La Seguridad Social alcanzó el pasado mes de mayo los 3.070.831 afiliados extranjeros, según los últimos datos actualizados por el Ministerio. Por primera vez, España supera la barrera de los tres millones de inmigrantes trabajando, un récord histórico que se produce a las puertas de la temporada alta de verano y en un contexto de optimismo generalizado en el mercado laboral, pese a la ralentización que acecha a la economía española por la guerra comercial global.

¿A qué se dedican esos más de tres millones de extranjeros que trabajan y cotizan a la Seguridad Social en España? El Gobierno viene insistiendo en que cada vez más inmigrantes se emplean en sectores de alto valor añadido, frente a la idea generalizada de que los trabajadores de otros países ocupan, sobre todo, los puestos vacantes en actividades como la hostelería, la construcción o el campo. Sin embargo, los propios registros de la Seguridad Social demuestran que aunque hay sectores más técnicos y que requieren una cualificación superior donde el empleo está creciendo a muy buen ritmo, la realidad es que son esas actividades de menor valor añadido las que siguen tirando de la mano de obra extranjera.

El departamento que dirige Elma Saiz difundió ayer los datos: en mayo se sumaron 73.524 cotizantes extranjeros respecto a abril, lo que permitió rebasar esos 3,07 millones que suponen el 14,1% del total de afiliados a la Seguridad Social. En una nota, el Ministerio destacó que desde la reforma laboral de 2022 el peso de la población extranjera en nuestro mercado laboral «ha crecido de forma notable», ya que el 41% del empleo creado en los tres últimos años corresponde a trabajadores de origen extranjero, y señaló que ahora «hay 1,4 millones de afiliados extranjeros más que hace diez años, en 2015, lo que supone un incremento del 84,6%».

En línea con el tono que viene manteniendo el Gobierno en las últimas valoraciones de empleo inmigrante, la ministra Saiz insistió en que «la afiliación de extranjeros muestra también los buenos síntomas que vemos en el conjunto del mercado de trabajo: la temporalidad cae a mínimos históricos y se diversifican los sectores que crecen por encima de la media, como los de alto valor añadido». En este sentido, el comunicado del Ministerio apunta a un crecimiento del empleo interanual «notable» en actividades financieras (8,9%), actividades profesionales científicas y técnicas (7%) e información y comunicaciones (5,7%), consideradas todas «de alto valor añadido».

Sin embargo, y a pesar de que en algunas de esas actividades el empleo crece en términos interanuales por encima de la media del 6,4% que registra afiliación extranjera en el régimen general (sin tener en cuenta los autónomos), hay otras actividades económicas que registran avances mucho mayores, como las relacionadas con transporte y almacenamiento, donde el ritmo de aumento anual de la afiliación es de nada menos que el 25,4%, o las de suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos, que crean empleo a una tasa anual del 10,5%.

Además, pese a que el Gobierno presume de ese mejor comportamiento de la afiliación extranjera en sectores de alto valor añadido, lo cierto es que en términos porcentuales los inmigrantes suponen poco más del 5% de los afiliados en actividades financieras y de seguros, menos del 10% en actividades científicas y técnicas y en torno al 12% en información y comunicaciones, en todos los casos por debajo de la media del 14,1% que supone el peso de la población extranjera en todos los sectores.

Mientras, en sectores como la hostelería o la construcción el peso de la población inmigrante es muy superior a la media. En bares y restaurantes llega a duplicar la tasa, con un 28,7% de trabajadores extranjeros. En la construcción, el porcentaje supera el 22% y en agricultura, ganadería y pesca más del 26% de los trabajadores son inmigrantes. Al mismo tiempo, en el sistema especial agrario la cuota extranjera llega al 39,8% y en el sistema del hogar supera el 42%.

En un informe reciente sobre la contribución de la población extranjera a la economía española, el Banco de España indica que “dado que los inmigrantes suelen ocupar en mayor medida puestos de trabajo en ramas de actividad donde la productividad es inferior a la media, el aumento de la mano de obra extranjera suele provocar un efecto composición negativo sobre la productividad agregada”. Y añade como ejemplo que “en el conjunto de las ramas de hostelería, construcción y servicio doméstico, que muestran un menor valor añadido por hora que otras ramas, se concentraron en 2024 casi un 35% de los extranjeros, por solo un 13,2% de los nativos”.