El presidente del PP vasco Javier de Andrés sabe que el PNV tiene dos problemas con el macrocentro para refugiados que el Gobierno de Pedro Sánchez inaugurará en Vitoria en 2026. Los nacionalistas rechazan la rehabilitación de la antigua residencia de Arana que les ha impuesto su socio en Madrid y en Vitoria pero se limitan a salpicar con críticas esporádicas el proyecto. Un respaldo “hipócrita”, al macrocentro que, como segundo hándicap para el PNV, amenaza con debilitar aún más a los nacionalistas que en 2023 parecían haber tocado suelo al ser la cuarta fuerza en Vitoria con menos del 20% de los votos y la traumática pérdida de la Alcaldía.

De Andrés ha focalizado en el PNV sus críticas políticas por la transformación de la residencia de Arana en un macrocentro de refugiados. El presidente del PP vasco ha avalado con su firma y con su presencia la campaña de adhesión de apoyos contra el macrocentro que desde hace un par de semanas recaban sus cargos y afiliados en Vitoria. “El PNV tiene que retratarse ante los ciudadanos”, ha subrayado De Andrés en una estrategia política que, como el resto de partidos, ya mira hacia la primavera de 2027.

El PP de Álava ha mantenido una contundente oposición al centro de refugiados con prácticamente los mismos argumentos que utilizó el PNV cuando el Gobierno de Sánchez lo anunció. “Hay una reflexión social muy distante de lo que representa este centro, por muchas causas, la principal de ellas es la dimensión del centro”, ha vuelto a insistir De Andrés que cuestiona la capacidad de “integración” de los hasta 1.000 refugiados anuales que podrían ser trasladados a Vitoria.

La oposición frontal de los representantes institucionales del PNV con el proyecto ha ido menguando en los últimos meses e, incluso, una iniciativa parlamentaria de la senadora Estefanía Beltrán de Heredia provocó la tajante reacción de la delegada del Gobierno Marisol Garmendia situando a los nacionalistas en la “caverna” migratoria junto a PP y a Vox. La gasolina verbal utilizada por Garmendia contra el PNV avivó el fuego dialéctico que mantenían nacionalistas y socialistas por el problema migratorio que, en teoría, quedó zanjado tras una conversación entre el lehendakari Imanol Pradales y el líder del PSE-EE Eneko Andueza.

Pero tanto Garmendia como los socialistas alaveses se sienten cómodos en la confrontación contra el PP por el macrocentro. “Euskadi es un pueblo de acogida y precisamente Vitoria ha sido una de las capitales vascas que mejor ha acogido a personas inmigrantes que trabajan con contratos, con papeles y que son ciudadanos vitorianos de plenos derechos y plenas obligaciones”, ha defendido Garmendia en el Forum Europa Tribuna Euskadi en Bilbao. Sin atizar de nuevo la controversia con el PNV, Garmendia ha exigido no caer en “los discursos de odio que criminalizan la inmigración”. “El centro de refugiados de Arana no es un centro de delincuentes, es un centro de refugiados”, ha subrayado a pesar de que colectivos sociales vitorianos también se oponen a este macrocentro.

La instalación tiene prevista su inauguración en 2026 sin fecha después de varios atrasos y todo apunta a que puede convertirse en uno de los caballos de batalla de la reñida contienda electoral en Vitoria. En 2023, EH Bildu se impuso en las urnas con casi 25.000 votos logrados por la lista encabezada por Rocío Vitero (7 concejales). El PSE-EE rozó los 24.000 votos mientras que el PP de Vitoria liderado por Ainhoa Domaica logró un excelente resultado como tercer partido y 21.900 apoyos. Por detrás de estos tres partidos se situó la candidatura encabezada por Beatriz Artolazabal (PNV). La socialista Maider Etxebarria fue investida alcaldesa con los votos de PSE, PNV y del PP vasco que, de esta manera, evitó que Vitero fuera la alcaldesa de la capital de Euskadi.