Inmigración, Ucrania y cooperación nuclear: las tres piedras de toque de la visita de Estado de Macron a Londres
Inician hoy un encuentro de tres días, que celebra la reconciliación entre Londres y el resto de Europa
El Mundo, , 08-07-2025Uno prácticamente acaba de comenzar su mandato; el otro está cerca de concluirlo. Ambos pueden ser sucedidos por gobiernos de ultraderecha que simbolizan exactamente lo contrario de sus ideales políticos. Ninguno de los dos se encuentra en su mejor momento de popularidad. A uno lo acusan de falta de ambición y de carisma; al otro, de complejo napoleónico.
Son el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Ambos inician hoy un encuentro de tres días en el Reino Unido, que celebra la reconciliación entre Londres y el resto de Europa. De hecho, Macron es el primer presidente galo que realiza una visita de Estado al Reino Unido desde el lejano 2008, cuando el cargo estaba en manos de Nicolas Sarkozy.
Esta reconciliación entre Londres y París tras el trauma del Brexit es un paso más dentro de la reentrada del Reino Unido en Europa. Los británicos no van a ahorrar pompa y simbolismo. Macron tendrá un desfile en carroza, un discurso en el Parlamento y un almuerzo con los reyes en el castillo de Windsor. Sin embargo, el éxito o el fracaso de la cumbre se va a medir con baremos más pedestres: inmigración, Ucrania y cooperación nuclear.
Inmigración
Lo más complicado y donde Starmer se juega más. El primer ministro quiere firmar con Macron un acuerdo basado en la idea “uno entra y otro sale”, en virtud del cual el Reino Unido devolvería a Francia a los inmigrantes que llegan cruzando ilegalmente el Canal de la Mancha y a cambio aceptaría a un número equivalente de solicitantes de asilo previamente evaluados.
Si Starmer logra un acuerdo, se habrá anotado un punto en una de las áreas en las que su gestión política es más criticada: la lucha contra la inmigración irregular. El problema es que París y Londres no habían llegado el lunes todavía a un acuerdo para el plan, que exigiría a las fuerzas del orden británicas estar presentes en Francia para poder decidir qué solicitantes de asilo son aceptados.
A eso se suma el rechazo de Italia, España, Grecia, Malta y Chipre. Esas naciones son “de primera entrada” en materia migratoria, es decir, son la puerta de acceso a la UE para los indocumentados, por lo que temen que un acuerdo bilateral entre Francia y un país extracomunitario como Reino Unido socave el Pacto Europeo de Migración y Asilo, que busca distribuir la carga migratoria de forma equitativa entre los países miembros.
Cooperación nuclear
Una declaración conjunta para lanzar el megaproyecto nuclear Sizewell C, en el condado británico de Sussex, que constará de dos reactores fabricados por la empresa francesa Framatome capaces de proveer energía eléctrica a seis millones de hogares. Además, la eléctrica estatal gala EDF âque es dueña de Framatomeâ tendrá el 16% del proyecto mientras que el Estado británico se hará cargo de cerca del 45%. El monto total de Sizewell C oscila entre los 20.000 y los 40.000 de libras (de 23.000 a 46.000 millones de euros)
Para Starmer, la central tiene una importancia política considerable, así que quiere que el proyecto arranque ya, y nada mejor para ello que un acuerdo internacional. Por un lado, Sidewell C es clave en el objetivo británico de lograr emisiones netas cero en 2050 y en los planes del Gobierno laborista de aumentar el anémico crecimiento económico del país y generar actividad fuera de Londres. También juega un papel clave dentro de la estrategia británica de alcanzar la independencia energética.
Además, el Gobierno británico quiere mostrar con Sidewell C que es capaz de llevar a cabo un proyecto nuclear a gran escala. Es algo importante después del fiasco de otra gran planta atómica, la de Hinkley Point, también coordinada por EDF, que fue lanzada por el Gobierno conservador de Bodis Johnson y acumula un retraso de un lustro y unos sobrecostes del 100%.
Ucrania
Donald Trump sigue intentando, contra viento y marea, lograr un acuerdo de paz favorable a Rusia pese a que Vladimir Putin le ha dejado claro por activa (bombardeos, ofensivas) y por pasiva (conversaciones bilaterales) que no tiene el menor interés en parar la guerra.
Eso deja a la ‘coalición de voluntarios’ formada sobre todo por países europeos y dirigida de facto por Starmer y Macron como la única fuerza sólida de apoyo a Kiev.
El problema es que los países de la coalición dependen de la tecnología militar estadounidense y de su paraguas nuclear, por lo que la ayuda que pueden dar a Ucrania es limitada, al igual que lo es su capacidad para influir en Trump.
Por si eso no bastara, la estrategia europea iniciada por Dinamarca de dar ayuda a Ucrania para que ese país desarrolle su propia industria de defensa es muy eficaz. Pero solo va a dar resultados en el medio y largo plazo.
Así que Starmer y Macron van a debatir tres áreas, en un encuentro bilateral y en una cumbre virtual en la que participarán, entre otros, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el canciller alemán, Friedrich Metz, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Los temas que discutirán son la imposición de nuevas sanciones a Rusia algo de una credibilidad limitada si EEUU no se suma, lo que parece que será el caso y el aumento de la ayuda militar a Ucrania; la reafirmación de que Kiev debe jugar un papel importante en unas negociaciones de paz y la creación de la famosa ‘coalición de voluntarios’ que trate de proteger a Ucrania si se alcanza ese acuerdo de paz y que, de nuevo, si no tiene apoyo aéreo de EEUU (lo que a día de hoy es inimaginable), probablemente no llegue a desplegarse nunca.
(Puede haber caducado)