El centro de La Purísima, dependiente de la Ciudad Autónoma, ha sobrepasado ya su capacidad y alberga, desde ayer, a 164 menores, cuatro más de los que establece el pliego de condiciones. Ante este colapso, la Consejería de Bienestar Social se ha visto obligada a solicitar la ayuda de la Comandancia General, que le ha facilitado varias literas, así como a habilitar dormitorios provisionales en salas de estar.

Así lo confirmó ayer la consejera del área, María Antonia Garbín, quien reconoció que la Ciudad Autónoma ha vuelto a pedir la colaboración de la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía para que se extreme el control de las fronteras y se frene la entrada de estos menores no acompañados. En opinión de la consejera, la celebración de las fiestas patronales de Melilla suele ser un reclamo para los menores que desean entrar en la ciudad.

Y es que, al margen del esfuerzo económico que debe llevar a cabo el Gobierno autonómico para afrontar este aumento de la entrada de menores, la planificación de la propia Consejería se ve trastocada ante tanta acumulación de trabajo.

Repatriación

Así las cosas, Garbín volvió a incidir en la importancia de que España haga efectiva la repatriación de estos menores a Marruecos como medida definitiva para acabar con esta situación y evitar que el efecto llamada continúe colapsando los centros de acogida.