Zazza el italiano, documentalista: “Me han atracado ya 5 veces en el Raval, mientras que en la Mina nunca me ha pasado nada, hay droga y delincuencia, pero si no molestas al negocio no pasa nada”
Federico Zompichiatti es un youtuber que documenta los barrios más peligrosos del mundo para, tal y como él mismo cuenta, “dar visibilidad a aquellos que no la tienen”
La Vanguardia, , 23-05-2025Si bien en todas las ciudades existen zonas en las que el disfrute y la rutina conviven a los ojos de los ciudadanos, hay otras áreas que resultan más ajenas al día a día. Diferentes costumbres, delincuencia y estigmas son algunas de las características que definen los barrios peligrosos que también aportan, en cierta manera, identidad a ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla.
Y es que su existencia es más que evidente. Personas como Federico Zompichiatti, conocido en YouTube como Zazza el italiano, buscan mostrar su realidad para que deje de estar sumergida en los márgenes que tanto la definen.
Desde La Vanguardia, hablamos con él para que nos explique su experiencia documentando los barrios más peligrosos de España, Europa y Latinoamérica, siempre enfrentándose a un gran reto: el miedo.
¿Cómo empezó todo?
Yo era coctelero antes de hacer vídeos en YouTube y estaba muy cansado de ese trabajo. Nunca me había gustado, no me sentía realizado, en parte, también, porque había estudiado Comercio Internacional en la universidad. Sentía que estaba preparado para otras cosas.
Tuve la suerte de que, durante la pandemia, mi mejor amigo en Italia empezó a hacer reportajes sobre Corea del Norte y comenzó a ganar dinero con YouTube. Pensé: “Estoy en pandemia, tengo casi 30 años y estoy cansado de mi vida, no quiero seguir sirviendo bebidas a los borrachos a las 3 de la mañana”
Así que llamé a mi amigo y le dije: “Empiezo a ayudarte.” Comenzamos grabando 10, 15, 20 vídeos juntos y me empezó a gustar mucho. Vi que con una inversión mínima se podía vivir bien, así que decidí meterme en el sector.
¿Empezaste directamente con este tipo de contenido?
No, estudié el algoritmo durante varios meses y abrí un canal que se llamaba Zazza el Italiano, pero con otra temática: eran más bien retos, cosas absurdas.
Después de ocho meses sin ningún resultado, decidí cambiar totalmente. Estaba en una etapa deprimida y dije: “Si quiero tener éxito, tengo que arriesgarlo todo.”
Entonces me la jugué, incluso a nivel físico. Pensé: “Nadie se mete solo en los barrios más peligrosos. Vamos a probar.”
Tras el cambio de dirección, empecé a explorar y grabar los barrios más duros, primero en Barcelona y luego en toda Europa, viajando con lo justo, comprando vuelos de última hora por 15 euros.
¿Siempre te llamó la atención este tipo de entornos?
No. Vengo de una familia bastante buena: mis padres son médicos, Pero desde pequeño me relacioné con gente de clases sociales más bajas. Me gustaba esa idea del “malote”. Al crecer entendí que no compensa, pero por eso conozco los dos mundos: una familia estable, y muchos amigos con caminos difíciles.
Has visitado los barrios más peligrosos, después de estar en lugares como La Mina, ¿es real el estigma hacia estos barrios?
No es exagerado, pero tampoco hay que caer en la simplificación. Es cierto que hay tráfico de drogas, armas, tiroteos. Pero también hay muchas personas que viven allí simplemente porque no pueden permitirse otra cosa.
Yo no totalizo, generalizo: son cosas distintas, pero si buscas peligro, lo encuentras más fácil en barrios como el Raval.
¿Crees que se exagera el miedo que se traslada a los turistas en Barcelona?
No. Es real. Me han atracado cinco veces en poco tiempo porque vivo cerca del Raval.
En ambos barrios hay una criminalidad distinta. En La Mina se enfadan porque grabas o les molestas eso que ellos llaman “el negocio”, pero en el Raval es diferente: hay más gente extranjera, hurtos, robos a turistas, microcriminalidad. Sales a la calle y lo ves. Cuando voy por detrás de mi casa veo las miradas de los turistas de miedo. Las estadísticas no mienten: Barcelona es una de las ciudades con más microcriminalidad de Europa.
Entonces, ¿temes más al Raval que a La Mina?
Sí. En el Raval hay más riesgo de encontrarte con alguien que te quiera apuñalar o pegar. En La Mina, si no molestas, no pasa nada. Es cierto que no escucharás un tiroteo, pero da más miedo una persona que quiera acuchillarte que esté loca porque no sabes cómo reaccionará. Hay canales. como el de A pie de calle, que demuestran todo esto.
No solo has grabado en Barcelona, también estuviste en las 3.000 viviendas de Sevilla, ¿cómo fue la experiencia?
Fue uno de mis primeros vídeos. Bajé del autobús porque, en aquel momento, no tenía ni para pagarme un taxi, y me encontré con drogadictos, patrullas, basura por todos lados. Ni el recolector de basura quiere entrar ahí. Son barrios totalmente destrozados, algo que resulta muy impactante.
Como no sabía como moverme por allí en aquel entonces, entré en un centro social y me advirtieron que sin guía local era muy peligroso, que lo más seguro era que te pasara algo. Conseguí a alguien que fingió ser músico para acompañarme. Fue toda una movida, es algo que ves, en realidad, en la mayoría de barrios gitanos. He estado en casi todos de España y son muy parecidos: música, niños con quads, vida en la calle, condiciones estéticas pésimas. No digo que esté ni mal y bien, solo que siempre tienen cosas en común.
¿Existe diferencia económica entre estos barrios gitanos?
Sí. Los más ricos exhiben más: Ferraris, caballos, oro. Pero la vestimenta es similar, siempre con muchas marcas, aunque mucha sea falsificada.
Las 3.000 es uno de los barrios más sonados porque son los que tienen más dinero y les encanta enseñarlo, pueden hacerlo todo de forma mucho más teatral.
¿Te reciben bien cuando vas a grabar a estas zonas?
Sí, en España me conocen y saben que no juzgo. No doy datos a la policía, oculto identidades. No soy lo que muchos llaman como “sapo”. Simplemente, voy allí a grabar sin tener que opinar acerca de la situación de nadie, lo que me interesa es divertir a mi audiencia y que aprenda algo de una cultura diferente. Siempre me suelo llevar bien con ellos.
Ahora bien, en Latinoamérica es diferente: ahí son sicarios, no malotes, como los que hay en España. Aquí te roban la cámara y te dan un puñetazo; allí te matan y descuartizan.
¿Cuál es el problema principal en barrios como la Mina, las 3.000 viviendas en Sevilla…?
La falta de educación y cultura. Si no puedes entrar en la sociedad por la vía legal, al final buscas caminos alternativos.
La droga es central, y también hay un problema con la inmigración descontrolada. Esta puede ser enriquecedora, pero debe estar siempre regulada. Solo deben entrar quienes están dispuestos a aportar.
¿Has vivido alguna vez una mala experiencia?
Sí, claro, he pasado varios sustos. Hubo una vez que un señor, en Sevilla, quería pegarme y otro que me intentó robar la cámara en el barrio Palma Palmilla en Málaga. Fue un momento épico porque, después de intentar robármela, se fueron en coche… pero luego regresaron para volver a hablarme. No sé, fue un momento de mucha tensión. Justo en ese momento llegó la policía y los detuvo mientras yo estaba grabando.
Otros ejemplos son cuando me meto en narco pisos con puertas blindadas. En una ocasión, el chico que me hablaba estaba totalmente lleno de cocaína, súper paranoico y acelerado. Afuera había unos diez o doce chicos, todos medio encapuchados, justo en la habitación de al lado.
Son momentos en los que pienso: esto puede salir muy bien… o puede salir muy mal. Por suerte, hasta ahora todo ha salido bien. También creo que hay que saber gestionar un poco la situación, no perder la calma. Y, en la mayoría de los casos, se acaba solucionando.
¿Cómo lidias el miedo en estas situaciones?
Al principio lo pasaba mal. La noche anterior a grabar no dormía o no comía nada. A medida que va pasando el tiempo, simplemente lo aceptas y empiezas a aprender técnicas para relajarte.
Utilizo mucho una técnica de relajación que es muy sencilla y utilizan los cuerpos especiales en momentos de muchísima tensión. Sirve para ralentizar las pulsaciones y así calmarte. A medida que va pasando el tiempo también pierdes un poco la empatía y la adrenalina, por lo que puedes gestionar las situaciones mucho mejor.
¿Qué opinas de las personas que no están de acuerdo con tu contenido?
Lo entiendo, pero no lo comparto. Yo doy voz a quienes no la tienen. Es como criticar a un fotógrafo de guerra que le hace una foto a un niño muerto. No es que se aproveche de la desgracia de su familia, es su trabajo.
Creo que los problemas se solucionan hablando de ellos. Si hay una zona, donde sea, donde se sufre mucho el comportamiento criminal, ¿por qué no ir allí a contarlo? No es estigmatizar el barrio, es visibilizar cosas que no deberían pasar. Mostrar el problema es el primer paso para solucionarlo. Además, si cobro es porque esto cuesta dinero: viajar, grabar, editar…
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