La Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi (CEAR) ha anunciado hoy que preparará una “batería de recursos legales” contra la resolución emitida por el subdelegado del Gobierno en Bizkaia por dejar en el “limbo jurídico” a los polizones africanos que llegaron el pasado 22 de agosto al puerto de Santurce a bordo del buque Agiasma.

El presidente de CEAR-Euskadi, Javier Galparsoro, y la abogada de oficio de los polizones, Karmele de la Vega, han comparecido hoy ante los medios para denunciar la situación de “vulnerabilidad” en la que se encuentran tres de los polizones a raíz de la autorización de entrada adoptada por la Subdelagación, que está supeditada a lo que resuelva finalmente el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo N§ 2 de Madrid.

Previsiblemente, los tribunales se pronunciarán este viernes o la próxima semana sobre las solicitudes de asilo denegadas en un principio a tres de ellos, habiéndose admitido a trámite solo una. Galparsoro se ha mostrado “muy decepcionado” con la resolución ya que según ha criticado, los polizones están sujetos a lo que decida el tribunal de Madrid pudiendo “estar ilegales dentro de pocos días”.

El responsable de la Comisión vasca ha advertido de que es “potestad” del Subdelegado autorizar la entrada de los polizones por “razones excepcionales de índole humanitaria”, como le había solicitado expresamente la Comisión el pasado 28 de agosto. No obstante, desde CEAR critican que el subdelegado ha querido “trasladar en todo momento la responsabilidad al juez de Madrid”. “Creemos que el subdelegado del Gobierno en Bizkaia ha decidido por sí mismo autorizar la entrada pero no, como él decía supeditándola al aval del juez central de lo Contencioso Administrativo de Madrid sencillamente porque ese aval no ha llegado”, ha indicado.

En este sentido, Galparsoro ha calificado la resolución de “timorata y fusilánime” y “propia de alguien que no quiere mojarse y que además se contradice”. A su juicio, la Subdelegación debía haber indicado que la entrada al país se debía por razones humanitarias y debía de haber hecho entrega a los polizones de los correspondientes permisos de residencia. Según ha criticado CEAR, la ausencia de documentación implica unos “problemas muy serios” para la integración social de los polizones.

Desde la Comisión de Ayuda al Refugiado de Euskadi han reconocido haber tenido “mucho miedo” por la vida de los polizones, tanto por la huelga de hambre y sed que habían iniciado, como por el “maltrato” ejercido por la tripulación. Los polizones, que ya han ingerido alimentos, han sido entregados a la Cruz Roja.

Al parecer, los cuatro estuvieron abordo del barco durante cinco meses habiendo tocado 18 puertos, algunos indonesios y malayos y otros de la Unión Europea, como Gibraltar, Portugal, Grecia e Italia. Galparsoro ha señalado que es una “vergenza” para Europa que en ninguno de esos países los polizones hayan recibido asistencia médica y humanitaria, y ha destacado el “buen dispositivo” existente en el Puerto de Bilbao