Zapatero: «El PP no distingue entre la guerra y la paz»
El Mundo, 04-09-2006Anuncia por tercer año consecutivo que las pensiones más bajas subirán el doble de la media, un incremento acumulado del 25% El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó eufórico a su irrenunciable cita con los mineros asturleoneses en la campa de Rodiezmo. Se perdió el partido, pero dio a entender que merecía más la pena relatar la gestión de su Gobierno (para la que le faltaban adjetivos calificativos) y poner al PP en su sitio, que contemplar una victoria que, a buen seguro, él ya había pronosticado.
Y así fue. Ante 35.000 mineros, según la organización, aunque eran muchos menos y, además, menos que otros años, Zapatero desplegó todo un argumentario político para explicar que estamos, en su opinión, ante el mejor Gobierno de la democracia. «A grandes rasgos, hay un país, liderado por un Gobierno, que avanza, que progresa, que crea empleo como nunca, que hace nuevas políticas sociales, que tiene voz autónoma en el mundo, que amplía derechos y libertades para todos y que apela y defiende la convivencia».
Zapatero, una vez más, justificó todos estos avances en las cifras económicas, y de nuevo dibujó un escenario: «Desde que estamos en el Gobierno se han creado 3.000 puestos de trabajo al día. Con un 3,7% de crecimiento económico. Y con superávit en las cuentas públicas. Eso es buena gestión, buen gobierno. Se puede crecer, ahorrar y repartir mejor, como está haciendo el Gobierno socialista».
El tercer cuadro que pintó ayer se refirió a los derechos sociales. «Este año ha sido el más fecundo de la democracia en derechos sociales», llegó a decir. Y, tras dar las gracias a la «responsabilidad» de los sindicatos, el presidente vaticinó que el pacto social alcanzado ya ha posibilitado el paso de 150.000 empleos temporales a fijos, y que llegarán a más de medio millón cuando se acabe el periodo pactado.
Y, claro, con estas perspectivas, el presidente del Gobierno anunció, por tercer año consecutivo en Rodiezmo, que el próximo año las pensiones más bajas subirán el doble de la media.
Zapatero también se recreó en este apartado y, tras recordar que la subida acumulada llega al 25% en estos tres años y que el fondo de reserva ha alcanzado ya los 38.000 millones de euros, se acordó de Rodrigo Rato al afirmar: «Ya pueden ir dimitiendo los agoreros que decían que un sistema público de pensiones no tenía futuro». Pero, el dirigente socialista también tuvo recados para el PP, y no todo fue autobombo. Sobre todo, Zapatero intentó poner al partido que lidera Mariano Rajoy en evidencia con su dubitativa actitud en cuanto al envío de tropas al Líbano.
«Hay un derecha que no ha cambiado nada desde la derrota electoral, y siguen sin distinguir conceptos elementales. Ni distingue su proyecto de lo que es la España real, del mundo en el que vivimos ni de los valores mayoritarios. Estos días lo estamos viendo con el Líbano. No saben qué decir, si decir que sí o que no. No tienen un discurso, porque la derecha de este país no distingue entre la guerra y la paz», afirmó el líder socialista, en una de sus frases más aplaudidas.
Zapatero explicó que España no va a una guerra («Naciones Unidas nunca convoca guerras», dijo), sino que va a ponerse «al servicio de la paz, con plena convicción». Para que «en el Líbano no veamos más bombardeos ni más muertes de inocentes», dijo.
Y no pararon aquí los ataques al PP. Zapatero también le reprochó duramente su actitud política que, a su entender, viene de que siguen sin digerir la derrota del 14 – M. «Insisto, éste es el problema de la derecha, que no distingue lo que es perder y ganar una elecciones. Lo vienen demostrando cada día. Eso sí, me propongo que tengan unas cuantas derrotas a ver si aprenden lo que es ganar y perder de una vez», dijo.
En este aspecto, volvió a hacer gala el presidente del Gobierno de su optimismo antropológico, y vaticinó que el PSOE ganará las elecciones municipales y autonómicas de 2007. «Tendremos una amplia victoria en 2008», afirmó.
Finalmente, abordó el problema de la inmigración para reiterarse en las tesis de que la lucha debe centrarse en crear condiciones de vida en los países de origen de la inmigración, para lo que es necesaria la implicación de la UE, y buscar que entren en la legalidad los que ya están en nuestro país. En este sentido, Zapatero dio las gracias a los sindicatos por entender que «no se puede permitir que los inmigrantes trabajen sin derechos, son personas antes que inmigrantes, y nadie puede trabajar sin derechos».
También dio un aviso serio al PP en este asunto, al pedir que no juegue con la demagogia y la hipocresía. «Sólo hay que recordar que cuando entré en el Gobierno había 800.000 inmigrantes ilegales en España, que entraron con el Gobierno de José María Aznar y Mariano Rajoy», dijo.
El resto del discurso fue destinado a pedir apoyos para que el Congreso lleve adelante las dos leyes más importantes del proyecto socialista en lo que resta de legislatura: la Ley de Dependencia y la Ley de Igualdad.
Zapatero relató las bondades de ambas leyes, que quiere que entren en vigor a principios del próximo año.
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