La ley del mar

Diario Sur, 01-09-2006

SALIERON a pescar gambas y acabaron salvando vidas. Santa Pola recibió ayer a sus héroes con cava. La decena de marineros del pesquero ‘Francisco y Catalina’, que el pasado mes de julio rescataron de una muerte segura a medio centenar de subsaharianos frente a las costas de Malta, volvieron ayer a pisar tierra firme tras dos meses de duro trabajo en alta mar. Los pescadores, humildemente, quitan importancia a su solidario gesto: «No hicimos más que cumplir la ley del mar (socorrer a los náufragos)», aseguran a los periodistas.

La ley de mar incluyó comida, cobijo, cuidados, atenciones y muestras de afecto que los modestos pescadores dispensaron durante ocho largos días a aquellos hombres, mujeres y niños con el terror instalado todavía en sus rostros.

¿Qué habrá sido de ellos? Puede que la gran mayoría haya sido repatriada a sus países de origen. Puede que algunos naveguen ahora en otros cayucos en un nuevo y desesperado intento por alcanzar el ‘paraíso’. Y puede también que esta vez ningún ‘Francisco y Catalina’ se cruce en su camino.

Mientras el mar se tiñe de negro en la costa africana y centenares de personas abandonadas a su suerte deambulan en medio del desierto mauritano, en Bruselas se piden barcos, aviones, patrulleras… Se apela a la solidaridad europea, pero se mira para otro lado.

Aquí, en el ‘paraíso’, la ley que impera es la del rico. Y qué difícil resulta entender las razones del rico cuando muere el pobre.

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