Alhaurín

Diario Vasco, 05-09-2006

Primer lunes lectivo para la gente vulgar y corriente que disfruta de vacaciones vulgares y corrientes en agosto. Esto era ayer. Lo normal es que optes por escuchar la radio mientras te duchas – los otros, los que vacacionean en septiembre ni se duchan por la mañana ni oyen la radio porque están en Cadaqués – y te enteras de que la primera preocupación de los españoles es la inmigración, por delante de paros y paces.

Los españoles, incluidos los vascos por lo que se ve, somos unos veletas. No importa que nos repitan que la inmigración, el grueso de la inmigración, llega en avión a Barajas. Y que lo grave de lo que estamos viendo estos días en la tele no es la inmigración – ésa que se supone que nos quita el trabajo y el sudor de la frente – sino la tragedia de un viaje hacia la muerte que desembarca en la playa mientras nosotros decidimos si protección 40 en el cuerpo y pantalla total en el rostro.

La preocupación de los españoles depende mucho de las imágenes del telediario y éstas dependen de si tienen a la plantilla de reporteros de vacaciones o a medio gas. «Hoy abrimos fuerte con incendios en Galicia, que hemos mandado a enviados especiales y tienen una cosa fetén, con un pirómano de espaldas». La semana anterior no, menos fuego y más leña al fuego marbellí «porque teníamos a todos los periodistas en Alhaurín». La puerta de la cárcel es el escenario de un reportaje inenarrable y que marca profundamente cuál era la preocupación de los españoles. Una gitana con una hija en el trullo se enfrenta a la hermana de la alcaldesa: «Yagüe ¿asquerosa! ¿so hedionda!».

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