"En España hay un problema grave con el colapso de las citas previas para pedir asilo"
El codirector general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) repasa en 'Público' en el Día Mundial del Refugiado la situación del asilo en España y alerta sobre cómo la ultraderecha puede impactar negativamente en las políticas migratorias.
Público, , 20-06-2025Mauricio Valiente es codirector general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), junto a Mónica López. Con una larga trayectoria en la organización, ha sido anteriormente coordinador del equipo jurídico y responsable de Políticas y Campañas. A lo largo de su carrera ha desempeñado distintos cargos de responsabilidad pública, asociados a las políticas sociales, los derechos humanos, los procesos migratorios y la memoria democrática.
Hablamos con él en el este viernes, el Día Mundial del Refugiado, y tras la publicación del XXIII Informe Anual de CEAR sobre asilo y refugio en España. El documento alerta sobre un nuevo récord histórico en solicitudes de asilo: en lo que va de 2024, España ha recibido 167.366 peticiones, la cifra más alta desde que existen registros. Sin embargo, está a la cola de la UE en cuanto a concesión de asilo. El informe subraya la urgencia de reforzar el sistema de acogida y de garantizar una respuesta eficaz para aquellos que se ven obligados a huir de su país de origen.
España sigue teniendo una de las tasas más bajas de concesión de asilo en Europa (18,5%). ¿A qué lo atribuyen?
A nuestro juicio esto ocurre por dos motivos. Uno, la práctica restrictiva por parte del Ministerio del Interior, que tiende a descartar de antemano cualquier tipo de petición, considerándola como infundada, o que tiene una segunda intención migratoria de eludir la legislación ordinaria de extranjería.
En segundo lugar, tiene que ver con una tendencia más estructural del sistema español. A diferencia de otros países europeos, hay mecanismos como el arraigo que permiten una regularización de las personas que se encuentran en nuestro país. El arraigo al ser otra vía con la que las personas pueden regularizarse. Hace que se interprete la institución del asilo de manera mucho más estricta. Mientras que en otros países de la Unión Europea, como no hay ninguna vía alternativa, utilizan únicamente la vía del asilo para regularizar.
¿Qué medidas proponen para mejorar el acceso al procedimiento de asilo, especialmente ante las dificultades para conseguir cita?
La primera medida es la necesidad de establecer vías seguras, porque es lo que va a paliar de alguna forma el riesgo que sufren las personas refugiadas para obtener protección. Ahí hay tres mecanismos que se pueden utilizar por parte del Estado y que se utilizan poco. Uno es la concesión de visados humanitarios. Lo estamos viendo ahora con el genocidio en Palestina, con familiares que desde lugares limítrofes como Egipto o Jordania, se puede facilitar el traslado a España de una manera muy rápida para aquellas personas que tengan una situación de riesgo y que quieran venir a España.
En segundo lugar, el reasentamiento, reconocido en el derecho internacional. Permite a comunidades de refugiados ser acogidas en otro país. En la ley 12/2009, la norma introdujo un cupo obligatorio anual, pero este no se cumple y ni siquiera la previsión que se establece y que además se utiliza en nuestro juicio poco. Y por último, hay otra forma que es la solicitud de asilo por vía diplomática, que puede permitir que muchas personas, en vez de lanzarse al mar, pidan protección utilizando nuestra red de consulados y embajadas, y de esta forma poder obtener una respuesta a su pretensión.
Por otra parte, en España hay un problema que cada vez es más grave, que arrastramos desde la pandemia: el sistema de citas previas del Ministerio del Interior está colapsado. Hay personas que aguardan hasta un año para poder conseguir la cita y formalizar su petición de asilo. Estas personas no pueden acceder al sistema de acogida, ni además tener la protección contra la expulsión que reconoce esa situación de solicitantes de asilo.
Frente a eso, nosotros lo que hemos planteado es que en la nueva ley se reconozca cualquier medio válido en derecho para dar por solicitado el asilo. Es decir, que cuando no está habilitada la cita se pueda pedir por escrito y de esta forma queda constancia que la persona quiere solicitar asilo y a partir de ahí ya activar todos los procedimientos que están establecidos. Desde luego una mayor dotación por parte del Ministerio del Interior sería más que necesaria para evitar esa bolsa de solicitantes de asilo pendientes de formalizar.
¿Cuál es la principal crítica de CEAR al nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo?
El Pacto está fundamentalmente centrado en la contención. Mantiene la política tradicional de la Unión Europea desde finales de los 90 que lo que hace es poner cada vez más trabas a la llegada de migrantes. Algo que ha resultado un fracaso palpable. Si uno ve las cifras desde finales del siglo pasado hasta ahora comprueba como el número de migrantes que llegan a Europa no ha dejado de aumentar.
Estas políticas obsesionadas con el control fronterizo a las que el Pacto Europeo da una vuelta de tuerca lo que hacen es aumentar el sufrimiento de las personas que pretenden desplazarse, ser un caldo de cultivo de quienes se aprovechan de los migrantes y desde luego no tienen una incidencia muy relevante ni siquiera en esos objetivos que se marca la propia Unión Europea. Este pacto insiste en ese enfoque de control de fronteras y apuesta decididamente por la externalización. Es decir, por convertir a los estados limítrofes en gendarmes de la propia Unión Europea ignorando y violando de esta forma las garantías a los derechos humanos que deberían ser una señal de identidad para la propia de la UE. Por lo tanto, a pesar de algunas pequeñas ventajas y avances que ha contemplado el pacto de manera global lo consideramos como un retroceso y un paquete de medidas muy negativo.
¿Qué acciones concretas esperan del Gobierno español en el desarrollo de la nueva ley de asilo?
Nosotros creemos que España puede jugar un papel muy positivo dentro de la Unión Europea en contraposición a esta tendencia que está dominada por el ascenso de la extrema derecha y la xenofobia. Que haya un país que resista ya es un paso significativo. Esperamos que España juegue un papel de resistencia frente a la tendencia a dejarse arrastrar por las políticas antimigratorias. Por lo menos, esperamos que la nueva ley de asilo mantenga lo esencial de la ya existente. El Pacto Europeo introduce muchas medidas que pueden ser negativas pero no obliga a cada uno de los estados a endurecer su normativa. En ese sentido, vamos a trabajar con propuestas para que la nueva ley de asilo no suponga un retroceso en nuestro país.
¿Qué países están asumiendo un liderazgo real en la acogida de personas refugiadas y cuáles están fallando? ¿En qué papel se encuentra España?
España tiene un porcentaje muy bajo de reconocimiento, como comentaba. Esto es un punto muy negativo dentro de lo que son las políticas de asilo. Dicho esto, y comparado con el entorno, España ha mantenido una resistencia a la propuesta italiana de establecer centros en el exterior o a la propuesta de la Comisión Europea de un nuevo reglamento de retorno y de externalización de las políticas de control fronterizo. En ese sentido, su papel ha sido positivo.
Se ve claramente que los peores países de la Unión Europea son en los que está dentro la extrema derecha, ya que están aplicando políticas que van más allá incluso del pacto europeo. El ejemplo de Italia es claro, son rehenes de ese discurso antinmigración, con un alegato xenófobo que al final les obliga a hacer medidas muy espectaculares desde el punto de vista comunicativo, pero que al final ni siquiera son capaces de llevar adelante porque no tienen ningún tipo de sentido común ni de solvencia.
También estamos viendo en EEUU las políticas antiinmigración de Trump, ¿preocupa el ascenso global de la ultraderecha en el impacto que pueda tener en las políticas migratorias?
Preocupa mucho porque va a generar más sufrimiento a la población migrante y más desestabilización en las sociedades de acogida. Lo mismo que la acogida tiene efectos para las sociedades que reciben a los migrantes, esta reacción xenófoba va a tener este doble efecto y es muy preocupante. Lo estamos viendo en países como Estados Unidos donde hay una degradación de la democracia, hay una degradación del conjunto de la sociedad. Lo que a nuestro juicio exige una respuesta desde la ciudadanía consciente de en qué países queremos vivir. Donde la moral, los derechos humanos, la democracia, la participación, la inclusión, la solidaridad sean valores que sean los predominantes y no el egoísmo, la intolerancia y la persecución injustificada.
¿Qué pasaría si invirtiéramos un 5% por cierto en el tema migratorio en lugar de en armas como quiere Trump y sus adeptos?
Yo no sería capaz de contabilizarlo económicamente. Pero lo que todos los análisis económicos evidencian es que la llegada de migrantes al sistema económico, a las sociedades de acogida es beneficiosa.
Es más, si uno observa, por ejemplo, las políticas de Trump, al mismo tiempo que establece unas políticas muy agresivas, hace una performance trayéndose a migrantes blancos desde Sudáfrica, con un argumento totalmente falso. La mayoría de los países, por muy oscuros que quieran aparentar sus políticas migratorias, luego hacen por atraer migrantes, porque tienen un efecto muy positivo para la economía. Yo creo que no es un argumento que solemos emplear, porque el economicismo al final puede ser interpretado como una especie de egoísmo, pero desde luego el normalizar y garantizar la llegada de migrantes yo creo que tiene más efectos positivos que negativos en todas las sociedades.
En el informe denuncian el genocidio en Gaza. Actualmente hay 5,9 millones de personas refugiadas de Palestina
Es un auténtico drama humanitario, un genocidio que estamos viviendo en directo. Las posibilidades de acción son muy reducidas, tanto en el envío de ayuda humanitaria como en la acogida a las personas. Lo que denunciamos es el doble rasero ante otros conflictos, con Gaza la Unión Europea parece estar mirando hacia otro lado, y la comunidad internacional no ha tomado medidas decisivas para impedir algo que no habíamos presenciado desde hace mucho tiempo. Eso va a generar un gran drama.
Lo primero es estar con el pueblo palestino, con su justa lucha por garantizar el retorno a los territorios ocupados, su derecho a la autodeterminación, pero lamentablemente los efectos de este genocidio van a ser muy perniciosos para el pueblo palestino y para el conjunto de la comunidad internacional.
En España, preocupa la situación de Canarias, la ruta atlántica hacia las islas es de las más mortíferas del mundo y está en aumento
Sí, en el 2024 constatamos un incremento. Aunque tampoco es cierta la imagen y la información que se da de una llegada desbordada. Realmente ha habido un incremento, pero hay que recordar siempre que no supone más que un porcentaje marginal si lo comparamos con los migrantes que llegan por los aeropuertos internacionales. Lo que pasa es que la forma de la llegada de estos migrantes y el riesgo que corren porque desde luego el riesgo es muy grave y hay muchas personas muertas en la travesía lo que hace que tengan una mayor visibilidad. Pero desde luego es un número de personas que podría ser atendido perfectamente por un Estado como es el español y la Unión Europea. Nosotros como organización estamos muy expectantes para ver si este año 2025 se mantiene esa tendencia o si se desacelera.
Mencionáis en vuestro informe que también han surgido nuevas rutas hacia Baleares ¿a qué se debe?
Fundamentalmente a que Italia y la Unión Europea han practicado una política muy agresiva de externalización en Túnez y Libia, lo que ha provocado un desplazamiento de una ruta adicional que pasaba desde Túnez hasta el sur de Italia. Eso ha provocado que refugiados fundamentalmente del Cuerno de África estén utilizando esta otra vía. Es una variación, un incremento significativo, como en el caso de Canarias hacía mención, pero tampoco es una cifra que digamos que sea imposible de gestionar.
Lo que pasa es que en las Islas Baleares no hay dispositivos de acogida, en una zona que tradicionalmente no asistía a este tipo de llegadas y eso hace que requiera un esfuerzo especial por parte del Gobierno español.
¿Cómo afecta la falta de vías legales y seguras a personas en situación de especial vulnerabilidad como menores no acompañados o personas LGTBIQ+? También las mujeres sufren violencias y abusos en los países de tránsito
La vulnerabilidad es una condición que pueden arrastrar las personas desde sus países de origen. Evidentemente cualquier persona refugiada que haya tenido que salir como consecuencia de una persecución o un conflicto ya es de por sí vulnerable. Pero dentro de todas las personas hay algunos que son mucho más vulnerables porque son objeto no solamente de una especial desprotección en sus países de origen, sino fundamentalmente en el tránsito.
Las mujeres corren un riesgo enorme de ser sometidas a tráfico o trata durante el trayecto migratorio. Los menores sufren una situación tremenda de falta de atención, de riesgo, y las personas LGTBIQ+, sufren numerosísimas agresiones y requieren de una especial atención. Intervenir sobre el tránsito migratorio para las organizaciones que trabajamos en España es muy difícil, pero desde luego sí estamos exigiendo que los sistemas de acogida tengan una especial atención y que atiendan de manera especial a los que han sufrido de manera especial su llegada a nuestro país. En ese sentido el sistema de acogida todavía tiene que mejorar mucho, que especializarse y que ser capaz de poder atender también estas circunstancias especiales que se dan en otros colectivos, como son aquellas víctimas de torturas, de tratamientos degradantes, que lamentablemente también forman parte de las personas que llegan a nuestro país.
¿Cómo está respondiendo la sociedad civil a la llegada de refugiados?
Hay reacciones para todos los gustos. Nosotros siempre aludimos al compromiso y el papel en muchos municipios, sobre todo en las zonas de llegada, de colaboración en el proceso de acogida y de comprensión ante el sufrimiento ajeno.Lamentablemente la ola xenófoba que está recorriendo toda Europa también está contaminando España y eso hace que en algunas ocasiones hayamos sentido ese aumento de la xenofobia. Creemos que lo más preocupante es que las políticas públicas, cuando se pone el foco en el control de las fronteras, se da una imagen de peligrosidad, se criminaliza a las personas que llegan, que de alguna forma fomentan esta visión que debería ser combatida. Y es lo que consideramos que debería cambiarse, porque el racismo social, la xenofobia, tiene que ser combatido con mucha paciencia, con mucha pedagogía, con una labor de incidencia y motivación, pero el racismo institucional es consecuencia de políticas, de actitudes y de medidas públicas que tienen que ser atajadas de una forma radical para evitar ese tipo de derivas.
¿Qué papel creen que jugará la crisis climática en los movimientos migratorios en los próximos años?
La crisis climática ya está provocando un mayor desplazamiento de población, conlleva empobrecimiento, incapacidad de poder sostener a numerosas poblaciones y luego un mayor riesgo de sufrir catástrofes naturales, lo cual también en la experiencia nos demuestra que puede ser un motivo del inicio de muchos desplazamientos. La comunidad internacional debe poner en marcha políticas para combatir el calentamiento global, pero también con mecanismos paliativos y contemplando a estas personas como víctimas también de un desplazamiento forzado y merecedoras de una protección en los países donde lleguen.
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