Comicios Inglaterra vota en unas elecciones locales que darán la medida del auge de la ultraderecha de Farage

Los comicios son un test para comprobar el desgaste del laborismo, que arrasó en las elecciones de julio del año pasado

El Mundo, Pablo Pardo Corresponsal Londres, 02-05-2025

Inglaterra celebra hoy unas elecciones locales parciales en las que lo de menos es lo que está en juego, que es el control político de una serie de territorios fundamentalmente rurales. Lo verdaderamente importante es hasta dónde va a subir la ultraderecha del Partido de la Reforma de Nigel Farage y cuánto va a bajar el Conservador, que ejerce de oposición oficial, y el Partido Laborista del primer ministro Keir Starmer.

Los comicios son, así, un test para comprobar el desgaste del laborismo, que arrasó en las elecciones de julio del año pasado no por aumentar sus votos, sino porque los conservadores se hundieron. La circunscripción en liza más relevante es la de Rucorn and Helsby, en el noreste del país, que decide quién será su diputado en el Parlamento de Westminster, después de que el hasta ahora titular del puesto, el laborista Mike Amesbury, tuviera que dimitir tras ser condenado por asalto. El escaño podría pasar al Partido de la Reforma, en una transferencia de votos del laborismo socialdemócrata a la ultraderecha más nacionalista y trumpista.

Si eso sucediera, no sería un terremoto político, ya que sus consecuencias prácticas serían nulas. Pero sí se trataría de un signo de los tiempos que pueden estar acercándose. La líder conservadora Kemi Banedoch no ha logrado convencer a las bases ni, tampoco, frenar la sangría de altos cargos que se están yendo al Partido de la Reforma, y de cara a las próximas elecciones generales, que deberían tener lugar en los todavía muy lejano 2028 o 2029, corre el riesgo de ver cómo su formación política cae a la tercera posición en el voto.

Sería un seísmo en la política británica como no se ha visto desde la irrupción de los laboristas en Downing Street hace ocho décadas. Farage ha hecho un esfuerzo electoral muy grande en estos comicios, que ha contrastado sobre todo con la pasividad de los laboristas en la defensa de Rucorn and Helsby. El Partido de la Reforma parece decidido por primera vez a ser algo más que un proyecto personal de Nigel Farage y a desarrollar una estructura orgánica y un poder local que le permita, verdaderamente, entrar en la competición por el poder en el Parlamento de Westminster, que es el órgano desde el que verdaderamente se gobierna el Reino Unido.

Pero el peligro también acecha al laborismo. La combinación de los Conservadores (tories) y del Partido de la Reforma podría abrir la puerta a un gobierno de coalición con ministros de la ultraderecha que expulsara al partido de Starmer del poder. El Partido Laborista también está viendo cómo una parte creciente de los votantes obreros le están abandonando para irse con Farage, debido a las posiciones anti inmigración de éste.

Por de pronto, se prevé que los conservadores, que son quienes tienen más poder local en las áreas en las que se celebran las elecciones, pierdan poder, aunque eso solo se deberá a que en los últimos comicios locales arrasaron. La clave es ver hasta dónde caen ellos y hasta dónde suben los laboristas y los reformistas.

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