Cecilia Ibáñez, directora y productora de cine: “La mujer rural deja sus sueños en un segundo plano”

El Diario, Aurora López, 09-05-2025

“Que todas las mujeres puedan manifestarse, contar sus historias y que el resto de personas la escuchemos, pero que las escuchemos con el corazón, no con el pensamiento ni con la razón”: con una trayectoria dedicada a visibilizar las desigualdades sociales, la directora, guionista y productora Cecilia Ibáñez cuenta cómo enhebrar su compromiso con la memoria histórica y la justicia social y la visibilización de las mujeres en el ámbito audiovisual.

La cineasta uruguaya afincada en Murcia desde hace más de tres décadas se encuentra en plena producción de su próximo largometraje documental, Sueños Retenidos. Este proyecto, que se halla en el ecuador de su rodaje, está previsto que llegue a la gran pantalla el 15 de octubre, coincidiendo con el Día de la Mujer Rural ya que aborda dicho asunto en el documental. Aunque Ibáñez ha revelado que la proyección podría incluir una sorpresa inédita, ha pedido a este diario que mantengamos los detalles en reserva por el momento.

Además, Ibáñez participa en el ciclo ‘Historias de mujeres murcianas: voces que inspiran’, organizado por la Fundación “la Caixa” el próximo 11 de junio, donde compartirá su experiencia en la industria cinematográfica. Produjo ‘Migas de Pan’, un filme protagonizado por Cecilia Roth nominada en 2017 a los Oscar por Urugay y que narra la tortura y encierro real de Liliana Pereiro, una universitaria y madre de un bebé que participa en las luchas estudiantiles contra la dictadura cívico – militar que sufrió este país suramericano.

¿Cuáles son esos ‘sueños retenidos’ que merecen ser compartidos?

Son aquellos sueños que las mujeres tienen, que algunas acaban cumpliendo, pero otras, a lo mejor, no. ‘Sueños retenidos’ es un largometraje documental que cuenta la historia de las mujeres rurales. Quiero visibilizar aquellos sueños que las mujeres rurales han tenido, pero que no los han podido cumplir por el mandato heteronormativo patriarcal.

La labor de una mujer rural es cocinar, cuidar, apoyar en todos los sentidos a los hijos e hijas y dejar sus sueños en un segundo plano. Eso es lo que queremos contar: que las mujeres rurales tienen muchas cosas que compartir y son historias que la gente tiene que saber. Están muy contentas de que alguien se acuerde de ellas.

Una de las historias que vamos a contar es la de una mujer rural que tiene un campo de nectarina y su sueño retenido es estudiar para ser abogada. A veces, los padres no querían apoyarlas en los estudios. ¿Para qué vas a estudiar también el mundo rural? , les decían. Y así un montón de casos.

¿Cuándo empezó a fraguarse ‘Sueños retenidos’ y cuándo podremos verlo en la gran pantalla?

Empecé este proyecto hace ya cuatro años. Ya tenemos grabado más de la mitad del documental. Ahora en junio vamos a terminarlo. Estamos también hablando con la Dirección General de la Mujer para estrenarlo el Día de la Mujer Rural. Queremos que esté todo preparado para ese día, que es el 15 de octubre y así destacar el papel importante que ejercen.

¿Tienes otros proyectos entre manos además de ‘Sueños Retenidos’?

Una ficción que escribí hace más de diez años. Es sobre una abuela que cocina y cose. Eso siempre lo han hecho las abuelas o las madres. Pero desde que los hombres entran al mundo económico, ya es el gran chef y las mujeres pasan a ser ignoradas y no ser reconocidas en una profesión que era de mujeres.

Llevo la séptima versión del guion y estamos empezando la búsqueda de subvención. Después hay otro corto y una cantidad de proyectos que no podés imaginar. Un montonazo.

Eres doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. ¿Cómo ha influido tu formación académica en Historia en tu trabajo como cineasta?

Cuando empecé a estudiar Historia yo quería contar la historia de la gente que no tenía. Me decía: ¿por qué todo el mundo cuenta lo mismo? Quería hacer algo con las personas olvidadas de la historia. En la facultad, todos mis trabajos iban sobre las mujeres que no habían sido reconocidas en el arte, en la pintura, en la música y en todas las disciplinas.

‘Migas de Pan’ aborda una etapa oscura de la historia uruguaya, centrándose en las mujeres que sufrieron represión durante la dictadura. Una película que fue seleccionada para competir por el Óscar 2017 a la Mejor Película de Habla No Inglesa. ¿A qué desafíos te enfrentaste al llevar esta historia a la pantalla?

La historia de una violación de los derechos humanos. No es una historia romántica, ni es una historia que le gusta a los hombres con efectos especiales universal. Es una historia de una realidad de unas mujeres que creían en una lucha.

El cine es altamente masculinizado y para la distribución y promoción de este tipo de historias, tenés que tener un presupuesto elevado. Hay una falta de empatía. Ha costado porque la temática no es una temática comercial y la gente no se siente tan comprometida con este tipo de temáticas.

Fue curioso porque tuvimos un montón de premios, pero todos eran premios a los derechos humanos. Nos dimos cuenta de que ahí había otro tipo de competencia comercial y profesional. Los premios no son gratuitos y nosotros pensábamos que sí. Por ejemplo, irte a un Óscar no solamente supone llegar, supone que tienes que tener un presupuesto para salir en las revistas de Hollywood o cualquier otra. A lo mejor salir en una página te sale por 50.000 euros.

Tu documental ‘Reyes Noval: memoria feminista en Murcia’ rinde homenaje a una destacada activista murciana. ¿Qué te llevó a contar su historia y cómo fue el proceso de realización del documental?

Reyes Noval murió hace dos años y quise hacerle un homenaje. En Murcia hay muchas feministas, muchas mujeres que han luchado por la igualdad, por la mujer y, luego, parece que no han existido. Hay un silencio ante el cual yo empecé a entrevistar. Con una camarita y un trípode entrevistamos a las primeras asociaciones feministas y de mujeres en Murcia, y así nació el documental.

En tu experiencia, ¿de qué manera crees que la representación de historias centradas en mujeres en el cine puede influir en la conciencia social y promover una mayor comprensión de las realidades que enfrentan?

Las mujeres, sobre todo las rurales, se merecen su lugar. En un mundo como el ámbito audiovisual, algo que llega a muchísima gente, hay que difundir realidades que no son conocidas. Hay que mostrar las desigualdades para que que se corrijan. Aparte de ser una cuestión de igualdad, es una cuestión de derechos humanos.

Desde tu perspectiva como cineasta, ¿cómo describirías la situación actual de las mujeres en la industria cinematográfica? ¿Qué avances has observado y qué desafíos persisten en términos de representación y oportunidades?

Se ha avanzado mucho, pero queda mucho por hacer. Es decir, desde la Ley de Paridad hay cierto equilibrio. Las mujeres vamos haciendo todo lo posible aquí en la Región de Murcia. Desde AMMA, la asociación de mujeres de los medios audiovisuales de Murcia, estamos intentando lograr que el porcentaje de mujeres que accedan a las subvenciones públicas sea más elevado. El año pasado ya estábamos por el 15%, aunque en el Instituto de Cine de Madrid ya van por el 35. Por lo tanto, están entrando más mujeres cineastas y se empieza a notar.

Como uruguaya que lleva más de 30 años residiendo en España, ¿cómo ha sido tu experiencia de adaptación tanto personal como profesional en España?

Ahí me tocas un punto débil. Cuando hice el documental ‘Memoria del feminismo en Murcia’, hubo personas que decían: “Ha tenido que venir una extranjera a hacer un documental”. Un comentario que me hizo preguntarme: ¿Y por qué no lo hiciste tú antes? Parece que te desprestigian por no haber nacido aquí y tengo la nacionalidad española. Yo me siento muy murciana y me siento parte del lugar en donde estoy. No pienso que nadie sea propietario de una región. Muchas personas se tienen que trabajar. Yo misma me tengo que trabajar también. No he quitado trabajo como persona inmigrante. Pero también te tengo que decir que he sufrido discriminación y, además, de las personas que menos te lo esperas.

A través de tu productora, RCI Producciones, has trabajado en diversos proyectos. ¿Qué nuevos desafíos o temas te gustaría abordar en el futuro?

Mis temas van todos sobre lo social, sobre cómo no integramos la parte humana y social a la vida y sí integramos la parte económica o profesional. Nos olvidamos del amor de la humanidad y estamos ahora hablando todo el mundo o todas las personas de las tóxicas. No somos capaces de amar realmente, de amarnos a nosotros mismos, de amar a la persona diferente. A las personas tóxicas las creamos para defendernos de no empatizar.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de cineastas que desean abordar temas sociales y de género en sus obras?

Que sean fieles a sí mismas. Que no busquen ni premios ni reconocimientos. Que hagan aquellas cosas que realmente les apetezca hacer. Que sientan en sí todo lo que sientan. Que lo hagan. Que no se quede ninguna mujer sin contar su propia historia. Esa es mi frase: que todas las mujeres puedan manifestarse, contarlas y que el resto de personas la escuchemos, pero que las escuchemos con el corazón, no con el pensamiento ni con la razón.

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