Las trabajadoras de cuidados tejen alianzas para dignificar su labor: "No hay conciencia social"

Barcelona acoge este fin de semana las primeras jornadas de cooperativas de trabajadoras de cuidados en el Estado, una respuesta colectiva a la feminización y precarización de un sector clave para la sociedad.

Público, Ona Falcó, 12-06-2025

Reivindicar los cuidados en el mundo capitalista y patriarcal de hoy es urgente; y hay personas comprometidas dispuestas a defender que un “nuevo modelo de cuidados”, “sostenible y que ponga la vida en el centro”, es “posible” y “necesario”. Ese es uno de los objetivos de las primeras jornadas de cooperativas de trabajadoras de los cuidados en el Estado, que se celebrarán este fin de semana —del 13 al 15 de junio— en Barcelona. Bajo el lema Proteger el derecho colectivo a los cuidados, el congreso reunirá a más de ocho cooperativas y diversas asociaciones del sector para “compartir buenas prácticas”, “reforzar la coordinación” y fomentar la “conciencia social” del valor de estos trabajos.

En Catalunya, miles de personas —en su mayoría mujeres migrantes y racializadas— trabajan en este ámbito, marcado por la precariedad, la temporalidad y la parcialidad. Hace ya tiempo que muchas de ellas se han organizado para denunciar situaciones de explotación laboral, pero en los últimos años han empezado a estructurarse de forma cooperativa para tejer sinergias, reclamar más recursos a la administración y ofrecer condiciones laborales dignas a las trabajadoras. Un buen ejemplo de este modelo organizativo es Metzineres, con sede en el barrio del Raval de Barcelona. Es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a acompañar exclusivamente a mujeres y personas no binarias “que viven en la calle, consumen drogas, sobreviven a situaciones de vulnerabilidad y violencia y quedan fuera de las redes de atención de la administración”.

Así lo explica a Público Aura Roig, directora y fundadora de Metzineres, quien reivindica el papel de la entidad a la hora de responder a “problemas sociales muy complejos”. También reclama, por descontado, más recursos económicos y técnicos y un “apoyo” y “diálogo” más claro por parte del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y el Estado. “Somos un modelo cooperativo que llega donde la administración no llega. No deberían ponernos trabas; no podemos sobrevivir a base de subvenciones o de programas con presupuestos ajustadísimos”, afirma Roig.

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Metzineres: “Somos una cooperativa de cuidados que llega donde la administración no llega”

Metzineres —que comenzó su actividad en 2017 pero se constituyó como cooperativa tres años más tarde— cuenta con una plantilla de 30 personas y contrata a mujeres que luchan contra la adicción a las drogas para que se conviertan en referentes para otras usuarias, poniendo en marcha un “engranaje entre iguales”. Es una de las tres entidades impulsoras de las jornadas de este fin de semana que, según Roig, son una oportunidad ideal para que las diversas cooperativas se “encuentren y decidan cómo quieren tejer complicidades”. “Es importantísimo generar espacios donde poder articular redes y ver qué hace cada una. Hay muchísimo conocimiento acumulado; llevamos tiempo desde las organizaciones de la economía social y solidaria intentando sacar adelante nuestro modelo”, añade.

En este sentido, la directora insiste en que es muy importante “poner los cuidados en el centro” y valorar a las trabajadoras que cada día enfrentan situaciones de “violencia” y “dolor”. La cooperativa Metzineres trabaja con personas con drogodependencias y en situación de sinhogarismo, pero su enfoque es muy distinto al de otras entidades: no apuestan por la reinserción individual, sino por un abordaje comunitario del problema. “Queremos trabajar desde la cercanía y reivindicarnos como vecinas del barrio del Raval, no como un servicio. Es la lógica del barrio que cuida al barrio”, concluye. Cuando comenzaron su actividad, el equipo de Roig pensaba que acompañaría a unas cincuenta mujeres, pero hasta ahora ya ha ayudado a unas 600.

La importancia de autoorganizarse
Las tres entidades organizadoras de las jornadas son la ya mencionada Metzineres, Mujeres Pa’lante y La Comala. Esta última, nacida en 2017, tiene su sede en Madrid y ofrece servicios de limpieza y de atención, acompañamiento y cuidados. Las trabajadoras de la cooperativa —actualmente 18— eligieron esta fórmula jurídica “por sus principios y valores, el funcionamiento democrático y el alto grado de participación de las socias, así como por la implicación de la cooperativa en la realidad social” que las rodea. Desde el punto de vista de La Comala, se trata de “satisfacer necesidades por encima del beneficio económico” y de ofrecer una “alternativa laboral digna”.

Por su parte, Mujeres Pa’lante tiene su origen en Barcelona. Hace 16 años nació como una asociación de mujeres migrantes que acompañaba a otras mujeres migrantes y ofrecía apoyo sociolaboral y psicológico, además de asesoría jurídica para los trámites de regularización. “Detectamos que muchas mujeres, por su situación de irregularidad, sólo podían acceder a trabajos de cuidados, limpieza y atención a personas mayores, con todo lo que eso implica. Poca protección de derechos sociales, horarios que impiden la conciliación, precariedad e incluso situaciones de semiesclavitud”, explica a Público Wendy Espinosa, secretaria general de Mujeres Pa’lante.

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Espinosa: “Muchas mujeres, por su situación de irregularidad, sólo pueden acceder a trabajos de cuidados con poca protección social”

Con el paso del tiempo, Mujeres Pa’lante se dio cuenta de que trabajaba con muchas alumnas que asistían a sus talleres y que contaba con una “gran fuerza laboral” que necesitaba organizarse. Fue en 2018 cuando decidieron crear, además de la asociación —que sigue en funcionamiento y ofrece acompañamiento en la primera acogida—, una cooperativa. Su objetivo era convertirse en un referente en Barcelona en los trabajos de cuidados, limpieza y catering, “integrado por mujeres migrantes o en riesgo de exclusión y formadas en la misma cooperativa en las áreas de atención sociosanitaria, limpieza y desinfección y pinche de cocina”.

“La autoorganización es muy importante porque no hay una conciencia social del valor de nuestro trabajo. Queremos dignificar y revalorizar el trabajo de cuidados, tradicionalmente feminizado y precarizado. Si no lo hacemos nosotras, no lo hará nadie”, reivindica Espinosa. Actualmente, Mujeres Pa’lante cuenta con una plantilla de 15 socias trabajadoras contratadas y 116 clientes. “El objetivo es ayudar a mujeres en el proceso de regularización con unas condiciones laborales justas. Ofrecer un contrato que les permita cotizar y tener una nómina con la que acceder a un alquiler o renovar el permiso de residencia”, añade la secretaria general.

Es una entidad relativamente pequeña y todavía no tiene suficientes recursos para hacerse visible a través de campañas publicitarias, pero trabajan cada día para crecer y ayudar a más mujeres. “Formar parte de una cooperativa es un aprendizaje constante. Pensamos que estas jornadas son esenciales para compartir experiencias y tener una caja de herramientas para los problemas comunes. Este congreso servirá para poner sobre la mesa nuestros miedos, logros y dificultades y tejer soluciones en conjunto”, concluye Espinosa.

Las primeras jornadas del Estado español
Según la organización, el motor de estas jornadas es generar un debate en torno a las “políticas de cuidados” que valore la labor de las trabajadoras, visibilice “nuevos modelos de gestión” y “abogue por la colaboración público-privada-comunitaria tan necesaria” para fomentar la sostenibilidad del sector. El programa arrancará el viernes 13, a las 10 de la mañana, con una conferencia inaugural sobre el papel de la economía social en la implementación de políticas públicas de cuidados. Participarán en ella Núria Vergés, profesora del Departamento de Sociología de la UB; Amalia Campos, coordinadora de proyectos de la cooperativa Més que Cures, y Rafaela Pimentel, trabajadora del hogar y activista de SINTRAHOCU. A lo largo de los tres días se celebrarán otras conferencias, encuentros y mesas de trabajo con especialistas del Tercer Sector Social.

El congreso se celebrará en la capital catalana aprovechando el ecosistema existente de cooperativas. Destaca la plataforma Cura Digna: Xarxa de professionals de les cures i la salut, un proyecto de intercooperación formado por otras iniciativas del ámbito de los cuidados (CoopNet SCCL, Can el abril SCCL, Asociación Més que Curas, Som amb tu SCCL) y de la salud integrativa (Integral, Cooperativa de Salud SCCL), proyectos comunitarios (Asociación de acompañamiento al final de la vida-Hospice.cat, Grupo Comunitario La Colla Cuidadora, Asociación Mujeres Unidas Entre Tierras MUET) y proyectos que promueven la contratación justa (Sindillar, Anem per feina y CPS Francesc Palau).

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