La elección del cardenal Robert Francis Prevost como el Papa León XIV ha sido recibida con una mezcla de ilusión, orgullo y sorpresa por la comunidad católica en Estados Unidos. Y con desconcierto, esperanza y hasta indignación por la clase política estadounidense y el universo Make America Great Again que lidera Donald Trump. Las consecuencias de un primer Pontífice de América del Norte no pueden ser subestimadas, tampoco las repercusiones en un país y una sociedad dividida que lo polariza, etiqueta y estigmatiza todo.

Estados Unidos es el segundo país con más cardenales, sólo detrás de Italia y por delante de España. Las televisiones se llenaron este jueves de párrocos, obispos y creyentes en shock, emocionados, abrumados por la alegría y la oportunidad que supone en un continente en el que la tradición protestante ha sido dominante, pero en el que el catolicismo (Joe Biden, el primer presidente desde Kennedy, lo era) parece vivir un momento dulce. Pero en apenas unos pocos minutos, el efecto de la elección se dejó sentir a más profundidad, cuando miles de personas se lanzaron a buscar información y escanear las redes sociales en búsqueda de pistas sobre quién es, qué defiende y cómo piensa en nuevo Pontífice. También de munición para atacar si resultaba no ser uno de los suyos.

El presidente Donald Trump, que hace unos días ofendió a la curia y los creyentes haciendo circular desde las cuentas de la Casa Blanca una imagen de sí mismo vestido de blanco, o diciendo que él sería un gran Papa, sacó pecho enseguida por la designación de un nacido en Chicago como líder de la Iglesia Católica. “Es un gran honor saber que es el primer Papa estadounidense. Qué emoción y qué gran honor para nuestro país. Estoy deseando reunirme con el Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”, indicó el mandatario en su red social, Truth Social.

Instantes después, las polémicas y disputas sobre la ideología, la cosmovisión y los valores de León XIV monopolizaron, sin embargo, el debate. En sus redes sociales, el cardenal Prevost se ha posicionado en la última década contra la pena de muerte, las armas de fuego y sobre todo contra las políticas migratorias abanderadas y ejecutadas por Trump, que considera alejadas de los valores cristianos, pero también estadounidenses. Sus últimos tuits, muy pocos en los últimos dos años, son críticas directas o indirectas a las prioridades de la Casa Blanca o a las palabras del vicepresidente JD Vance, un reciente convertido al catolicismo, sobre los inmigrantes y cómo en su visión la religión implica escoger antes a los tuyos que a los que vienen de fuera.

También rechazo a las acciones de la Administración estadounidense y sus socios salvadoreños. En el pasado, destacan mensajes en defensa de las minorías, rezos por George Floyd, el nombre que murió asfixiado por la Policía y se convirtió en emblema del Black Lives Matter, o avisos sobre el cambio climático, suficiente para ser condenado por los partidarios de una religión más conservadora.

El nombramiento ha desubicado por ejemplo al movimiento MAGA. Breibart News, que da voz a muchos de sus ideológicos, elogiaba que el Papa siempre ha estado en contra del aborto y lideraba un grupo “pro vida” en la Universidad, o que se hubiera posicionado en contra de la enseñanza de teorías de género en los colegios en Perú. “La promoción de la ideología de género es confusa, porque busca crear géneros que no existen”, dijo a los medios locales entonces.

“Nuestro equipo de Turning Point Action extrajo el historial de votación del Papa León XIV. Es un republicano registrado que ha votado en las primarias republicanas cuando no vive en el extranjero. Nuestros datos muestran que es un republicano fuerte y pro vida”, celebró en la red X Charlie Kick, uno de los activistas más conocidos del movimiento Make America Great Again. Poco después, en un vídeo y ya con algo más de información se preguntaba si los mensajes de “propaganda” o “sobre fronteras abiertas” explicarían el nombramiento, conjeturando que todo podría ser una maniobra del Vaticano para eclipsar a Trump y alejar a los católicos de su estela ideológica.

“Su nombre es Robert Prevost. Es el primer Papa estadounidense. Él es anti-Trump, anti-MAGA, pro-fronteras abiertas y un marxista total como el Papa Francisco. Los católicos no tienen nada bueno que esperar. Sólo otra marioneta marxista en el Vaticano”, criticó en cambio la influencer Laura Loomer, una de las reinas de las conspiraciones en Estados Unidos y sorprendentemente cercana a Trump, en media docena de tuits consecutivos. "El nuevo Papa apoya a los inmigrantes indocumentados y la apertura de fronteras y criticó al presidente Trump por usar la frase “bad hombres” para describir a los inmigrantes indocumentados violentos. Considera que es una frase “racista”. Papa marxista", añadió.

Los tuits del nuevo Papa han provocado la ira de los que no lo conocían. Los que sí lo tenían perfectamente identificado, y lo tenían como papable, ya habían movido ficha en realidad en las últimas dos semanas, echando leña sobre las polémicas que lo han rodeado en el pasado, casi todas vinculadas a las denuncias de abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Steve Bannon,el gran gurú de la alt-right, la derecha radical estadounidense y consejero de Trump, lo avisó hace más de 10 días. En una entrevista en televisión dijo “que uno de los candidatos menos prometedores, y por desgracia uno de los más progresistas, es el cardenal Prevost… sin duda está en la lista de candidatos”, señalando su “proximidad ideológica con Francisco”, su “gran experiencia en América Latina” y el peso que tiene la Iglesia norteamericana, una de las que más dinero recauda.

Una persona observa las noticias de la elección del nuevo Papa en la sede de News Corporation en Nueva York.
Una persona observa las noticias de la elección del nuevo Papa en la sede de News Corporation en Nueva York.Michael M. SantiagoGetty Images / Afp
La noticia pilló por sorpresa incluso a sus amigos más cercanos, como el padre Art Purcaro, un misionero de la orden de los agustinos que compartió tiempo con Prevost en Roma y Chicago. “Estoy más sorprendido incluso de lo que el mundo entero está”, indicó a la cadena CNN. "La Iglesia ha elegido a un hombre bueno, a un hombre de Dios. El padre Robert Hagan, otro de sus amigos durante los últimos 25 años, también admitía estar “en estado de shock, muy emocionado. Estamos muy felices por los agustinos,” describiendo al nuevo líder de la Iglesia como “un gran ser humano, un instrumento de Dios y un constructor del puentes”.

A nadie se le escapa, sin embargo, que su designación llega en un momento de tensión entre Washington y un buen número de países por las políticas aislacionistas de Trump. Hagan cree Prevost encarna una imagen distinta de Estados Unidos. “Él representa todo lo que es bueno de ser estadounidense, el trabajar por la libertad, la justicia y la oportunidad para todas las personas, que son los valores principales sobre los que se fundó este país. Él es un instrumento, un promotor de todas las cosas buenas que tenemos en común”.