No hace ni un año que Dick Schoof se convirtió en primer ministro de Países Bajos en julio del 2024. Pero su Ejecutivo ya ha saltado por los aires. El culpable es el líder ultraderechista Geert Wilders, quien ha abandonado la coalición conservadora que gobierna el país tras considerar que no está aplicando una suficiente mano dura contra la inmigración. Pocas horas después, Schoof ha anunciado su dimisión.

Wilders, y su formación, el Partido de la Libertad (PVV), ganaron las elecciones del 2023 con un mensaje abiertamente islamófobo. Después de unas larguísimas negociaciones, formaron este Gobierno el año pasado con otros tres partidos de corte derechista –los liberales de Mark Rutte, una formación de la órbita democristiana y el partido de los granjeros– para formar la coalición más conservadora de la historia del país, que nació tras meses de conversaciones cuando Wilders aceptó renunciar al cargo de primer ministro. Eligieron a Schoof, antiguo jefe de los servicios secretos y de la lucha antiterrorista, que casaba con el perfil que exigía el ultraderechista. El partido de Wilders controlaba cuatro ministerios: Sanidad, Economía, Infraestructuras y Agua, Comercio Exterior y Ayuda al Desarrollo, y Asilo y Migración.