Socialdemócrata pero militarista y antiinmigración: Dinamarca asume la presidencia del Consejo de la UE

El gobierno danés quiere acelerar la tramitación del plan Meloni sobre expulsiones de migrantes y el plan de financiación del rearme de Von der Leyen.

Público, Gerard Fageda, 01-07-2025

La familia socialdemócrata se ha ido debilitando a marchas forzadas los últimos años en toda la Unión Europea y cada vez controla menos gobiernos. Uno de los pocos ejecutivos que aún están en manos del Partido Socialista Europea (PSE) es el de Dinamarca, que asume la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea durante este segundo semestre de 2025. Sin embargo, el ejecutivo danés liderado por Mette Frederiksen es uno de los más militaristas y con un discurso antiinmigración más duro, dentro de unas políticas totalmente alineadas con las de la extrema derecha europea.

En la presentación de las prioridades de la presidencia de Dinamarca del Consejo de la UE, que empieza este martes 1 de julio, el gobierno danés no esconde su voluntad de impulsar las medidas antiinmigración que la Comisión Europea de Ursula von der Leyen ya ha puesto sobre la mesa. En este sentido, el embajador danés ante la Unión Europea, Carsten Gronbech-Jensen, ha confirmado en una rueda de prensa este lunes que la intención del ejecutivo socialdemócrata danés es “trabajar para avanzar” en las propuestas legislativas que pretenden limitar la entrada de migrantes en territorio comunitario e incrementar las expulsiones de las personas que viven en la UE de manera irregular.

Así pues, el gobierno danés pretende agilizar la tramitación del paquete de medidas antiinmigración de Von der Leyen y que pretende dar amparo legal al plan ideado por la primera ministra italiana, la dirigente de extrema derecha Giorgia Meloni. Una de las normativas principales de este paquete es intentar legalizar la creación de campos de inmigrantes fuera del territorio de la Unión Europea, en los cuales los países comunitarios podrían deportar a las personas que viven en el bloque comunitario de manera irregular. Es decir, exactamente la iniciativa desplegada por Meloni en Albania.

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Concretamente, el ejecutivo comunitario propuso que ya no sea “obligatorio” que los Estados miembros solo puedan expulsar a inmigrantes en países con los que el recién llegado tiene algún vínculo. Según las fuentes comunitarias que explicaron a la prensa los detalles del plan, se trata de una reforma “coherente” con la voluntad de hacer más eficientes los retornos de migrantes, tal y como piden una gran mayoría de gobiernos europeos.

Además, este plan antiinmigración pretende que todos los recursos de los migrantes contra sus expulsiones a terceros países ya no comporten una suspensión automática del proceso de deportación hasta que haya una decisión definitiva. Según las mismas fuentes comunitarias, el objetivo es reducir “retrasos en los procedimientos y prevenir abusos” por la lentitud de estos trámites.

Cabe recordar que, a pesar de que se trata de un paquete legislativo inspirado sobre todo en el plan Meloni, la primera ministra danesa le ha dado apoyo desde el primer momento y se ha mostrado siempre entusiasmada con la idea que se extrapole al conjunto de la Unión Europea. De hecho, incluso antes de la llegada de Meloni al poder, Frederiksen planteó la idea de externalizar y enviar los solicitantes de asilo a Ruanda.

La relación ente Meloni y Frederiksen no se acaba aquí. Las dos dirigentes impulsaron a finales de mayo una petición por carta a la Comisión Europea para “abrir el debate público” sobre la Convención Europea de Derechos Humanos. Según explicó Meloni en rueda de prensa, la intención de la solicitud, que al final apoyaron siete Estados miembros de la UE, es modificar los tratados en materia de derechos humanos para que los países tengan “más soberanía” y “puedan afrontar los grandes temas”, “sobre todo la migración”. Así, la primera ministra italiana se quejó de que, por ejemplo, en algunas ocasiones las autoridades italianas “no han podido expulsar migrantes manchados con delitos graves”. En su turno, Frederiksen aseguró que estaba “de acuerdo en todo” lo que defendía Meloni en materia migratoria.

Más gasto militar
Dinamarca también es uno de los países con un discurso más militarista en la Unión Europea y uno de los que más presiona a sus socios para que incrementen el gasto en defensa, en unión de los socios del Europa del Este y los bálticos, que son los que se sienten más inmediatamente amenazados por el expansionismo del régimen de Vladímir Putin. En este sentido, el embajador danés ante la UE ha asegurado que pretenden presionar para avanzar en el rearme europeo, si bien ha admitido que la cantidad de dinero que destinen a defensa depende sobre todo de cada Estado miembro.

Aun así, el gobierno danés asegura que pretende acelerar el trámite del plan de financiación del rearme presentado por Von der Leyen y que ya cuenta con la bendición de los Estados miembros. Entre otras, propone medidas excepcionales como la relajación de las reglas fiscales, una medida que no se tomó ni en plena crisis financiera, el desvío de fondos comunitarios ya aprobados a defensa o la creación de bonos europeos en forma de préstamo para las administraciones estatales.

Cabe recordar que el gobierno que ostenta la presidencia del Consejo de la UE tiene una influencia clave en los temas que se discuten entre los Estados miembros y los encuentros ministeriales del bloque comunitario. Más allá de tener un cierto margen para decidir qué cuestiones se ponen sobre la mesa y cuáles no, también puede acelerar algunas de las carpetas que le interesan, y en el caso de Dinamarca serían claras: medidas antiinmigración y pro rearme. Y, si no les interesa la iniciativa, también pueden ralentizar sus trámites.

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