'Nuestra querida profesora', una mirada comprometida y emocionante sobre la educación pública en Europa

La cineasta Ruth Beckermann grabó durante tres años a alumnos de primaria en un colegio público de uno de los distritos de Viena más poblados por emigrantes y refugiados.

Público, Begoña Piña, 08-05-2025

“Mi padre va a la obra. Mi madre es ama de casa y también está embarazada”. “Mi padre era sastre en Siria, ahora es taxista y trabaja muchas horas”. Niñas y niños de una clase de primaria en una escuela pública del distrito de Favoriten, uno de los más poblados por inmigrantes de Viena, cuenta a qué se dedican sus padres. Lo dicen muchas veces en turco o en árabe, porque todavía no han aprendido alemán.

“El problema más grave hoy en la educación pública en mi país es el idioma”, dice la cineasta austriaca Ruth Beckermann, que grabó durante tres cursos a estos alumnos y a su maestra, una profesora de origen turco, una educadora excepcional, para su nueva película Nuestra querida profesora. Es un trabajo comprometido y emocionante que revela lo poco preparada, o lo poco preocupada, que está la Europa de hoy para educar a sus nuevos ciudadanos, para que aprendan en igualdad y para aprovechar su potencial y su talento

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Dirigido por la austriaca Ruth Beckermann (‘El Caso Kurt Waldheim’), esta película documental nos invita a reflexionar sobre el estado de la educación primaria pública en una Europa con índices de inmigración crecientes, y en la que muchos niños y niñas no dominan el idioma en el que se imparten las clases en su escuela. Beckermann acompañó durante tres años a los alumnos de una clase de primaria dirigida por la profesora de origen turco Ilkay Idiskut, quien representa todo lo bueno que podemos substraer del concepto “educación”. Lo malo, el estado de absoluta dejadez del sistema, que complica muchísimo que la formación de estos niños pueda llegar a buen puerto.

Estreno del documental en cines el 9 de mayo de 2025.
© Distribución: Filmin

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‘Nuestra querida profesora’, Tráiler oficial con subtítulos en españolFilmin
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La película, que participó en la pasada edición de la Seminci, denuncia el “clasismo” que domina el sistema educativo en Europa –“los hijos de emigrantes o de clase trabajadora tienen una educación peor”-, se pregunta por la presencia de la religión en las escuelas y reivindica un cambio pedagógico necesario.

La cineasta Ruth Beckermann en Seminci
La cineasta Ruth Beckermann en SeminciSamuel de Román / Seminci
Su película muestra cierta incapacidad del sistema de educación en Austria para adaptarse a estos tiempos, en que hay tanto movimiento de emigrantes, refugiados…

Sí. Lo que está pasando con la emigración es que hay muchas escuelas, como la escuela en la que grabamos la película, en las que hay una gran mayoría de niños que no pueden hablar alemán. Y, desde luego, este hoy es el problema principal.

Aprender el idioma es lo esencial, ¿qué habría que hacer en las escuelas europeas para integrar de verdad a todos los alumnos?

El problema más grande es el idioma, sí. En mi opinión sería fácil coger a las niñas y niños a los cuatro años y enseñarles alemán en el caso de Austria, por ejemplo. O en los primeros tres meses de la escuela, para que puedan seguir bien todo el programa escolar con el resto, porque algunos niños son muy buenos en Matemáticas, por ejemplo, pero no entienden el texto, las preguntas. No entiendo por qué es tan difícil resolver este problema. Y esto ocurre especialmente en los países que hablan alemán, más que en España, Francia o Inglaterra. Aquí no tienen nada de conocimiento de alemán, sin embargo, en España, si vienen de Latinoamérica, saben español, o si vienen de las colonias de Marruecos, saben francés. Pero aquí, para ellos el alemán es una lengua muy difícil. Algunos de ellos ya saben árabe y pueden escribirlo, pero lo demás…

Sin embargo, en inglés son bastante buenos a pesar de la edad…

Son muy buenos en inglés porque escuchan inglés todo el tiempo en TikTok y YouTube, así que una vez a la semana tienen una hora de clase en inglés y no son malos, les gusta el inglés. Así que siempre pensamos que si el idioma principal en la escuela fuera el inglés, sería mucho más fácil para ellos.

¿Qué más problemas se añaden a este?

Además del problema del idioma, que es el más grave, está el de que no están mezclados. En algunas partes de la ciudad, como en este distrito, son principalmente niños de familias quede emigrantes y refugiados. Deberían estar más mezclados con alumnos que han nacido aquí, pero eso es muy difícil. Y esto me provoca una reflexión sobre la educación pública en Viena, que es que por este problema del idioma la escuela se ha convertido fundamentalmente en un sistema clasista, porque los hijos de emigrantes o de clase trabajadora tienen una educación peor. Las madres y padres trabajan como mujeres de limpieza o en la construcción, son las personas que hacen que la ciudad funcione, porque si no estuvieran ahí, nada funcionaría en la ciudad, así que este es un problema de clase también.

Hay hijos de emigrantes, gente de clase trabajadora, pero también hijos de refugiados, que vienen de otras clases sociales.

Sí, hay muchos refugiados, personas de Siria, Ucrania… Así que, es verdad, no es solo un problema de clase, aunque la clase o la educación de los padres es crucial. La mayoría de las personas que han llegado de Ucrania son de clase media y los niños aprenden más fácilmente el alemán porque los padres los empujan, los animan. Pero creo que el Estado o la sociedad debería cuidar a los niños y no unirlos a las circunstancias de sus padres. Y digo esto no solo por ellos, sino también por nosotros. Necesitamos gente capaz de hacer un buen trabajo, la sociedad los necesita. Y también necesitamos en Europa gente que aprenda de la democracia. Si el Estado no los cuida, no sabemos lo que pasará cuando crezcan, si se convertirán en delincuentes o en integristas religiosos o… Así que debería ser mucho más grande el interés del gobierno por darles lo mejor que podamos.

¿Por qué no se hace?

No lo hacen porque para eso habría que tener dos profesoras en la clase y en la realidad, como en la película, está esta maestra sola.

La maestra de esta escuela habla muchísimo con las niñas y niños…

… La maestra es extraordinaria. Ella siempre escucha sus ideas y comparte con ellos también sus ideas o valores. Por ejemplo, cuando hablan de si se debe permitir a las chicas ir a aprender a nadar o vestirse con bikini… son discusiones muy interesantes. Porque, además, todos estos niños son muy machos ya a esa edad. Y muchos niños vienen de familias que son musulmanas y muy conservadoras, donde las mujeres están en casa. Así que creo que ella es un muy buen modelo de maestra, especialmente para las chicas, porque las ayuda a convertirse en mujeres fuertes.

Ella lleva a los alumnos, a todos, a la mezquita, a la iglesia, a la catedral… ¿es una forma de plantear el debate de si la religión debe estar en las escuelas o no?

Por supuesto, esta es una de las preguntas que se hacen desde la película. En Austria hay cursos religiosos en las escuelas. En la película se ve a una mujer, la maestra religiosa, y también a unos niños musulmanes que aprenden a orar y a cantar en la escuela. En Austria, cada niño, cuando tiene una religión, automáticamente se inscribe en un curso religioso. Entonces hay religión católica, religión musulmana… lo que sea. Y eso es dos horas a la semana. Yo creo que sería bueno aprender sobre las religiones en la escuela, pero no de esta forma, no aprender a orar y cantar, porque esto, de todos modos, lo hacen en casa. Sería bueno aprender sobre todas las diferentes religiones. ¿Quién fue Mahoma? ¿Quién fue Jesús? ¿Quién fue Moisés? Pero lo que realmente sucede es completamente antiguo e innecesario. Sería mucho mejor que aprendieran alemán en estas dos horas a la semana y no cosas que ya saben. La escuela debería enseñarles conocimiento y no religión. Pero en Austria el sistema sigue así.

Esta profesora es muy excepcional. ¿Usted buscó esta clase y esta profesora por este motivo?

Sí, porque ella es tan excepcional, porque sirve un poco de ejemplo, para hacer algo positivo y hacer una película que la gente quiera ver. Y, después de ver reacciones a la película, veo que hemos acertado porque a la gente les gusta esta maestra, quieren verla durante dos horas. Quería mostrar un buen ejemplo, pero al mismo tiempo abrir una discusión sobre lo que falta en las escuelas públicas y los espectadores que ven la película entiende que ella está sola y no es suficiente, que hay problemas.

Dos las alumnas de la escuela del documental ‘Nuestra querida profesora’.
Dos las alumnas de la escuela del documental ‘Nuestra querida profesora’.Filmin
¿Cuáles fueron las dificultades que encontró filmando con los niños?

De hecho, no hubo problemas. La idea era observarlos. Mi compañero y yo estábamos sentados en una zona del aula, y la persona de la cámara y el ingeniero de sonido tenían que moverse. Para nosotros fue más como observar el cine directo. No teníamos interrupciones, lo que fue muy raro. Al final, les hice algunas preguntas, una o dos, porque tampoco quería hacer entrevistas, y los niños eran muy naturales y siempre estaban felices cuando llegábamos. No tuvimos ningún problema al grabar. Y la maestra también colaboró mucho. Se acostumbraron a nosotros, aceptaron con naturalidad tener un elemento extraño, unas personas que estaban allí con una cámara.

Es un estilo de cine directo, pero luego se graban a ellos mismos.

Sí, luego rompí ese estilo dándoles sus teléfonos para que se grabaran a ellos mismos y eso fue muy interesante. Lo que grabaron, las preguntas que se hacían, las respuestas que dieron… Quería mostrar a los niños de otra manera y no solo en el aula.

¿Todas las preguntas que se hacen salieron de ellos mismos? Por ejemplo, se preguntan qué es la cultura, ¿eso es idea de los niños?

Sí, todo nació de ellos, no es algo que se creara para la película, nada, solo les dimos un trípode y les explicamos que podían preguntar y grabar las respuestas, lo básico de una entrevista, pero eran sus ideas, es maravilloso. Y se puede ver todo su potencial, por ejemplo, hay un niño, Muhammad, que habla mucho y si su alemán fuera mejor, podría explicar lo que quiere decir mucho mejor. Pero es muy divertido ver en la película cómo después de estar tres años observando a estos niños y viendo cómo los educan, la forma que tienen ellos de participan en esas clases.

Supongo que también usted ha aprendido cosas de ellos, ¿no?

Aprendí mucho, sí. Esta es una maravillosa edad porque son muy libres y de ellos se puede aprender mucho. Creo que lo que he aprendido es que hay muchas posibilidades, muchas oportunidades a esa edad. Algunos niños en otras partes de la ciudad tienen todo, los padres los llevan a clases de baile y de piano y a muchas actividades… pero para estos es una pérdida porque no reciben suficiente.

Hay un momento trágico para los niños que es el de su primer examen, ¿es bueno hacer exámenes a los niños? ¿sirve aún el modelo clásico de enseñanza?

No sirve. Los exámenes se los hacen demasiado temprano, algunos niños necesitan más tiempo. Sería mucho mejor si permanecieran juntos por otros dos o tres años, pero en el cuarto grado tienen estos exámenes y se quedan completamente frustrados si les salen mal. Se sienten ya como perdedores y es demasiado temprano para esto. Tal vez son necesarias las evaluaciones, pero no con estas consecuencias.

¿Habló sobre esto con la profesora?

Sí, hablamos sobre los exámenes y la separación después de que terminamos la película. Ella estuvo en muchas discusiones sobre la película. Tienes ideas muy claras de cómo se podría cambiar el sistema. Para los debates sobre la educación es ella la quien tiene mucho más que decir.

Tres años son muchos años, ¿cómo ha hecho la selección del material para hacer el montaje final de la película?

Marcamos algunas secuencia cada año y teníamos una selección de unas 20 horas cuando empezamos el proceso de montaje. También nos restringimos porque teníamos que seguir la cronología. Primero tuvimos una versión de casi cuatro horas, de la que por cierto muchas personas dijeron que era genial, pero, por supuesto, luego tuvimos que cortar, cortar y cortar. A mí me gusta cortar, porque siempre pienso que cuanto más preciso, mejor.

¿Ha habido algo que conscientemente se haya evitado en la película?

Hubo una escena en la que un chico decía que le habían golpeado en casa, pero no estábamos seguros de si era una fantasía. A esa edad los chicos también quieren ser interesantes y se inventan cosas. Y no queríamos que la discusión después del filme fuera solo sobre eso, queríamos enfocarnos en la escuela y no en otros problemas.

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