Nervios y lágrimas en el regreso del 'Francisco y Catalina' a Santa Pola
Tras un viaje de 65 días lleno de imprevistos, el barco que rescató a 51 inmigrantes a la deriva en el Mediteráneo llegó a casa
La Verdad, 01-09-2006La «pesadilla» vivida por los tripulantes del pesquero santapolero Francisco y Catalina por fin ha finalizado.Ayer llegaban a su pueblo después de más de 65 días en alta mar sufriendo un imprevisto tras otro. El rescate de 51 inmigrantes que les tuvo durante una semana custodiados en aguas maltesas, el regreso otra vez a tierra al sufrir uno de los marineros ataques de epilepsia y la rotura del motor, harán que nuncan olviden este viaje. A su llegada después de tanto tiempo y momentos duros vividos fue por todo lo alto. Familiares, amigos y vecinos de la villa marinera no pudieron contener las lágrimas de emoción al poder tocarlos, abrazarlos, besarlos e intercambiarse miradas de complicidad, que se sucedieron a lo largo de la mañana.
A las 9.25 horas, el Francisco y Catalina hacía su entrada al puerto de Santa Pola escoltado de embarcaciones de salvamento de la Cruz Roja y la Policía. Desde tierra, familiares y amigos les aplaudían esperando nerviosos su atraque. Un puerto que a diferencia de otras ocasiones se encontraba repleto de gente. «Estoy muy emocionada, con mucha alegría en el cuerpo. Siempre que he venido estaba tan tranquila y ahora hay mucho agobio», comentaba Pepi Irles, mujer del patrón, mientras que su marido desde el barco la intentaba localizar entre la gran cantidad de personas.
Sin palabras
El arropamiento por todos no se hizo esperar. Nada más tocar suelo el amontonamiento de gente a su alrededor provocaba que algunos de ellos no pudieran hablar de la emoción. «No soy capaz de decir nada. Tenía muchas ganas de volver y la noche de hoy se me ha hecho interminable. Y ahora nos encontramos con un montón de personas, y medios de comunicación esperándonos pues impresiona bastante.», señaló Manuel Pérez, con rostro de desconcierto.
Y añadió que «fueron momentos de incertidumbre. Eran 51 inmigrantes que llevaban dos días sin comer ni beber, y hay que ponerse en su pellejo. El momento de subirlos a la embarcación fue duro, pero ver la cara de satisfacción que tenían luego valía mucho», dijo el marinero gallego.
Otra de las situaciones que se hizo cuesta arriba para estos diez «héroes», como recordaba el alcalde de Santa Pola, Miguel Zaragoza, fue cuando después de comunicarles que iban a dejarlos atracar y poner rumbo a Malta los echaron para atrás.
«En ese preciso momento estaba hablando yo con el patrón y la verdad es que se vino un poco abajo. Menos mal que es una persona muy serena y segura, y supo dominar la situación. Es un gran patrón, unos formidables tripulantes; los diez tienen grandes corazones y eso es el espejo de la gente de Santa Pola», añadió.El presidente de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, José Ramón García, expresó la satisfacción que sentía por tenerlos ya en casa.
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