“Los jóvenes del centro de primera acogida son bienvenidos a Piera”, rezaba el comunicado que se ha leído este sábado en Piera (Anoia). Unas 300 personas se han manifestado por las calles de la localidad para defender la convivencia en el municipio y en contra de los “discursos de odio”.

Irene Reig, miembro y portavoz de la sección local de Unitat Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR), ha señalado que les preocupa la situación que se está viviendo, “con altercados y confrontaciones tan fuertes, hasta el punto de que un colectivo intentara quemar el lugar de residencia de unos menores”. Por eso creen que como pueblo y Ayuntamiento “hay que estar más preparados” y tener “unos protocolos antirracistas y antifascistas para actuar en contra de estas situaciones”.

La manifestación organizada por UCFR con el apoyo de diferentes entidades del municipio como los Diables o el Ateneu, se ha erigido en una defensa del respeto, la convivencia entre las distintas comunidades y una denuncia contra los “discursos de odio” y el racismo.

Durante la marcha por las calles más céntricas del casco urbano, se han podido escuchar cánticos reivindicando a Piera como un pueblo antifascista, con otras proclamas como “racistas, fuera de nuestros barrios” o “la convivencia, nuestra mejor arma”. En algunos momentos también se ha escuchado “basta agresiones contra la infancia”, en alusiones al ataque que sufrió el centro de menores tutelados del municipio hace una semana cuando alguien intentó prenderle fuego.

Reig mostró preocupación por las situaciones que se han vivido en el pueblo y que han generado confrontación hacia una comunidad “con un aire totalmente racista y fascista”. “Deberíamos tener las herramientas para protegernos y para que no pasen estas cosas”, ha dicho. De hecho, a raíz de los disturbios y el ataque que sufrió el centro de menores hace una semana, una cuarentena de personas se ha unido para crear la sección local de UCFR.

Sara El Mesaris, otra de las portavoces de UCFR, ha criticado la actuación de los Mossos d’Esquadra con lo que ha llamado “el desfile de la vergüenza”, cuando se escoltó a los jóvenes por medio del pueblo para acompañarles de vuelta al centro de menores. “Les hicieron desfilar por la calle principal, en una actuación injusta y racista, porque no hicieron lo mismo con los demás menores”, señaló.

La manifestación hasta la plaza del Peix ha transcurrido con normalidad, acompañada por un despliegue de Policía Local y Mossos. Ha habido algún enfrentamiento verbal entre manifestantes y peatones o personas que se encontraban en las terrazas de los bares de las calles del centro, pero sin ningún incidente destacable.