La Otra Orilla. La era de los crustáceos
«Lo peor del pleno sobre inmigración no fue el poco respeto con que muchos de los 60 ‘okupas’ se toman su oficio, entre burlas, risas, sino su desinterés por las causas que originan este fenómeno»
Canarias 7, 07-09-2006A diferencia de los humanos, con capas de piel, grasa, músculo y vísceras antes de alcanzar la estructura ósea, los crustáceos despliegan su armazón en el exterior y dejan para adentro toda la carne. Igualito que nuestra clase política. A veces uno no sabe si son conscientes del enorme descrédito social del que gozan (los políticos, no los crustáceos, claro). Lo peor del pleno sobre inmigración de este martes no fue el poco respeto con que muchos de los 60 okupas se toman su oficio, entre burlas, risas, bromas, ironías, aplausos y golpes a sus escaños, sino su desinterés por las causas que originan este fenómeno y su nula capacidad para aplicar soluciones concretas.
La pregunta clave no es cuántos más vendrán, porque serán muchos, sino por qué. No basta con desear que no vengan, ni siquiera extendiendo millones en un talonario. No hay euros para borrar la imagen de cómo se vive aquí, que nuestros canales de televisión muestran desde hace años. No hay dinero para borrar ese sueño, ni declaraciones que asusten a los gobernantes de estos países o achanten a los candidatos a emigrar. Esto no acabará mañana. El presidente canario aseguró ayer en la SER que estamos ante «la mayor crisis humanitaria que afronta España desde la Guerra Civil». Lo esperaba de muchos, pero ¿por qué ahora Adán Martín también pierde su tradicional prudencia?, ¿a qué se refiere con esa frase? ¿a los jóvenes fuertes y sanos que llegan en cayucos, que rescata Salvamento y la Guardia Civil, atiende Cruz Roja, identifica la Policía Nacional, expedienta la Justicia y que Interior traslada a campamentos y embarca en vuelos a la Península?, ¿a esos pobres 700 menores cuando, cada curso, su gobierno programa un sistema educativo para 350.000 alumnos?, ¿a los 119.000 europeos que se apuntan a vivir aquí, que sí (ellos sí) consumen recursos sanitarios, residenciales y educativos? ¿a los 11.600 asiáticos? ¿a los 70.800 latinos?
De acuerdo con que la situación es nueva, difícil, incluso extenuante según qué jornada, pero muy, muy lejos de una crisis humanitaria. Si no, ¿cómo llamamos a lo del Sáhara? Lo propio de la era de los crustáceos: caparazón fuerte en el exterior y corazón (los que lo tienen) protegido, pero rodeado de vísceras. De muchas vísceras.
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