Política

El sindicato de Vox consuma el giro a lo ideológico y lleva su Primero de mayo a la ciudad donde pide cerrar un centro de menores

Se cita hoy en Fuenlabrada con una hoja de ruta renovada: quiere ir más allá de las causas obreras y, en comunión con las tesis del partido, defender la "seguridad" en los centros de menores y combatir la Agenda 2030

El Mundo, Paloma H. Matellano Madrid , 02-05-2025

El brazo sindical de Vox siempre ha servido como un remo más en el barco que capitanea Santiago Abascal. Nació como la apuesta de la formación para captar el voto obrero, pero, cuatro años y medio después, Solidaridad así se llama no ha logrado abrirse hueco en este nicho: apenas suma al 0,14% de los delegados sindicales de toda España y, frente al millón de afiliados que rondan CCOO y UGT, este solo tiene 15.000. Tampoco ha resultado eficaz a la hora de impulsar el apoyo a Abascal entre la clase trabajadora, pues Vox no sube del 6% del voto obrero, según el CIS.

Sin éxito al intentar propulsarse por sí mismo, el sindicato ha diluido su hoja de ruta con la del partido de forma recurrente, alejándose de las tesis clásicas de la lucha trabajadora para entrar en el terreno ideológico en el que Vox sí tiene tirón. Y, con el relevo en su mando que se produjo el pasado marzo, Solidaridad abre ahora una nueva etapa dispuesto a profundizar en esa vía. El acto de este Primero de mayo da cuenta de ello.

El sindicato ha convocado este jueves una concentración en Fuenlabrada (Madrid) “para reivindicar los derechos de los trabajadores, que solo son posibles con una patria fuerte que pueda defenderlos”. La localización elegida no es casual. El municipio se ha convertido en un enclave estratégico para los de Abascal que, en su batalla contra la inmigración irregular, sitúan como prioridad el cierre de los centros de menores como el que allí se ubica. Este es solo uno de los muchos debates ideológicos en los que Solidaridad quiere ahora tomar parte para ampliar su proyección.

El objetivo desde que Jordi de la Fuente el nuevo secretario general se puso al frente de la organización es “dar un paso más en la concepción de Solidaridad”. La nueva cúpula pretende que el sindicato tenga un carácter “más holístico”, que no se limite a defender las causas obreras, sino que “hable de otros temas que afectan a los trabajadores y son transversales”. Justifican este plan en que UGT y CCOO acostumbran a posicionarse en asuntos que se salen de lo estrictamente obrero “llega el 8-M y tienen una posición” y, así, pretenden ahondar en esa vía. La idea es, trasladan desde la dirección, evolucionar a ser un “movimiento social”.

“Nos meteremos más en el barro ideológico”, reconocen, y ejemplifican algunas de las causas que el sindicato se dispone a agitar para este nuevo ciclo: la oposición a la Agenda 2030 “porque es algo que afecta a los trabajadores”, temas de igualdad en lo relativo a los planes de las empresas, que suponen “trabas”, la defensa de la “seguridad” y la lucha contra la inmigración irregular. Sobre esto último, Solidaridad aspira a introducirse en los centros de menores mediante la creación de secciones sindicales, “condicionando estas instituciones” desde dentro. Así, Vox tendría voz en estos centros que se sitúan en el núcleo de su discurso.

“Para Solidaridad es cómodo hablar de estos temas”, apuntan en su dirección, desmarcándose de los asuntos que hoy en día rigen la agenda de los sindicatos obreros mayoritarios. Para la organización ligada a Vox, la reducción de la jornada laboral es “un debate artificial” “supone trocear puestos y hacer empleos pluriprecarios” y elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no cuenta con su respaldo si va en perjuicio del pequeño y mediano empresario.

Bajo estas premisas, los dirigentes de Solidaridad se dan cita hoy en Fuenlabrada acompañados de Santiago Abascal e Isabel Pérez Moñino, portavoz en la Asamblea de Madrid y figura que viene ganando protagonismo en la formación en los últimos meses. Una concentración por el Primero de Mayo “en [su] propia versión”, con un “discurso alternativo” que consolida el giro del sindicato de Vox para ser un ariete ideológico más.

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