Los rebeldes hutíes del Yemen han afirmado este lunes que al menos 68 personas han muerto y otras 47 han resultado heridas en el bombardeo llevado a cabo por EEUU contra un centro de custodia preventiva de migrantes africanos en la ciudad septentrional yemení de Sadá.

«Defensa Civil ha anunciado la muerte de 68 personas y heridas a 47 migrantes africanos como consecuencia de la agresión estadounidense contra el refugio de inmigrantes ilegales en la ciudad de Sadá», ha afirmado el canal de televisión Al Masira, portavoz de los hutíes.

El canal ha difundido imágenes de un edificio parcialmente destruido y sin techo, y de decenas de cadáveres, así como de personas heridas, entre las ruinas del centro de retención, que alberga migrantes africanos que entraron irregularmente en territorio yemení.

Según fuentes del ministerio de Interior de los hutíes, el citado «centro de retención preventiva» de migrantes africanos, ubicado en la ciudad bastión de los rebeldes hutíes y cuna de su máximo líder Abdelmalek al Hutí, está supervisado por la Organización Internacional de Migraciones y la Cruz Roja.

Ese mismo centro de retención había sido atacado por la aviación saudí en 2022 en el contexto de la intervención de una alianza árabe liderada por Riad en la guerra civil del país árabe, un bombardeo que dejó cerca de un centenar de muertos.

Según fuentes médicas citadas por Al Masira, al menos 55 personas han sido trasladadas a un hospital de Sadá, de los que cuales dos han fallecido más tarde. La cadena también ha informado de que unas 30 personas siguen desaparecidas.

«El centro de retención de inmigrantes africanos albergaba a 115 personas, decenas de las cuales han muerto. Atacar a civiles inocentes y a migrantes es un crimen que se suma al historial de crímenes estadounidenses contra el pueblo yemení y la humanidad en su conjunto», ha dicho el ministerio del Interior hutí en una nota difundida por Al Masira.

Asimismo, los rebeldes hutíes han denunciado que este ataque contra un «refugio» bajo supervisión de organismos internacionales constituye «un crimen de guerra en toda regla», y consideran que «la administración estadounidense tiene plena responsabilidad por el atroz crimen contra los inmigrantes africanos».