La angustia de Hazem por no poder traer a su familia desde el infierno de Gaza: "Temo perder a mi hijo pequeño sin haberlo conocido"

Este refugiado palestino en Sevilla pide al Ministerio de Asuntos Exteriores que intervenga urgentemente para rescatar a su mujer y a sus dos hijos pequeños, a quienes el Gobierno ha reconocido también el derecho de asilo.

Público, Santiago F. Reviejo, 11-06-2025

Hazem Aboulaish, psicólogo palestino de 39 años, espera angustiado el reencuentro en Sevilla con su mujer y sus dos hijos pequeños, a quienes el Gobierno español ha concedido, como a él, el estatuto de refugiado.

Él consiguió venirse a España hace más de un año, pero su familia aún no ha podido salir del infierno en el que ha convertido Gaza el ejército israelí, a la espera de que el Ministerio de Asuntos Exteriores haga gestiones para facilitar su evacuación.

Los tres sobreviven en el sótano de un edificio de la ciudad de Gaza, asediada por las bombas y la hambruna que está matando a miles de personas en la Franja. “Estoy muy preocupado por lo que les pueda pasar”, dice Hazem a Público.

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Foto de archivo de varios niños bajo las ruinas de un edificio bombardeado en Gaza.
Hazem se encontraba en El Cairo, la capital de Egipto, cuando el Ejército de Israel inició la invasión de Gaza tras el ataque que perpetró Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023. Estaba hospitalizado para operarse de una hernia y ya no pudo regresar. El bloqueo de los pasos fronterizos de la Franja le impidió volver a ver a su familia. Ni siquiera ha podido conocer a su hijo más pequeño, Elías, que nació cuando él estaba fuera. Y a la mayor, Sara, la dejó con solo seis años de edad, al cargo de su madre, Sabreen, que desde entonces resiste a muy duras penas las consecuencias de una masacre que ha causado ya la muerte de más de 50.000 personas.

Hazem Aboulaish, que ha trabajado 14 años como psicólogo para diferentes organizaciones no gubernamentales especializado en la atención de la infancia, estaba en Egipto acompañado por otro gazatí, Basel Ashour, a quien el Gobierno español también ha concedido una protección como refugiado que alcanza igualmente a su mujer y sus cuatro hijos, mediante la extensión familiar de derecho de asilo.

Ambos palestinos fueron trasladados a Mauritania, el único país donde les permitieron la entrada, según su abogado en España, Pablo Gutiérrez. Y desde allí vinieron posteriormente a España gracias al visado de estudios para la realización de un doctorado que les tramitó una profesora de la Universidad de Sevilla, María José Lera, que conocía a Basel de una estancia en Palestina.

Una vez en la capital andaluza, Pablo Gutiérrez, que es también profesor en la Universidad hispalense y preside la asociación Clínica de Derechos Humanos, se ocupó de su caso y les tramitó la solicitud de refugio, primero la de ellos y, después, las de sus familias directas, que fueron aceptadas aproximadamente hace un mes por la comisión interministerial de asilo y refugio del Gobierno de España. Sin embargo, varias semanas después la concesión de la extensión familiar del derecho de asilo aún no ha tenido efectos prácticos.

La mujer y los cuatro hijos de Basel se encuentran en Egipto y están a la espera de una reunión que tendrá lugar este jueves en la Embajada para tramitar el visado que les permita venir a España. Pero la de Hazem sigue en Gaza, sin que, de momento, el Ministerio de Asuntos Exteriores haya solicitado a Cruz Roja Internacional el procedimiento para la evacuación de tres personas que disfrutan de un estatuto de refugiado en nuestro país, a pesar de los numerosos requerimientos que su abogado ha hecho al respecto, tanto por escrito como por teléfono, según ha asegurado el letrado a este periódico.

La casa fue destruida por las bombas
Sabreen y sus dos hijos tuvieron que abandonar su casa en un edificio de la ciudad de Jabalia, destruido completamente por los misiles del ejército israelí, para irse a vivir al piso de los padres de ella en la ciudad de Gaza, donde no han encontrado tampoco seguridad, según ha relatado Hazem a Público. El pequeño Elías sufrió la pérdida de una parte de un dedo de una mano a causa de las esquirlas de la metralla y su hermana se ha quedado “esquelética” debido a la desnutrición provocada por la hambruna que azota la Franja por el bloqueo permanente de la ayuda humanitaria.

Los tres sobreviven ahora en los sótanos del edificio de la casa de los suegros de Hazem para estar a cubierto de los bombardeos diarios que están arrasando Gaza. Se encuentran, dice, en medio de una situación que califica como “muy crítica”, en la que la asistencia sanitaria es muy rudimentaria y en la que por un kilo de arroz hay que pagar el equivalente a unos 25 euros, por uno de harina, 20 euros y 40 por un bote de un kilo de leche en polvo, la comida del pequeño Elías, lactante aún y a quien su madre no puede dar de mamar por los problemas de salud que le han causado tantas calamidades.

“Me siento muy frustrado, muy disgustado por toda esta situación, porque mi familia está en un grave riesgo y cada vez mayor. Cuando hace un mes les di la noticia de que habían aprobado su condición de refugiados, nos hicimos mucha ilusión; teníamos mucha esperanza de que iban a ser evacuados, pero aún no han hecho nada. Y yo estoy muy preocupado por mi familia. No entiendo por qué no se ha hecho ya la evacuación”, se lamenta Hazem Aboulaish.

Su abogado advierte de la gravedad que supondría que la familia sufriera alguna desgracia mientras espera la evacuación, sin que el Gobierno español haya hecho nada para sacarlos de Gaza y garantizar su protección como refugiados. “Sería muy grave que España no cumpliera con la obligación que libremente ha asumido, porque todo lo que ocurra ahora es de su responsabilidad”, recalca Pablo Gutiérrez.

Mientras, Hazem vive con mucha angustia en Sevilla la espera para reencontrarse aquí con su familia y conocer al fin a su hijo pequeño, a quien aún no ha podido coger en brazos. “Tengo miedo de perderlo antes de que lo pueda conocer. Solo lo he visto en fotos”, se lamenta este refugiado palestino.

La Clínica de Derechos Humanos señala que la imposibilidad de salir de Gaza se debe a varios factores, entre ellos que el paso fronterizo de Rafah se encuentra cerrado por las fuerzas israelíes, que también controlan el paso en las otras salidas de la Franja, y la nueva ofensiva militar que “amenaza con sumir en el caos definitivo a una población civil que ya no tiene donde refugiarse”.

“Dejación de responsabilidades”
“Desde la Clínica de Derechos Humanos de Sevilla, como asociación comprometida con la defensa de los derechos fundamentales, la dignidad humana y la justicia social, nos sentimos con la obligación de alzar la voz ante el riesgo real de que no se permita la evacuación segura de esta familia” y que sus integrantes “mueran en las próximas horas por la dejación de las responsabilidades del Estado español”, subraya en un comunicado la organización presidida por Pablo Gutiérrez.

En un mensaje enviado a mediados de mayor al Consulado de España en El Cairo, la mujer de Hazem agradece la extensión del estatuto de refugiados que le han concedido a la familia y señala que están dispuestos a viajar a la capital egipcia “inmediatamente”. “Desgraciadamente, el paso a Egipto desde la ciudad de Gaza, donde nos encontramos, es ahora mismo imposible. Es por ello que solicitamos nos permitan urgentemente acceder a un aeropuerto desde el que viajar a Egipto, subsidiariamente a Jerusalem/Tel Aviv, de camino a España. Para todo ello, seria necesaria una evacuacion inmediata desde Gaza que solicitamos formalmente, bajo supervisión de la ICRC (Cruz Roja Internacional). La situación es de una gravedad y perentoriedad incomparable con cualquier otra situación que les pedimos consideren con la máxima urgencia”, advertía Sabreen.

Al cierre de esta información, el Ministerio de Asuntos Exteriores no ha contestado a las preguntas de este periódico en relación a la evacuación de Gaza de la familia de Hazem Aboulaish, tras los requerimientos por escrito y por teléfono que le ha hecho al respecto su abogado.

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