Cómo recuperar la convivencia en Torre Pacheco: «La principal barrera es el idioma»
«Necesitamos que la gente se sienta con seguridad y soluciones correctas, no parches. Tenemos que analizar por qué ha pasado esto», asegura Nabil Moreno, presidente de la Comunidad Islámica Al Manar
Diario Vasco, , 20-07-2025Siete de cada diez alumnos matriculados en el IES Sabina Mora de Roldán, la pedanía más poblada de Torre Pacheco, son de origen marroquí. El … centro educativo, que acoge también a estudiantes de Balsicas y Los Martínez del Puerto (Murcia), está dirigido desde el año 2015 por Antonio Vicente Buendía, quien aunque es de Alcantarilla, tiene ya un vínculo especial con el municipio pachequero tras un cuarto de siglo de docencia allí.
Sobre la convivencia en el instituto, Antonio Vicente se muestra muy tajante: «En los últimos 25 años, no ha habido ningún problema en el centro de tipo racial», dice. Por eso se quedó estupefacto con las imágenes de violencia racista vistas esta semana, aunque tiene claro que «ni la agresión al hombre mayor ni la respuesta posterior fueron causadas por gente del pueblo». Aunque admite que mejor que estos sucesos hayan ocurrido con el curso acabado, se muestra seguro de que la convivencia en el IES seguirá siendo buena a la vuelta de las vacaciones. «No habrá problemas», vaticina.
A la pregunta de qué hacer para recuperar la convivencia en Torre Pacheco después de lo ocurrido, mejorando la integración de los migrantes y la aceptación de estos por parte de la población española, Antonio Vicente también lo tiene claro: formación. Considera clave actuar directamente sobre la que él considera la principal barrera: el idioma. «Nos encontramos que vienen muchos alumnos que no saben nada de español, ni ellos ni sus padres. Eso dificulta su integración. Dentro del sistema educativo, tenemos medios para afrontar ese problema, pero no tanto en el caso de las familias, que están viniendo ahora de zonas muy deprimidas de Marruecos. Así que creo que una buena iniciativa sería realizar programas públicos de inmersión lingüística, accesibles para todos las personas mayores de edad del municipio que quieran mejorar su competencia en castellano», plantea el director.
Respecto a los jóvenes, otra propuesta que realiza Vicente tiene que ver con la oferta extraescolar, que actualmente es «muy costosa». «Los alumnos con recursos pueden permitírselo, pero el resto se pasa las tardes sin nada que hacer. Pienso que se pueden utilizar recursos públicos en ese sentido». Por ejemplo, ciclos de cine y talleres en centros culturales de titularidad municipal.
Además, hay que incidir en el fracaso escolar. El docente llama la atención de que los porcentajes de abandono educativo temprano y de marginación social suelen ser coincidentes.
Osama Alalo, un ciudadano de origen sirio de 29 años, no reside en Torre Pacheco, sino en Los Alcázares. Pero desde hace unos años regenta una gestoría laboral en la avenida de Roldán de la localidad, llamada Mare Nostrum, pues el Mediterráneo baña su tierra de nacimiento y de adopción. Es de esos migrantes de origen árabe que escapó del fracaso escolar, el problema que tanto Antonio Vicente como Nabil Moreno señalan como clave para la integración de los extranjeros. Superó en España la Primaria y la Secundaria, para luego licenciarse en Ciencias Políticas en la Universidad de Murcia.
Sin embargo, pese a su vida profesional exitosa, percibe que en España no se le considera plenamente como uno más. «No puede haber una política para españoles y otra para migrantes. Y eso es lo que muchas veces sentimos. Yo creo que, a partir de ahora, para recuperar la convivencia, el Ayuntamiento de Torre Pacheco tiene que moverse y establecer de una vez por todas una verdadera relación con la comunidad marroquí», aconseja Osama, quien reitera que «debe haber un diálogo sincero para crear verdaderos vínculos de confianza que hasta ahora no han existido». «¿Cuándo van a considerarnos de una vez población digna, auténticos pachequeros como todos los demás?», se pregunta este gestor laboral, que llegó con su familia a España en 2003, siendo un niño.
Como posibles soluciones a esta herida abierta entre la población marroquí de Torre Pacheco «que se ha sentido señalada», Osama Alalo propone la realización de talleres de concienciación, «con el objetivo de ir tejiendo una red para dignificar a las personas migrantes». Porque, asegura, el problema que tienen muchos magrebíes es que «a veces no se sienten dignificados». Él lo nota en su trabajo, donde la inmensa mayoría de sus clientes son personas procedentes de Marruecos. «Se encuentran más cómodos conmigo que con otro compañero y no es solo por el idioma, sino porque perciben un interés por parte del profesional en sus problemas», explica.
Sobre el tema del abandono escolar temprano, coincide con el director del instituto de Roldán y con su amigo Nabil Moreno en que es la auténtica clave de bóveda. «El fracaso escolar te saca de una burbuja y te mete en otra. Es lo que pasa con muchos jóvenes, que abandonan los estudios y se sienten excluidos», lamenta. Para combatir el fracaso escolar, en la comarca se ha creado una asociación en la que Osama ejerce un papel muy activo.
Nabil Moreno, presidente de la Comunidad Islámica Al Manar de Torre Pacheco, nació en Tetuán, una ciudad del norte de Marruecos, hace 46 años. Pero más de la mitad de su vida (24 años) ha transcurrido en España, donde antaño residieron sus abuelos (de ahí su apellido) y donde él emigró en 2001 en busca de oportunidades que no le daba su país. Está casado con una española de origen magrebí y, aunque lleva en su corazón a España, «el país que me ha cambiado la vida», afirma que siempre se sentirá marroquí. «Nací allí y eso no puedo cambiarlo», reconoce con sinceridad.
Nabil no puede ocultar la tristeza que le produce lo que ha sucedido en Torre Pacheco, unos hechos que define como «un fracaso colectivo, de los gobiernos españoles, de las asociaciones marroquíes y de la sociedad en su conjunto». Por eso invita a todos a hacer autocrítica, porque solo así se encontrarán las soluciones adecuadas.
«Para volver a la normalidad, necesitamos conseguir que la gente, todos, marroquíes y españoles, se sienta con seguridad. Está llegando gente inmigrante muy agresiva y peligrosa, que amenaza la seguridad de todos, también la nuestra, la de los marroquíes que vivimos aquí. Tenemos que buscar las soluciones correctas, y no parches, porque si no vamos a vivir más crisis en el futuro. Tenemos que analizar qué ha pasado, y si hay conflictos entre nuestras comunidades, recurrir a trabajadores sociales, a la mediación y el diálogo».
Para este empleado de una cadena alimentaria, las autoridades locales «tienen que establecer un diálogo con nosotros, entender que somos parte de la sociedad pachequera y no solo acordarse de nosotros cuando hay elecciones». Asimismo, tal y como señala el director del instituto de Roldán en la página anterior, incide Nabil en el problema del abandono escolar temprano. «El fracaso escolar es la clave de todo. Los chicos de origen marroquí están integrados en la sociedad española mientras permanecen estudiando. Pero cuando abandonan los estudios, pierden el contacto con sus amigos españoles y tienden a juntarse con quienes son de sus mismos orígenes, los del barrio. Y ahí vuelven a la marginación, al conflicto». Especialmente, esos jóvenes de segunda generación «a los que se les considera extranjeros tanto en España como en Marruecos».
Él, por su parte, como figura de referencia de la comunidad de la mezquita de la calle Inglaterra, asegura que hace y va a hacer todo lo que esté en su mano para disipar el rencor que pueda haber quedado en el corazón de sus compatriotas por la persecución racista de la última semana. Aunque avisa de que «se ha abierto una herida», se muestra seguro de que «la normalidad regresará y la convivencia volverá a ser tan buena como siempre».
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