300 vecinos protestan en Pobes contra el centro de menores, que el pleno rechazará hoy
Alegan que el municipio carece de recursos sociales y de seguridad El Ayuntamiento celebrará una sesión extraordinaria
El Correo, 04-09-2006Los vecinos de Ribera Alta dejaron clara ayer su postura respecto al centro de menores inmigrantes que la Diputación quiere ubicar en una pequeña aldea del municipio, Castillo Sopeña. Cerca de 300 vecinos – de un municipio que contabiliza en total 550 empadronados – secundaron la concentración convocada a mediodía en Pobes y marcaron el camino a la Corporación local, que hoy tiene previsto rechazar mediante un pleno extraordinario el proyecto foral.
Los diferentes grupos políticos ultimaban ayer mismo, de hecho, el texto de esa declaración institucional, cuya aprobación se dio por segura. «De momento, tenemos un borrador. Lo estamos terminando de consensuar», apuntó a EL CORREO el alcalde, Jesús Berganza, del PNV.
El regidor nacionalista participó ayer discretamente en la concentración convocada por los residentes, después de haberse comprometido el viernes ante 200 vecinos a oponerse frontalmente al proyecto. El centro de acogida para una docena de menores problemáticos estaba inicialmente previsto en Nanclares, pero la fuerte oposición suscitada en la zona obligó a la Diputación hace seis meses a revisar los planes. «Si allí no se instaló, ¿por qué aquí sí?», se preguntaron los vecinos. «La reacción – afirmaron – ha sido espontánea y contundente».
Los residentes leyeron un comunicado al finalizar el acto de protesta. El escrito, al que puso voz Javier Beltrán de Guevara, recogió con detalle los argumentos vecinales contra la iniciativa. «El proyecto Zabaltzen – como se denomina – no resulta efectivo para integrar a los menores inmigrantes. En otros entornos con más recursos que nuestro municipio, centros así han generado inseguridad y conflictividad». Y a la ausencia de medios y efectivos de seguridad se une en este caso la «falta de cualquier recurso de ocio o atención social» en la zona.
«No tiene ningún sentido trasladar al monte a unos jóvenes a los que se quiere integrar en la sociedad», apuntó Beltrán de Guevara, en referencia al antiguo local de agroturismo en el que se ha fijado la Diputación, un caserón aislado. «En Castillo Sopeña sólo hay un vecino los días laborables y cuatro los fines de semana. ¿Nos toca a tres o cuatro chavales por cabeza!», exclamó uno de los residentes más próximos, Paco Gómez.
«Más fácil en Vitoria»
Otra vecina, Raquel, puso el acento en el dato de que los jóvenes serán trasladados cada mañana a Vitoria – ahora residen en un centro de la Cruz Roja en la capital alavesa – para asistir a clases y talleres. «¿No es más fácil en este caso alojarlos allí, donde sí existen los recursos necesarios?».
Algunos asistentes no ocultaron su malestar por la forma en que se han desarrollado los acontecimientos. «Nos hemos enterado tarde y por terceras personas, no por nuestro Ayuntamiento», decía Benerando Pérez de Caballero, vecino de Vitoria pero nacido en Caicedo Sopeña, donde viven sus padres. El alcalde explicó que tiene pendiente una cita con la diputada de Bienestar Social, Ainhoa Domaica, «pero aún no hay fecha».
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