeos”.

El laberinto legal de las latinas maltratadas en España
“Aunque muchas veces pasamos desapercibidas en las estadísticas oficiales, las migrantes latinoamericanas somos uno de los colectivos más vulnerables frente a la violencia de género en España”, afirman las investigadoras. Se apoyan en datos del Instituto Nacional de Estadística y en el informe Asilo en Cifras de la Oficina de Asilo y Refugio (2023).

Periodistas investigadoras: “Las migrantes latinas somos uno de los colectivos más vulnerables frente a la violencia de género en España”

Según las expertas, el Gobierno español contabiliza casi dos millones de migrantes latinas en su territorio, “sin embargo, varias nacionalidades de Centroamérica y El Caribe son agrupadas en una misma categoría, dificultando su medición”. De ellas, casi la mitad —un 45%— representan todas las solicitudes de refugio en España. Y más alarmante aún: las mujeres latinas suponen el 17% de las víctimas reconocidas de violencia de género, es decir, casi dos de cada diez casos documentados (sin contar denuncias pendientes de sentencia o protección, ni aquellos que no llegan a la policía). En 2024, la realidad se vuelve todavía más preocupante: más de la mitad de las latinas víctimas de violencia de género eran menores de edad, aproximadamente cinco de cada diez casos.

“Uno de los mayores escollos que enfrentan las mujeres migrantes latinoamericanas en España al intentar denunciar violencia de género aparece cuando su situación administrativa es irregular”, explican las autoras del estudio. “En estos casos, la ley contempla la posibilidad de acceder a una residencia independiente que las libere de depender de su agresor —por ejemplo, en situaciones de reagrupación familiar—, pero para ello deben cumplir con requisitos difíciles de alcanzar: obtener una orden de protección o un informe del fiscal”.

Equipo de Bien Acompañadas: “La burocracia en España se transforma en una nueva forma de violencia en lugar de proteger”

Según las expertas, conseguir esos documentos exige atravesar procesos largos y complejos, como someterse a exámenes médicos y psicológicos, aportar múltiples pruebas de la violencia sufrida y, en muchos casos, revivir el trauma. “Incluso cumpliendo con estos requisitos, las tasas de concesión son muy bajas, como advierte el Consejo Europeo sobre las Migraciones (PICUM)”. “A todo esto se suma el factor tiempo: mientras se tramita el procedimiento, muchas mujeres quedan en un limbo legal y social, sin posibilidad de trabajar ni desplazarse libremente, y expuestas además al riesgo de ser reportadas a las autoridades migratorias, lo que podría desembocar en la apertura de un expediente de expulsión. La burocracia, en lugar de proteger, se convierte en una nueva forma de violencia”, concluyen.

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