Madrid – La concejala de Asuntos Sociales y de Atención a la Ciudadanía del
Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, explicó ayer, en declaraciones a este
diario, que la saturación de los programas del Ayuntamiento de Madrid de
ayuda al subsahariano se deben «a la política errática de Inmigración del
Gobierno Central».
   La concejala comentó que «desde el
Ayuntamiento se trata de paliar la situación con recursos específicos para
subsaharianos. Los programas de los que disponemos permiten al inmigrante
disponer durante tres meses de ayuda. En total, este año hemos atendido a
196 personas».
   Añadió que el consistorio selló un convenio con
las ONG en el mes de junio para tratar de actuar de forma coordinada en el
tratamiento del colectivo de inmigrantes subsaharianos que acaban
recalando en la ciudad. Según Botella, se contabiliza semanalmente el
número de plazas ocupadas. Y según los datos del mes de agosto, existe una
ocupación del 99, 2% de las plazas. «Es decir, casi estamos desbordados, y
esto sigue creciendo». También contestó a las declaraciones del ministro
Jesús Caldera en las que decía que Madrid no poseía plazas de ayuda al
subsahariano: «Claro que hay plazas. De hecho, hay un recurso específico
en Madrid para subsaharianos. El Ayuntamiento de Madrid es consciente de
que son un pilar fundamental de nuestra sociedad. De hecho, estamos a
favor de ayudar al inmigrante al que arrojan en la ciudad prácticamente
sin ayuda».
   Comparaciones odiosas
   La
comparación de Caldera de la inversión del Plan de Acogida socialista con
las dos legislaturas de José María Aznar, «40 veces superior a su millón
de euros anual», han molestado en la Comunidad. Desde la Consejería de
Inmigración, su viceconsejero Carlos Clemente ironizó con la inversión
estatal, calificandola de «Plan Calderilla», porque esta es de 40 millones
anuales frente a los 1.400 millones presupuestados del gobierno de
Esperanza Aguirre.