País Vasco, Cataluña y Navarra son las autonomías donde los profesores menos se implican en el aprendizaje de sus alumnos

También muestran peor clima disciplinario en las aulas. La lengua cooficial, el modelo pedagogista y las pantallas son las posibles causas

El Mundo, Olga R. Sanmartín, 03-07-2025

El apoyo docente a los alumnos ha bajado «de forma significativa» en la última década en España. El País Vasco es la comunidad autónoma donde los profesores menos interés muestran por el aprendizaje de cada estudiante en cada clase (el 27% frente al 39% del conjunto de España y al 31% del promedio de la OCDE), menos los ayudan de forma constante con sus estudios (29% frente al 42% y al 39%), menos recursos les ofrecen cuando se necesitan (27% frente al 37% y al 38%) y menos persisten enseñando hasta que entienden (28% frente al 38% y al 34%).

Estos datos proceden de un trabajo que acaba de publicar el centro de análisis Funcas a partir de los resultados del último informe PISA. En él se advierte que el apoyo docente (entendido como la implicación o el interés de los profesores en el aprendizaje de sus estudiantes) «es un elemento fundamental para el éxito académico y el bienestar» de los jóvenes. Un mayor apoyo por parte del profesorado se relaciona con un incremento de más de cinco puntos en el rendimiento en Matemáticas, el equivalente a lo que se aprende en un mes de clase. Además, se asocia con «hábitos de aprendizaje más proactivos», «mejor autorregulación», una «mayor motivación» y «una reducción de la ansiedad de los estudiantes».

País Vasco es la comunidad autónoma que menos apoyo docente registra, a pesar de que se trata de la región que más invierte en educación. Navarra, también con mucho gasto educativo, es el segundo territorio que peor sale, seguido de Cataluña. En estas dos comunidades pocos alumnos de 15 años responden afirmativamente cuando PISA les pregunta si el profesor muestra interés por su aprendizaje en cada clase (33%), si les ayuda de forma constante con sus estudios (33% en Navarra y 37% en Cataluña), si les ofrece recursos extra cuando los necesitan (29% en Navarra y 31% en Cataluña) o si sigue enseñando hasta que entienden (32% en Navarra y 34% en Cataluña).

Se da la circunstancia de que estas tres regiones son también las que más han caído en cuanto a resultados académicos de los alumnos en el último PISA. Sus estudiantes tradicionalmente habían brillado en esta clasificación internacional, pero en la última edición se han desplomado hasta ponerse en la cola, al nivel de los adolescentes de Canarias, Extremadura o Murcia. Por otro lado, Cataluña es el territorio donde los escolares muestran mayor desafección por la escuela, mientras que el País Vasco bate el récord en inmigrantes con malos resultados.

Ismael Sanz, analista de Funcas que ha realizado la investigación, maneja la hipótesis de que «el interés que existe en la escuela por la lengua cooficial está empezando a detraer recursos, energía y foco de atención» de los docentes. «La función principal de la escuela es el aprendizaje de los alumnos, además de su bienestar. En estas tres autonomías hay un tercer objetivo, la transmisión y preservación de la lengua, que puede estar restando fuerza a los otros dos objetivos», sostiene este profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador invitado en la London School of Economics.

También puede estar influyendo que País Vasco, Cataluña y Navarra sean las CCAA, según Sanz, «donde se han implantado con más fuerza un tipo de pedagogía que resta importancia al esfuerzo, al mérito y a la memoria». Cataluña fue el campo de experimentación de la Ley Celaá, mientras que en el País Vasco y Navarra se han extendido con entusiasmo prácticas como el aprendizaje basado en proyectos, la agrupación de asignaturas o la gamificación. Son también las que más han defendido la digitalización del aula, sustituyendo los libros de texto de papel por pantallas.

El País Vasco, de hecho, es la región con mayor porcentaje de alumnos que se distraen en cada clase usando dispositivos digitales (el 17% frente al 12% de la media de España y el 11% del promedio de la OCDE). También es líder en estudiantes que se distraen por otros compañeros que usan tabletas o portátiles (12,7% frente al 9% de España y de la OCDE), seguida de Cataluña (12,1%).

La OCDE dice que el rendimiento académico y el bienestar del alumnado están condicionados asimismo por el clima disciplinario. Y nuevamente el País Vasco despunta en estudiantes que no escuchan al profesor (14% frente al 11% de España y de la OCDE), así como en aulas donde hay ruido y desorden (15%, por detrás del 17% de Murcia, frente al 13% y al 10%) o donde los estudiantes no pueden trabajar bien (8% frente al 7% del promedio nacional e internacional).

Para que haya un buen clima en el aula es necesario contar con la implicación del profesorado. El trabajo de Funcas constata el «descenso progresivo» en la última década en España del porcentaje de estudiantes que perciben un buen apoyo docente, una caída registrada en la mayoría de países de la OCDE pero que aquí ha sido más intensa. ¿Por qué?

Además de las razones ya citadas en las regiones con lengua cooficial, Sanz apunta al empeoramiento del clima de disciplina en las aulas españolas, con una caída mayor que en otros países. «Cuando el ambiente no es bueno, los docentes tienen menos tiempo para atender a sus estudiantes y se sienten menos satisfechos con su trabajo. Se reduce el tiempo de atención al resto de los alumnos y su calidad», explica.

Este empeoramiento del clima escolar está relacionado, según Sanz, con «el aumento de la diversidad», pues, debido a la reducción del abandono escolar temprano, «llegan a 4º de la ESO más estudiantes que antes no lo hacían»; entre ellos, alumnos con necesidades especiales o de origen inmigrante. «Hay más diversidad que antes y los profesores necesitan más formación para abordarla», reclama este investigador.

Un tercer motivo citado por Sanz es el incremento de carga burocrática que ha traído la Ley Celaá, que quita tiempo y energía a los docentes para prestar más atención a los estudiantes. Sanz recomienda reducir estas tareas de papeleo, implantar tutorías en pequeños grupos en horario escolar, poner a dos docentes dentro del aula y, en general, fomentar todas esas prácticas que permiten «adaptarse al nivel de cada estudiante».

El modelo danés
Un ejemplo a seguir es Dinamarca, que destaca por encima de la OCDE en clima escolar, sentido de pertenencia de los alumnos y apoyo docente. Una de las claves es la ayuda del Gobierno a los profesores. Desde 2014 existe un cuerpo nacional de consultores de aprendizaje que apoyan a los colegios.

También se han destinado fondos específicos para formación y desarrollo profesional y acuerdos para fortalecer la profesionalidad docente.

Los docentes daneses son evaluados, una evaluación que se realiza principalmente de forma voluntaria y local, a través de la autoevaluación y la retroalimentación de los directores, aunque las prácticas varían entre centros y no siempre están asociadas al desarrollo profesional. Aun así, más del 60% de los docentes recibe al menos una evaluación formal anual de su desempeño.

Dinamarca dispone de evaluaciones nacionales y exámenes en Primaria y Secundaria inferior (el equivalente a la ESO), y desde 2006 todas las escuelas deben realizar un Plan Individual de Seguimiento Obligatorio para cada alumno, que se ha ido digitalizando. El Ministerio emplea estos datos para detectar centros con desafíos de calidad sostenidos e intervenir en caso necesario.

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