Qué fue de los asesinos de El Ejido, el primer polvorín de España: Hadij volvió a Marruecos en ataúd y Fahim tras pasar por el psiquiátrico

Chreki Hadij asesinó a pedradas y a puñaladas a José Ruiz Funes y a Tomás Bonilla porque le reprendieron por agredir a un perro. Lesbir acuchilló a Encarnación Lopez. Tras su expulsión el 3 mayo de 2012 se le prohibió regresar sólo durante 10 años. La respuesta fue un racismo de Ku Klus Klan. Las autoridades aseguraron que aumentarían la seguridad y las medidas de integración. Todo sigue igual

El Mundo, Ángeles Escrivá, 21-07-2025

Los dos asesinos regresaron a su pa�s natal. Mataron tres veces, partieron en trozos a tres familias, despertaron todos los demonios del racismo soterrado y vergonzoso en El Ejido, pasaron por prisi�n y regresaron a los lugares en los que hab�an nacido. Sin ser condenados ni por asomo a las penas que los familiares de sus v�ctimas, Jos� Ruiz Funes, Tom�s Bonilla y Encarnaci�n L�pez hubiesen considerado justas.

Uno, Cherki Hadij, realiz� el viaje de retorno en el ata�d que dispuso su t�a para sus restos y est� enterrado en el cementerio local de Oulad Borahmoune, la aldea del norte de Marruecos en la que le hablaron de El Dorado espa�ol. El otro, Lesbir Fahim, estuvo encerrado durante doce a�os en el psiqui�trico penitenciario de Sevilla antes de ser expulsado a Marruecos, el lugar del que, seg�n �l mismo declar�, nunca debi� de haber salido y donde ha estado peinando sus demonios desde 2012, ya sin el m�dico y el psiquiatra de los que dispuso mientras estaba recluido. Aunque s�lo se le prohibi� regresar a Espa�a en los 10 a�os posteriores.

Tensi�n y dolor en el entierro de Encarnaci�n L�pez en El Ejido.
Tensi�n y dolor en el entierro de Encarnaci�n L�pez en El Ejido.EFE
Los dos dejaron secuelas insoportables con acciones crueles y sin sentido. No planificadas, fruto de un arrebato, con algunas diferencias respecto a lo ocurrido d�as atr�s en Torre Pacheco con el apalizamiento de Domingo por parte de tres hombres. Hadij y Fahim viv�an en el mismo lugar en el que perpetraron sus asesinatos. Incluso, viv�an ambos en unas antiguas cuadras habilitadas como residencia de trabajadores temporeros en Las Norias de Daza.

En esas cuadras, la Guardia Civil encontr� a Fahim cubierto de sangre, mientras sus compa�eros le se�alaban como el loco del lugar. Esa ma�ana, despu�s de una semana de tomar Lexatin, Haloperidol y Axmeton, Fahim se levant�, cogi� un cuchillo, se acerc� al mercadillo de Santa Mar�a del �guila, una pedan�a de El Ejido, y busc� a una mujer a la que matar. Se fij� en una de las que estaba en un puesto de fruta, pero, seg�n cont�, se le escap�. Encontr� a Encarnaci�n L�pez, una chavala de 26 a�os que preparaba su boda en un mes y que hab�a salido un momentito de su casa con su hermana para hacer unas compras. �l intent� robarle el bolso y ella se lo impidi� y busc� refugio instintivamente en un veh�culo cercano sin conseguir zafarse del ladr�n. Fahim le asest� dos pu�aladas a la altura del h�gado que la dejaron sin vida casi de inmediato. Asegur� que escuchaba voces de personas y de animales que le animaban a matar desde hac�a una semana, siete d�as despu�s de que su vecino Cheki Hadij cometiera dos asesinatos cruentos y sin compasi�n ante los hijos de sus v�ctimas.

Los familiares del asesino explicaron despu�s que le hab�an visto tan alterado que le hab�an llevado al Hospital de Torre C�rdenas donde le diagnosticaron un �cuadro de humor paranoide con autorreferencias y pseudoalucinaciones ac�sticas que se producen desde los sucesos de El Ejido�, pero no lo ingresaron porque no ten�a en ese momento un brote y no hab�a perdido de vista la realidad. Tambi�n aseguraron que echaba tanto de menos su tierra, de la que hab�a marchado dos a�os antes, que hab�an recogido dinero para que pudiera marcharse. No explicaron por qu�, si todo se lo prepararon, no se fue sin m�s. Dijeron que hab�an pasado por Delegaci�n de Gobierno para que le repatriaran y que nadie les hizo caso.

En las instalaciones penitenciarias, �se adapt� al medio�, seg�n una fuente que trabaj� en el lugar. �Sin problemas, con su horario, su medicaci�n y su m�dico psiquiatra�, hasta que en 2012 cumpli� condena y cumpli� con el sue�o de regresar a su pa�s.

Una hermana de Encarna, cuando le escuch� musitar un �lo siento� en el banquillo, le espet� un �haberlo pensado antes�, que no reflejaba la rabia y el dolor que la familia ten�a. Los vecinos de Santamar�a del �guila han contado a Cr�nica que se marcharon y nunca regresaron. El abogado que les llev� el caso, Emilio Lucas, a�ade que quedaron profundamente decepcionados con la sentencia de apenas 11 a�os de condena que le fue impuesta al asesino, al aplicarle una eximente parcial por su estado mental.

Lo que desencaden� el desvar�o de Fahim fueron los asesinatos de Jos� Ruiz de Funes y Tom�s Bonilla a manos de Cherki Hadij quince d�as antes del apu�alamiento de Encarnaci�n. En los documentos judiciales, Hadij consta como un s�bdito pakistan� aunque nacido en Souk es Sebt, en Marruecos, que el 22 de enero de 2000 ten�a 24 a�os. Le dio por apedrear a un perro y Jos� Ruiz, que le ten�a empleado, �le recrimin� su actitud�. Jos� acababa de llegar con la furgoneta en la que llevaba a sus hijos �lvaro y Antonio, de 15 y 10 a�os, y a su esposa. El marroqu� cogi� una piedra de gran tama�o y se la arroj� a Jos� y sigui� golpe�ndolo hasta destrozarle el cr�neo. Y, cuando se acerc� Tom�s Bonilla para socorrerle, Hadij lo degoll� y le propin� once cuchilladas.

La �ltima direcci�n del asesino consta en Almoracid de la Sierra, Zaragoza, doce a�os despu�s de entrar en prisi�n. Ten�a que haber cumplido su condena el 14 de enero de este a�o, 9.125 d�as exactamente porque s�lo fue condenado a 17 a�os y seis meses de prisi�n por cada asesinato, de modo que, seg�n los documentos, no iba a �cumplir una pena de privaci�n de libertad superior a 25 a�os�. Pero ingres� en el Hospital Miguel Servet de la capital aragonesa y el 22 de diciembre de 2013 a las 23 h. se document� su fallecimiento. Sus herederos deb�an de ejecutar la responsabilidad civil superior a los 30 millones de pesetas, pero no constan tales herederos. S�lo una t�a que firm� el traslado de su cad�ver.

El asesinato de Encarnaci�n, 15 d�as despu�s de los de Jos� y Tom�s, desencaden� una persecuci�n del inmigrante que recordaba los m�todos del Ku Klux Klan mientras agentes policiales miraban sin intervenir. No se libr� ni el subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, que quiso ir al entierro de Encarnaci�n pese a que acababa de fallecer su padre y acab� siendo arrastrado y apalizado. Uno de los hijos de Tom�s se enrol� despu�s en las filas de Vox y acab� dej�ndolas. Seg�n dice a Cr�nica,Vox se le queda corto. Entonces se anunci� un aumento de seguridad y medidas para la convivencia, pero nada se hizo. Y as� contin�an.

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