Sala La Riviera. Jueves 5 y viernes 6 de junio. Al fin llegan los últimos dos conciertos de despedida de Los Chikos del Maíz, que cierran en Madrid la gira Tregua Indefinida, aplazados desde diciembre por un cese temporal de su lucha musical a causa de una feliz noticia, la paternidad de Toni Mejías.

Al otro lado de la pantalla, también responde Ricardo Romero, Nega. Los Chikos del Maíz —rap de combate— se van y, después de las ocho actuaciones pendientes de Riot Propaganda, tampoco volverán con su proyecto paralelo. ¿El motivo? La necesidad imperiosa de tomarse un respiro, aunque su armisticio —temporal, no definitivo— ha coincidido con varias polémicas.

La del fondo proisraelí KKR, dueño de varios festivales, cuya filiación ha provocado la deserción de numerosos grupos en solidaridad con Palestina; la de la banalización de la salud mental —Melody vs. el presentador de La Revuelta, David Broncano— y, para colmo, la del concurso de acreedores de la tiquetera Wegow, que se ha esfumado con el dinero de sus conciertos.

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Al fin llegan los dos bolos de La Riviera, suspendidos por la paternidad de Toni. Un motivo trascendente donde los haya.

Toni Mejías: Nos hubiera gustado que fuesen en diciembre para poder dejarlo este año, pero el nacimiento se adelantó y tuvimos que aplazarlos. Al menos fue por un motivo alegre, no como los conciertos cancelados por la dana, una causa nada agradable.

La dana y un hijo: qué sentimientos tan encontrados.

Toni: Los inicios son duros, porque, como padre primerizo, da un poco de miedo cuando te llega algo tan pequeño a casa, sobre todo cuando aún siguen las secuelas de la dana, porque tanto mis padres como los padres de mi chica viven en zonas afectadas. Muchas veces, te preguntas: “¿Habré hecho bien trayendo una criatura a este mundo conforme está?”. Pero bueno, es algo bonito y nuevo, por lo que no me arrepiento para nada. Feliz de vivirlo, disfrutando y aprendiendo cada semana.

¿Qué piensan cuando un presidente del Gobierno, un alto cargo político o empresarial, o un deportista de élite —sea hombre o mujer— no disfruta del permiso de paternidad o maternidad?

Ricardo Romero, Nega: Pues que ese tío tiene la cara más dura que el cemento. Él pasa olímpicamente y que se encargue del bebé la mujer o el servicio, cuando muchos trabajadores que piden disfrutar del permiso son amenazados por su empresa con el despido. Y sobre lo que decías de la dana…

Adelante.

Nega: Parece que nos estamos acostumbrando a vivir eventos históricos de forma permanente, porque veníamos de la pandemia. Pensabas que unas inundaciones tan devastadoras tenían lugar en sitios lejanos, pero no que le van a afectar a tu familia. Luego se produjo el apagón, cuya incertidumbre me generó mucha ansiedad. Vi a la gente haciendo acopio de víveres en los supermercados y pensé: “¡Hostia, otra vez no, por favor! Como se alargué tres o cuatro días, esto va a ser el puto caos”.

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Íbamos encadenando tragedias y tomas conciencia de tu vulnerabilidad, o sea, de que en cualquier momento todo se va al carajo, lo que te hace reflexionar y valorar la vida. Nuestros abuelos vivieron la guerra civil y la Segunda Guerra Mundial. En cambio, nosotros hemos sido muy afortunados, al menos de momento, porque no nos había tocado nada, pero ahora parece que lo pintan todo para que dé la impresión de que el mundo se va a la mierda permanentemente. Yo creo que es una estrategia para tener a la gente asustada, porque así resulta más manipulable.

De la doctrina del shock al estado de excepción permanente.

Toni: La dana fue terrible y el apagón, más anecdótico, aunque ambos han sido acontecimientos extraordinarios en los que proliferaron las fake news y los divulgadores de desinformación y de odio: de Iker Jiménez al mecánico cuñado y puñetero de TikTok. Desde la extrema derecha, los pseudoperiodistas llegaron a hablar de las víctimas del apagón y a pedir la dimisión del Perro [Pedro Sánchez]. ¿Pero qué víctimas del apagón? El caso es generar caos para que alguien ofrezca más seguridad y luego la gente vote a la extrema derecha.

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Nega: A partir de la pandemia se produce un punto de inflexión del que todavía no hemos salido, con la extrema derecha avanzando desbocada hasta nuestros corazones. Una especie de psicosis, de bulos, de fake news, de tensiones y de miedos que se acentúan con la dana, que provocó un desembarco organizado de auténticos mentirosos profesionales soltando bulos, algo que hemos vuelto a ver con el apagón.

¿Qué tiene que pasar para pararles los pies? Perro [Pedro Sánchez] se tomó unos días para reflexionar sobre la manipulación de la información. Sin embargo, luego no tomó medidas ni hizo nada contra los pseudoperiodistas. El derecho a la información debe ser preservado y yo no hablo de cerrar medios, ¿pero qué hacen Bertrand Ndongo y Vito Quiles en el Congreso de los Diputados?

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Me alucina esa pasividad, porque antes lo sufrían los parlamentarios de Podemos y los independentistas catalanes y vascos, aunque ahora también los del PSOE, el partido que gobierna. Hasta atacan a su mujer [Begoña Gómez] y él sigue sin hacer nada. ¿Qué espera [Pedro Sánchez] para coger el toro por los cuernos y para abordar el problema de la desinformación, de los pseudomedios y de este ejército de mentirosos profesionales?

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista”. Y así hasta que fueron a por el PSOE…

Toni: Claro. Hay mil casos de desinformación, dentro y fuera de España. Tras el atropello en Liverpool durante la celebración del título de la Premier League, la Policía tuvo que difundir que el conductor era un “hombre blanco británico”, porque los bulos, como en otras ocasiones, señalaban a un migrante [las noticias falsas, que luego se propagaron a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, atribuyeron el “atentado” a un “terrorista musulmán”, a un “islamista paquistaní”, a un sirio o a un asilado político].

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Desmentir y contrarrestar continuamente la desinformación te limita incluso para hacer acción de gobierno, algo que también sucede con el tema de la vivienda, porque mucha gente piensa que es mayor el problema de la ocupación que el del acceso a la vivienda. Eso tiene mucho que ver ya no solo con los pseudomedios, sino también con los medios convencionales que ganan dinero con la publicidad de las empresas de seguridad.

Nega: Cada vez que pasa algo, lo primero que se plantea es de qué color tiene la piel o de dónde viene: ¿cómo hemos llegado a esto? Y ahí los grandes medios supuestamente serios también tienen mucha parte de la culpa.

En cambio, si es blanco, se trata de un “lobo solitario”.

Toni: Y está loco… O sea, no es un terrorista, sino que tiene problemas mentales.

Nega: En España seguimos con el runrún del color de la piel, mientras que los autores de muchos atentados [en Estados Unidos y en Europa] han sido blancos de extrema derecha.

Antes citaban a Pedro Sánchez: ¿les parece épico su viacrucis antes de llegar a la Moncloa y tras alcanzar el Gobierno? Una pandemia, un volcán, una Filomena, una guerra, la inflación, una dana, un apagón…

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Nega: Bueno, igual es un gafe [risas]. En todo caso, la pandemia hubiera sido una carnicería con el Partido Popular en el Gobierno. Imagínate… La misma carnicería que en el País Valencià, por lo que agradezco que Ximo Puig estuviera al mando y no el PP. Eso no quita que el PSOE sea un mal menor, una consideración que resulta peligrosa, porque seguimos comerciando con armas con Israel y en la locura del rearme, pues vamos a aumentar el PIB en gasto militar porque lo dice Estados Unidos.

¿Por qué ha sido necesario tanto tiempo para que todos se diesen cuenta de que la guerra entre Rusia y Ucrania está estancada y de que la única salida será una paz negociada que implicaría la cesión de territorios a Moscú? ¿No creen que la guerra, a estas alturas, solo beneficia a la industria armamentística?

Toni: Claro. Además, con las nuevas tecnologías, Estados Unidos y la Unión Europea no necesitan mandar a sus soldados al frente, por lo que poco les importa, entre comillas, quién está muriendo. Y, claro, los principales beneficiados son los países que poseen una industria armamentística.

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No recuerdo cuál era el tema, pero ustedes ya cantaban aquello de que el hijo del presidente no va a la guerra.

Nega: Como siempre, las guerras son un matadero para la clase trabajadora. Cuando le preguntaron a Ursula von der Leyen [presidenta de la Comisión Europea] si [mandaría a sus hijos a una misión militar en el extranjero y, a continuación, si] tenía a algún hijo en el Ejército, se despelotó de la periodista, como diciendo: “¿Tú te crees que mis hijos van a estar en el Ejército e ir al frente de guerra?” [Von der Leyen efectuó esas declaraciones en 2016, durante su etapa como ministra alemana de Defensa, en el programa de sátira política Extra 3, emitido en el canal NDR].

Una respuesta bastante clarificadora de lo que es la guerra imperialista moderna, donde van a morir los hijos de los pobres para defender los intereses de los ricos. De hecho, en el Ejército español, el porcentaje de los militares de origen extranjero es más alto que en el resto de la sociedad. Es decir, la nacionalidad española a cambio de ser carne de cañón o, como decía Evaristo [líder del grupo La Polla Records], carne pa la picadora.

Después de un parón de más de dos años, regresaron en 2019. Desde entonces, más que un lustro parece que ha pasado un mundo. ¿Ha ido todo a peor? ¿En qué quedó la posibilidad de un cambio político en España? ¿Les provocó frustración, acaso desengaño, desmotivación o desánimo? Cuando se tocó poder, ¿se han sentido incómodos o decepcionados con algunas decisiones políticas tomadas desde diversos niveles de la administración?

Nega: A mí no me ha sorprendido. Creo que la izquierda ha pecado un poco de ingenua. Tras publicarse la primera encuesta que reflejó la posibilidad del famoso sorpasso de Podemos al PSOE, se puso en marcha toda la maquinaria, que incluyó a la policía patriótica, para atacar a Podemos a lo bestia.

Si repasas la historia de Europa, cuando los Estados ven amenazado su estatu quo, se defienden, ponen toda la carne en el asador y utilizan todas las tácticas legales e ilegales, morales e inmorales, que tienen a su alcance para destruir esa amenaza. A Podemos le pasó un poco eso, porque se encontró con jueces prevaricadores, policías patrióticos, la trama Villarejo y su vinculación con los grandes medios… Van a hacer de todo, eso y más. La derecha es capaz de dar un golpe de Estado para estar en el poder.

España no es la excepción, porque ese tipo de reacciones y comportamientos —o sea, esos mecanismos de guerra sucia— son habituales en las democracias supuestamente liberales, incluso en las occidentales con mayor tradición. Y en nuestro caso creo que era inevitable que se dieran esos nexos entre la cloaca policial, la cloaca judicial y la cloaca mediática, por lo que teníamos que haber estado mejor preparados porque, obviamente, el Estado se va a defender cuando ve amenazada, aunque sea tímidamente, su hegemonía. Queda claro que las democracias se sostienen sobre unos Estados profundos de cuyas operaciones no tenemos ni idea.

Nega y Toni Mejías, Los Chikos del Maíz, se despiden con dos conciertos en La Riviera.
Nega y Toni Mejías, Los Chikos del Maíz, se despiden con dos conciertos en La Riviera.N. V.
Toni: Si crees que en el sorpasso al PSOE te lo jugabas todo a una carta y no lo consigues, si piensas que solo tienes una única bala y tras un fracaso ya no hay ninguna otra posibilidad, al final la gente se desilusiona. Incluso dentro de los partidos vimos como se empezaron a desmoronar determinadas alianzas y determinados compañerismos, por llamarlo de alguna manera.

Esa sensación de “si no lo conseguimos ahora, no lo vamos a conseguir nunca”. Y si el propio partido pierde la ilusión, qué vas a pedirle a la gente. Ahora estamos en un momento de rearme ideológico, pero mientras luchas para que la ultraderecha no llegue al poder, es muy difícil plantear una alternativa. Hasta el punto de que te sientes aliviado si gobierna el PSOE, cuando hace unos años era “PSOE y PP, la misma mierda es”.

En Forjado a fuego, incluida en el disco Comanchería, cantaban aquello de que “Errejón se ha vendido al millonario”. A día de hoy, presuntamente quizás no haya sido lo peor. Cómo pasa el tiempo, que hace envejecer las canciones o empujar a una reescritura.

Nega: Nuestras canciones son como fotografías del momento. Si las letras están pegadas a la actualidad, algunas envejecen rápido y otras, muy bien, porque la realidad es cambiante. Ayer Íñigo Errejón era un tío muy brillante y una de las mentes políticas más preclaras de este país, y ahora mira dónde está.

A lo largo de su carrera, ¿han temido más una denuncia y el pago de una hipotética multa —por sus letras— o la reacción de los ultraderechistas?

Toni: Actualmente temo más la violencia física, aunque al principio nos preocupaba más el tema judicial [la Asociación Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza denunció en 2010 a Los Chikos del Maíz por un delito de exaltación del terrorismo y pidió la suspensión de un concierto en Sevilla, pero un juez de la Audiencia Nacional archivó la querella].

Sin embargo, ahora sentimos que hay mucha más impunidad respecto a la violencia física. Además, los ultras están muy envalentonados y creciditos, hasta el punto de que el cómico Jaime Caravaca, tras ser agredido durante una actuación, no solo no lo denunció, sino que hasta le pidió perdón [por un “chiste” en X] al agresor, quien por encima recibió aplausos [en las redes].

Nega: Estamos en un momento de hegemonía de la derecha y de la extrema derecha a todos los niveles: cultural, mediático y de calle. Hay tal impunidad que antes lo pensaban, pero se lo callaban por decoro, mientras que ahora van a calzón quitado y a cara descubierta, porque está bien ser abiertamente racista, fascista, homófobo… Habría que preguntarse cómo hemos llegado a este punto, aunque está claro que los algoritmos de las redes ayudan a difundir los mensajes de odio.

Toni: Ayer me apareció el comentario de un tipo, con muchísimos likes y retuits, que decía que el Guernica de Picasso retrataba una corrida de toros y que el bombardeo se lo habían inventado.

Nega: Ahora hay que demostrar permanentemente lo obvio, desde que Hitler no era socialista —aunque fuese el líder del Partido Nacionalsocialista— hasta que el repollo no es dos veces pollo. La situación es tan brutal que, si tienes que estar permanentemente desmintiendo bulos —pese a que sean chorradas obvias e insostenibles—, no puedes construir nada en positivo.

Toni comentaba el otro día que Los Chikos del Maíz no emitirían un comunicado para anunciar que no iban a tocar en los festivales del fondo proisraelí KKR, porque no habían sido contratados por ninguno y porque supondría ponerse “una medalla” de manera gratuita, o sea, un postureo. En cambio, Kase.O ha optado por una tercera vía y ha dicho que no cancelará sus actuaciones, pero que los beneficios, una vez pagados los sueldos y los gastos, serán donados a causas a favor de Palestina.

Nega: Los camiones de ayuda humanitaria no pueden entrar en la Franja de Gaza. Ahora no es el momento de donar, porque lo que necesitan los palestinos es que se boicotee al Estado de Israel y que se abra el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.

Justo ahora que se despiden, llega el preconcurso de acreedores de la tiquetera Wegow y se esfuma su dinero…

Toni: Y sin ningún tipo de justificación, porque es una empresa que cobra unos gastos de gestión por cada entrada que vende. Ese es su beneficio, el resto del dinero no le pertenece y no lo debe tocar. ¿Dónde está esa pasta?

Tiene que abrirse una investigación y deben implicarse los ministerios de Cultura y de Consumo. Nosotros nos hemos visto afectados en dos conciertos, pero hay bandas a las que han perjudicado en la mitad de su gira y festivales pequeños que no sé cómo van a hacer para sobrevivir. Sin embargo, si un festival se declara insolvente, sin tener culpa alguna, el grupo tiene que tocar porque es el responsable último ante su público.

Por encima, el preconcurso de acreedores de Wegow ha perjudicado sobre todo a grupos medianos y pequeños. Al final, ¿siempre pierden los mismos?

Nega: Siempre pierden los mismos. Trabajamos con Wegow porque no cobra tantos gastos de gestión como las grandes tiqueteras y porque nosotros intentamos poner el precio de las entradas barato para que todo el mundo pueda ir a nuestros conciertos, aunque al final siempre joden a los mismos. Esto enlaza muy bien con todo el discurso de extrema derecha que vincula la delincuencia con la inmigración. ¡Pero tío, a mí siempre me están robando los hombres blancos y ricos! Insisto: desde pequeñito, quienes más me han robado, me han explotado, me han ninguneado y me han jodido la vida son siempre los mismos.

Los Chikos del Maíz se despiden temporalmente con dos conciertos en La Riviera.
Los Chikos del Maíz se despiden con dos conciertos en La Riviera (Madrid).Natalia Vázquez
Mientras la derecha pone el foco sobre los migrantes, te roban los empresarios, los banqueros y los emprendedores pijos a los que sus papás les montan una empresita, que luego joden a un montón de bandas y de trabajadores de la industria cultural, desde el técnico al responsable de una sala. Sin embargo, los culpables saldrán indemnes y en dos años estarán montando otra empresa.

Como comentaba Nega y y escribió Bertolt Brecht, son malos tiempos para la lírica.

Nega: Es un momento muy raro y complicado, porque veníamos de la pandemia y ahora hemos pasado de la polémica del fondo proisraelí KKR a la movida de Wegow, que nos ha robado a manos llenas. Ha sido un palo económico enorme que nos provoca una sensación, justo a la hora de despedirnos como grupo, un poco agridulce.

¿Creen que su música sirve para algo y que puede ayudar a cambiar la situación? ¿O solo llega a los convencidos, o sea, no trasciende más allá de un público ya politizado?

Toni: Es difícil medir realmente cuánto influye la música, porque no es algo tangible. Sin embargo, por poner un ejemplo, creo que Los Chikos del Maíz y otras muchas bandas influyeron en cierta manera en el cambio político que hubo en València después de Rita Barbera, algo que entonces parecía impensable.

Eso se pudo lograr rompiendo la barrera de los convencidos. Porque si nuestra música solo fuera para convencidos, no hubiéramos podido hacer un WiZink Center [actualmente, Movistar Arena Madrid] o llenar ahora dos noches La Riviera.

Además, desde hace muchos años nos hemos empeñado en cuidar no solo el mensaje, sino también las letras, la música, la producción o la grabación, porque queríamos romper ese cerco y llegar más allá. No sé si hemos podido ayudar a cambiar las cosas en todo este tiempo, porque es muy difícil de medir, pero me gustaría pensar que nuestra música sirve para algo más que para entretener.

Toni ya ha escrito en una columna sobre el cruce de acusaciones entre Melody y Broncano: ¿se está frivolizando con la salud mental?

Toni: Muchísimo, porque no todo es salud mental. Javier Padilla y Marta Carmona describen en el libro Malestamos un malestar de la juventud relacionado con el miedo al futuro, a la precariedad, a la dificultad para acceder a una vivienda, etcétera. En ese sentido, hay gente que no necesita un psicólogo, sino mejores condiciones de vida. Si Melody tuviera un problema de salud mental, no estaría en El Hormiguero levantándose 150.000 euros, sino en su casa.

Nega: Respecto a si la música sirve para cambiar algo, tampoco es una carga que quiero llevar sobre mis hombros. Yo no estoy aquí para abrir los ojos a nadie, sino para entretener. Y si por el camino digo alguna cosa interesante, pues guay, pero que la gente no espere nada de los músicos.

O sea, un músico, por muy de izquierdas que sea, no te va a salvar la vida. Para eso están los colectivos, las asociaciones, los sindicatos de vivienda… A veces se tiende a volcar una responsabilidad en los artistas que quizás se ha exagerado o distorsionado. Básicamente, los artistas somos bufones y estamos aquí para entretener a la peña.

Aunque la música puede ser la banda sonora de una lucha.

Nega: Sí, pero a veces se le da demasiada importancia. Es más importante que la gente se afilie a un sindicato o que milite en la asociación de su barrio. Volcar todas esas responsabilidades sobre los artistas es un poco gratuito. Ningún grupo de música va a salvar el mundo; un sindicato, a lo mejor sí.

Ocho conciertos más en festivales con Riot Propaganda y también adiós…

Toni: Sí, es una reunión temporal. Le tenemos mucho cariño al grupo y nos apetecía juntarnos otra vez e interpretar canciones que no habían sonado demasiado en directo.

¿Qué futuro se abre a partir de ahora? ¿Algún proyecto musical a la vista? ¿De nuevo Toni y Nega juntos? ¿O priorizarán el impulso de Saigón Editorial?

Nega: El próximo año queremos darle un impulso a la editorial, aunque cuesta mogollón, porque no es tan fácil. La idea es sacar más artefactos, o sea, más libros. Y luego ya veremos, porque yo lo que necesito es descansar y alejarme de toda esta vorágine de las redes, una auténtica locura.

Tregua indefinida de Los Chikos del Maíz, pero ¿retomarán pronto la lucha?

Toni: No es una tregua definitiva, por lo que la idea es volver. Sin embargo, no sabemos cuándo, ni siquiera cómo. Pensar ya en nuevos proyectos implica entrar en esa dinámica de que tenemos que estar continuamente produciendo. Y no, lo primero es parar, descansar y recobrar fuerzas. Hay que reivindicar el derecho a la pereza y el derecho al descanso. Tenemos la fortuna de tener algunos ahorros, aunque con lo de Wegow, menos…

Nega: Wegow nos ha robado una pasta que nos venía de perlas para este parón, pero es que siempre me están jodiendo los hombres blancos y ricos [risas].