Carabanchel pide un hospital en la zona donde entrena la Benemérita
Una bomba lacrimógena desató el martes el pánico en la antigua cárcel
La Razón, 02-09-2006Madrid – La asociación de vecinos de Aluche lleva casi treinta años, se
dice rápido, intentando que lo que era la cárcel de Carabanchel y ahora no
se sabe qué es (¿refugio de indigentes?, ¿campo de prácticas para la
Guardia Civil?), se convierta en una zona de instalaciones que incluya un
hospital. «Comenzamos a finales de los ochenta, cuando se supo que iban a
trasladar las cárceles que estuviesen en el interior de ciudades», comenta
su vicepresidente, A. Méndez.
El martes pasado, 100 inmigrantes
resultaron afectados por una bomba lacrimógena de la Guardia civil que
cayó donde no debía, es decir a escasos 50 metros de unas 500 personas que
hacían cola en la la Brigada de Extranjería, anexa a la comisaría de
Latina. El incidente ha colmado la paciencia de la asociación. Los
agentes, al parecer, tienen licencia para realizar prácticas en los
terrenos de la vieja penitenciaría, y todo se debió a un accidente, pero
los vecinos lo consideran una intolerable situación de indefensión.
Oídos sordos
«Le reclamamos al Ayuntamiento la
revisión del plan general, a la Comunidad la construcción del hospital, y
sobre todo al Ministerio que renuncie a lucrarse y nos conceda la zona a
los habitantes». Actualmente está prevista la construcción de 1.300
viviendas de precio libre en el terreno, y las denuncias vecinales vienen
siendo ignoradas desde que comenzaron. «Cuando gobiernan unos, nos apoyan
los otros, y viceversa, pero los de arriba siempre hacen oídos sordos»,
comenta Méndez. «El PSOE de Carabanchel y el de Latina nos apoyan, pero el
problema es el Ministerio, que ni siquiera se ha dignado a recibirnos».
Los miembros de la asociación afirman que el incidente del martes fue la
primera noticia de que la zona se utilizase para prácticas de la Guardia
Civil. «Está abandonado, entra quien quiere», dicen, «de hecho, hay
indigentes que viven en el interior. Lo del otro día ya es el colmo… ¡Es
una zona de paso constante!».
Mientras que los ánimos se
encrespan una vez más, la antigua cárcel sigue sin uso. Son ya 7 años, y
hay quien piensa que, en parte, la construcción de pisos está parada
gracias a la labor de la asociación. «Quizá», admite Méndez, «éstos son
los dos distritos más poblados de Madrid, casi medio millón de personas, y
el que gobierne y no escuche las reivindicaciones ciudadanas pagará el
precio de ir en contra de la opinión de miles de vecinos».
(Puede haber caducado)