Apadrine usted a Alvise
Público, , 14-07-2025Alvise Pérez vino a regenerar la política española y decidió empezar regenerando a Alvise Pérez. Es un gran comienzo, no cabe duda. Frente a la acusación de haber utilizado los cien mil euros que le dio un empresario para financiar su campaña electoral en las europeas, Alvise sostiene que en realidad lo utilizó para financiarse a sí mismo. También podía haber dicho algo parecido a la célebre frase de George Best, cuando el astro del Manchester United explicaba cómo había dilapidado una fortuna: “Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol; el resto lo derroché”. A fin de cuentas, el SALF (Se Acabó la Fiesta), el tinglado político de Alvise Pérez, se inventó precisamente para subvencionar la juerga existencial de este avispado buscavidas que se crio en UPyD, transbordó a Ciudadanos y saltó a tiempo para protagonizar su propia y excitante aventura.
El empresario, Álvaro Romillo (alias CryptoSpain), afirma que le entregaron a Alvise un maletín con cien mil euros en diez fajos de billetes una transacción, como se ve, hecha en el mejor estilo mafioso con la confianza de que el futuro eurodiputado le echara una mano desde su sillón en el Parlamento Europeo. Era mucho confiar, sobre todo si Alvise andaba justo en medio, pero teniendo en cuenta que Romillo está en el centro de una investigación por montar un chiringuito financiero que asesoraba sobre los métodos más eficaces para eludir impuestos, es lógico que haya decidido colaborar con la justicia. Según escribió en un documento presentado a la Fiscalía, Alvise le aseguró que “con un buen acuerdo de colaboración, tus proyectos podrían llegar a muchísima más gente y yo financiar con seguridad y holgura mi campaña sin la problemática de la persecución estatal”.
Alvise ha dado al menos tres versiones contradictorias sobre esta generosa donación, la última de las cuales consiste en confesar que recibió la morterada de dinero negro en pago de una conferencia sobre libertad financiera que duró unos treinta minutos. “Poco me parece que me pagara por media hora de charla”, puntualizó Alvise, quien ya advirtió hace unos meses de que lo mejor que podían hacer los españoles era seguir sus consejos fiscales y evadir impuestos: “Todo impuesto que podáis evitar pagar, no lo paguéis”. Como se ve, le sobraron al menos 29 minutos de conferencia.
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Ciertamente, aparte de viajes, comilonas y otros gastos personales, los vídeos falsos donde Alvise criminaliza a las minorías raciales y calienta los ánimos de sus seguidores para organizar linchamientos no van a pagarse solos. En su última campaña mediática, en sintonía con el anuncio de Vox para deportar a ocho millones de inmigrantes, ayudó a encender un pogromo contra la población magrebí en Torre Pacheco que se ha saldado con cinco heridos y graves disturbios callejeros. No es la primera vez ni, por desgracia, será la última, pero no deja de ser curioso que Alvise fomente la pureza racial cuando, con las pintas que gasta, podría protagonizar él solo un documental de Los Gipsy Kings, aquel lamentable reality de Cuatro, un biopic sobre Mahoma y, de paso, dos videoclips de Los Chunguitos.
En fin, todo puede esperarse de un personaje que confesó sin el menor empacho que estaban organizando sabotajes a trenes y aviones porque “es un derecho constitucional”. Hay gente que, como decía el mayordomo de Batman, solo quiere ver el mundo arder, aunque sea empezando por Torre Pacheco. Mientras tanto, él se está forrando siguiendo el sabio refrán “a río revuelto, ganancia de pescadores” y modificando ligeramente la expresión “la caridad bien entendida empieza por uno mismo”. Lo más curioso es que todavía haya crédulos que le sigan con los ojos cerrados, más o menos los mismos crédulos que aún esperan que les toque el sorteo mensual de su sueldo de eurodiputado. La fiesta no se acaba ni de coña.
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