De negreros y millonarios

La Vanguardia, 01-09-2006

ANA MARÍA TORRA Valldoreix
Al igual que la lectora Victoria Guasch (26/ VIII/ 2006), no puedo quitarme de la cabeza la enorme desconexión que existe entre la puesta en escena política, con su burocracia, sus organizaciones, sus comisiones y debates en torno a la aprobación de legislaciones, supuestamente encaminadas a la mejora del bienestar de un pueblo, y la falta de humanidad pura y dura, cuando nuestras instituciones desembarcan a su suerte a un grupo de personas con un bocadillo y la botellita de agua.

Pero hay algo que me asombra todavía más que la constatación de nuestra inutilidad en una empresa de bajos vuelos, como es el auxilio a unos seres humanos que, arriesgando su vida para contribuir económicamente a la supervivencia de la familia que queda detrás, han acabado aterrizando a nuestro lado, y este algo es la absoluta y consistente falta de mención, en todos los medios, del grupo de mafiosos, negreros o humano-traficantes que se están enriqueciendo a su costa. Porque realmente es mucho dinero el que se mueve y que va a parar a los bolsillos de alguien.

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