Humor contra Hitler

Publican en Alemania un libro que recopila los chistes sobre el régimen nazi entre 1933 y 1945

El Correo, 07-09-2006

La locura nazi acabó con la vida de más de 55 millones de personas durante la II Guerra Mundial. La hemorragia terminó en 1945, con la rendición incondicional de un ya destartalado Tercer Reich, zarandeado y derribado finalmente por los aliados. El régimen de Adolf Hitler, en el poder desde 1933, se dedicó a perseguir – y aniquilar – a los judíos, comunistas, eslavos, homosexuales, discapacitados, gitanos… Fueron doce años de oprobios y asesinatos en masa que dejaron una honda cicatriz que afeó el rostro de la Humanidad para siempre. Pero no todos los alemanes aplaudieron la esquizofrenia exterminadora del führer. Un libro titulado ‘Heil Hitler, el cerdo ha muerto’, escrito por el cineasta germano Rudolph Herzog, recopila a lo largo de sus 240 páginas los chistes sobre el Gobierno de la cruz gamada para demostrar que «también había gente que no profesaba un culto incondicional a la figura de Hitler».

El autor, que ha estrenado además una película del mismo título, ha rebuscado en la memoria colectiva de un pueblo que, en clave de comedia, se dedicaba a ridiculizar la ideología de la esvástica. Herzog rescató el humor ácido de los cabarés y los chistes que circulaban por las calles a modo de mantra, bromas que costaron la vida a más de un valiente. «Lo que pretendo es cambiar la percepción de la sociedad de la época, ya que las principales imágenes de ese período son pura propaganda», manifestó el escritor, hijo del cineasta Werner Herzog.

En el libro se recogen cientos de chistes y comentarios satíricos. Uno de ellos ironiza sobre la creación de la famosa raza aria: «El nuevo hombre será delgado como Göring, rubio como Hitler y grande como Goebbels». Después del fiasco de Stalingrado las bromas se volvieron más pesimistas, más fatalistas, y exteriorizaban el descontento de muchos germanos contrarios al pensamiento nazi: «Göring y Hitler están en un barco, hay una tempestad y la embarcación zozobra. ¿Quién se salva? Alemania».

Con el tiempo, contar una ocurrencia de este pelo se volvió una práctica de alto riesgo. El libro de Herzog recoge numerosos ejemplos de ejecuciones llevadas a cabo por soldados alemanes contra todo aquel que osaba burlarse de la ‘gran nación’ hitleriana. En la obra se recuerda el caso del cura católico Josef Müller y de una mujer de Berlín, que fueron fusilados por «una palabra dicha fuera de lugar». Eran tiempos de plomo y fuego, odio y exterminio, que ahora un libro pretende purificar a través de un legado humorístico.

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