«No es presumible que la presión migratoria baje en los próximos tiempos». Con esta frase, pronunciada ante la Comisión de Interior del Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, expresó la impotencia del Gobierno para frenar la llegada masiva de cayucos a Canarias, al menos a corto plazo. Según los datos que dio a los grupos parlamentarios, en lo que va de año han alcanzado las islas 19.035 inmigrantes indocumentados, casi 17.000 más que en todo el 2005.


Sin embargo, el ministro del Interior dijo que las medidas que ha adoptado el Gobierno están en la buena dirección, como demuestran los buenos resultados obtenidos de la colaboración con Marruecos, que ha frenado la inmigración ilegal a través del Estrecho. En ese sentido, afirmó que «de cada tres que tratan de llegar a España, dos son interceptados antes de conseguirlo». Este año han logrado alcanzar las costas españolas por esa zona 4.329 sin papeles, cuando en el 2003 lo hicieron casi 2.000 más. Rubalcaba aseguró que esos datos muestran que parte de la presión migratoria «se ha desplazado desde el Estrecho a las islas Canarias», pero admitió que también se ha producido un aumento del flujo migratorio subsahariano.


Reestructurar Interior


Rubalcaba planea reestructurar su ministerio para hacer frente a los retos que plantea el fenómeno de la inmigración ilegal. El titular del Interior aseguró que está «meditando» esa posibilidad muy seriamente porque la organización actual del departamento no es la «adecuada» para dar respuesta un problema que exige la participación de las fuerzas policiales que están a su cargo.


El ministro detalló las iniciativas que adoptó el Ejecutivo, consideró vital la colaboración de la UE y se ofreció a pactar la política de inmigración con todos los grupos, incluido el PP. Informó a la Comisión de que en lo que va de año España ha repatriado a sus países de origen a 52.757 inmigrantes indocumentados a través de alguna de las cuatro modalidades existentes (retornos, readmisiones, expulsiones y devoluciones). También dijo que hay 2.239 agentes de la policía dedicados al control de fronteras, mientras que en el 2004 había sólo 1.403.


La portavoz del PP, Ana Torme, aseguró que la «actuación temeraria» del Gobierno al provocar un enorme efecto llamada con la regularización masiva de inmigrantes ha provocado el «caos» y una «avalancha sin precedentes». Denunció la incompetencia de Rubalcaba, que concretó en tres puntos: «Fronteras que no se vigilan, órdenes de expulsión que no se ejecutan y convenios de repatriación que no se llevan a cabo». Torme llegó a acusar al Gobierno de provocar de forma indirecta, por el efecto llamada, que cada vez más inmigrantes mueran en el mar. «En nuestras costas no se ahogan los inmigrantes», afirmó Rubalcaba, quien dijo que eso sucedía en las de Mauritania y Senegal y no, desde luego, por culpa del Ejecutivo.